Quinta Parte

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"Break the plans we had before, let's be unpredictable"

Junio, 2013

Michael no sabía dónde tenía la cabeza. Todo estaba dándole vueltas a su alrededor sin centrarse en ningún lugar, su entorno estaba borroso y poco detallado. Luke estaba con él y aunque no pudiera estar dentro de la cabeza de su amigo, sabía que se encontraba en la misma situación que él.

Luego de ser los teloneros de One Direction por un buen tiempo, se estancaron unos días en Miami. Decidiendo que era momento de disfrutar de todo lo que tenían a su alrededor. No tenían ni la madurez ni la edad suficiente para estar haciendo lo que estaban haciendo. Michael y Luke, junto con sus otros dos amigos habían decidió iniciar una competencia de chupitos, el juego consistía en tomar todo lo que pudieran, al final del tiempo el que hubiera tomado más chupitos era el ganador.

El plan parecía bastante divertido, sin embargo se les había escapado un detalle muy importante: quién se quedaría sobrio para comprobar el ganador. Los cuatro tontos y menores de edad habían terminado con tal estado de embriaguez que casi no recordaban su propio nombre.

Calum se había hecho un rollo en el suelo y había comenzado a llorar, abrazaba sus piernas bronceadas y descubiertas por el caluroso clima de Junio en Miami. Ashton, después de errar el camino más de una vez, había comenzado a consolarlo, pero su intento había quedado en fallo cuando se había dormido sobre el muchacho que lloraba.

Michael, interrumpiendo su casi incontrolable risa, había visto cómo Luke se levantaba y caminaba sin dirección. Una loca corazonada le había dicho que lo siguiera y eso había terminado haciendo. Era por eso que ahora ambos caminaban sin rumbo por alguna calle cerca de la playa, en medio de la noche, en un continente nuevo y en un país peligroso.

Había algo en todo eso que Michael encontraba realmente gracioso, era por eso que no podía detener su risa, tanto tiempo estuvo riéndose que había terminado por contagiar al rubio, quien se había unido con ganas a las carcajadas dementes de su mejor amigo. Entre empujones y tropezones terminaron en el comienzo de la arena de una playa oscura y solitaria.

—Agua—habló Luke.

A Michael le tomó unos segundos entender la simple palabra que el menor había dicho. Para cuando lo hizo, Luke estaba corriendo dunas abajo, enterrando sus pies en la arena y cayéndose torpemente. El mayor quiso contener su risa sin tener triunfo en eso, notó cómo se le caían gotas de saliva al apretar sus labios en un intento de callarse. Lo siguió, de nuevo, con intención de ayudarlo. Cuando estuvo a su lado vio como Luke ni siquiera estaba haciendo esfuerzo por levantarse del piso. Estiró su temblorosa mano derecha hacia él, quien se detuvo a mirarlo desde su posición. Tras un momento de alcoholizado silencio Luke levantó su brazo y tomó la mano de su amigo. Michael tironeó de él sin poder moverlo a penas un milímetro ya que estaba riéndose y su amigo igual. El rubio hizo fuerza y logró que Michael, en vez de levantarlo, cayera sobre en la arena, enterrando su cara en el suelo junto a la cabeza de Luke.

No tuvieron mucho tiempo para reírse o estar sorprendidos ya que el peso de Michael sobre Luke hizo que comenzaran a rodar hacia abajo como si estuvieran jugando a las bolitas. Cuando terminaron de dar vueltas por el piso, a ambos les dolía la cabeza y estaban mareados. Esta vez habían quedado a casi un metro de distancia. El mayor dio un gemido de dolor y escupió algo de la arena que había tragado en el revuelo.

—Michael—habló el rubio—, pareces una chica.

—No, no.

Luke fue el primero que tuvo la fuerza necesaria como para levantarse. Tambaleándose fue él quien esta vez estiraba la mano para ayudar a su mejor amigo a ponerse de pie. La diferencia fue que ahora ninguno reía y Michael estuvo parado junto a Luke a los pocos segundos. Casi hablando telepáticamente juntos corrieron hacia el borde del mar y comenzaron a patear el agua que llegaba en las casi nulas olas, sin preocuparse estar mojando sus jeans o sus zapatillas. Al rato estaban gritando incoherencias, juramentos y vocales al volumen al que sus pulmones se los permitían. Parecían maniáticos y a ellos les importaba muy poco.

Se cansaron en un momento. Parados hombro con hombro miraban el borde el horizonte, alumbrado gracias a la luna aunque estaba bastante difuso.

—Michael—habló Luke arrastrando la palabra—, ¿recuerdas cuando me pediste que te besara?

El mayor asintió, luego ambos comenzaron a reírse como si no hubiera un mañana; pararon cuando a los dos les comenzó a doler la panza. Entonces todo fue silencio a excepción de las olas que aún chocaban contra las puntas de sus zapatillas. Michael buscó la mirada de Luke y la encontró me cerca de lo que creyó que estaría. El rubio apoyó su respingada nariz en la de Michael, no haciendo nada, solo respirando, pero Michael se sentía muy extraño. 

Frunciendo el ceño levantó una mano y la puso en la nuca de su mejor amigo. Ninguno tenía los ojos abiertos, ninguno respiraba con normalidad, ninguno sabía exactamente qué era lo que estaban haciendo. La nariz de Luke a esa altura estaba aplastando la suya y su aliento chocaba agresivamente con el suyo. Michael sentía como su piel comenzaba a subir de temperatura. 

—Luke... Luke, por favor—Michael estaba gimoteando pero a ninguno de los dos parecía afectarles el hecho.

Cuando Michael dio un inestable paso atrás para alejarse, Luke se lo impidió tomándolo de las mejillas. Fue demasiada la velocidad con la que el rubio reaccionó como para que Michael pudiera hacer algo al respecto. Luke había apoyado toscamente su boca en la suya. No sabía si era porque Michael estaba mal parado o porque Luke había ido con demasiada fuerza, pero terminaron en el suelo de nuevo, el menor sobre Michael esta vez, y su lengua inundando su boca como si supiera que luego no podría hacer eso sin consentimiento coherente, como si realmente supiera que en otro momento ninguno de los dos los hubiera hecho.

El chico de ojos verdes recordaba vagamente -por culpa del alcohol- la primera vez que había besado  a Luke, se sentía prácticamente igual, aunque Michael estaba seguro en ese momento que nunca había besado a nadie con tantas ganas. Porque Michael había respondido al beso de Luke con casi la misma intensidad, tal vez más. Sus manos viajaban de la espalda del rubio, ente los omóplatos, hasta sus muslos, luego volvía a subir, apretando con sus manos lo que encontrara a su paso. Luke estaba ejerciendo fuerza sobre él, para incluso estar más pegados. 

La camiseta de Michael estaba mojada por el agua de la playa y se estaba manchando de arena, pero a él no podría importarle menos. Rastrilló sus dedos por debajo de la camiseta del rubio, a la altura de la lumbar, y oyó vagamente cómo él otro se quejaba y se sacudía sobre él. El corazón del chico estaba yendo a una velocidad alarmante, con cada roce de Luke se estremecía, ni siquiera se daban demasiado tiempo para respirar, era un acto frenético, desesperado. 

Michael no estaba seguro de qué pasaría al otro día, no sabía qué pasaría más tarde, ni siquiera sabía con exactitud qué era lo que pasaba en ese momento, pero no quería  olvidarlo cuando llegara el otro día, tenía una extraña sensación en el estómago que no tenía nada que ver con la excitación. El chico no sabía de qué se trataba lo que estaba sucediendo; sin embargo algo le decía que si no dejaba que todo siguiera su camino iba a lamentarlo. 

No iba a darse el lujo de lamentarlo.


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Todos necesitábamos algo como esto, yo lo sé. Para que vean, el gif es del 1 de Junio del 2013,  imagínenlos así. Gracias por leer esta mini maratón que tenía preparada hace... dos horas. 



Cryptic ↓Muke↑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora