A medida que va soñando, se va moviendo y gritando más, no aguanto verle así.
-Kyle. -Ni se a inmutado.
-Kyle, despierta. -Le digo mientras le zarandeo por los hombros un poco.
Se despierta sobresaltado, hace un movimiento extraño y se pone encima mía, con una mano me coje las dos mías y en la otra sujeta un objeto puntiagudo apuntando me al corazón.
-Kyle, soy yo, Lis. -Le digo y enseguida se tumba al otro lado de la cama sudando y tira el objeto a algún lado de la habitación.
-Lo siento. -Dice mientras su pecho asciende y desciende fuertemente.
-No pasa nada. -Le digo. - ¿Que has soñado?
-Luego te lo cuento. -Se baja de la cama y sale por la puerta.
Miro la hora en el móvil y son las ocho de la mañana, tengo un mensaje de Taylor y lo abro.
-Hola preciosa. -Siempre me dice preciosa aún que le he dicho un millón de veces que no me lo diga.
-Hola precioso. -Le digo.
-Quieres jugar a un juego? -Taylor y sus juegos de Taylor.
-Vale.
-Consiste en que sólo puedes decir si, preparada?
-Si xd.
-Tendrías una cita conmigo.
En el momento que veo el mensaje me caigo de la cama y tengo que releerlo para ver que no lo he leído mal, en ese momento entra Kyle con una tarrina de helado.
-Qhj ue lash. -No entiendo lo que dice y se saca la cuchara de la boca. -¿Que te pasa?
-Un chico me ha pedido una cita.
-A ver una foto. -Le doy a su perfil de wassap y se lo enseño. -Como esta el chaval.
-Atrás, es mío.
-Tranquila gatita, es muy joven para mi.
-Y que le digo.
-Que si, hace nada has estado a punto de matarme por decir que esta bueno. -Dice divertido.
-Esto a sido una mala idea, adiós. -En cuanto lo leo me entra el pánico.
-Espera, si, si quiero salir contigo. -Le escribo lo más rápido que puedo.
-Genial, te recojo a la 1.
-Vale.
-Ponte ropa cómoda, preciosa.
Dejo el móvil en la mesilla de noche.
-¿Y bien? -Me dice Kyle terminando se la tarrina de helado.
-Me a dicho que me recoge a la 1.
-Esta bien ¿no?
-No, que me voy a poner. -Vale he sonado muy tonta. -Me a dicho que algo cómodo.
-Vale, pues vamos a tu armario haber que tienes.
Vamos a mi armario, el lo habré y se queda boquiabierto.
-No me habías dicho que tenías el paraíso en tu casa. - Dice aún sorprendido.
-Es un armario. -Le digo. -Pero un armario muy grande. -Ambos nos reímos.
Después de un rato escogiendo mi ropa -más el que yo- escogimos unos shorts de talla alta de color negro -demasiado ceñidos para mi gusto- una camiseta gris de obey con las letras y mangas en rojo, unas deportivas con cuñas rojos, y unos pendientes de aros dorados, demasiado grandes en mi opinión.
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Sobrenaturales: Hay secretos que siempre deberían serlo
VampiriLa luna de sangre a llegado, el me prometio que no me iba a pasar nada, que sólo debía estar presente, pero tengo la extraña sensación de que no va a ser así.