Capítulo 10: Un alma para exprimir. Parte II

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           Metí mis manos en los bolsillos traseros de mis jeans rasgados. Eché un rápido vistazo a mi al rededor una vez más, buscando a Vincent. Soy bonita. Soy bonita.

         —¿Has encontrado a Vincent? —Preguntó Paris sonando distraída. Eric y Becca iban delante nuestro, tomados de la mano. Me imaginé cómo me sentiría si el de adelante fuera Luke con cualquier otra chica. ¿Me molestaría? Quizás no, pero preferiría mil veces que fuera mi mano la que sostuviera la suya en lugar de cualquier otra. Me hice una idea de cómo se debía sentir Paris.

          —No lo veo por ningún lado.

          Becca giró su cabeza en nuestra dirección, sin soltar la mano de Eric.

         —¿Vincent? —Preguntó, levantando una ceja con desconfianza—. ¿Vinieron aquí buscando a Vincent?

          Mi corazón dio un vuelco.Tardé un momento en contestar, preguntándome internamente cuál era el problema de esa perra ahora, pero entonces se me ocurrió que quizás ella lo conocía. La confianza que despegaba su cuerpo cuando caminaba por este sitio, la manera en la que la gente la saludaba. Ella había estado aquí antes. Muchas veces. Definitivamente, tenía que conocerlo. Y saber dónde estaba.

         —Sí. —Contesté, decidiendo un plan rápido en mi cabeza—. Soy su amiga.

         Dio un par de pasos más antes de contestarme, pero podía escucharla reír. Me contestó una vez que se detuvo frente a tres chicos y dos chicas. Ese debía ser el grupo de amigos suyo que Eric mencionó. Los cinco continuaron viendo la carrera sin prestarnos demasiado atención. Hasta que Rebecca abrió la boca.

        —¿Estás buscando a Vincent aquí? ¿Tú? —Se burló y algunos de sus amigos rieron por sus palabras. Ahora podía sentir cómo todos ellos me miraban de una manera que yo odiaba. Como si pensaran que yo era estúpida. Patética. La multitud a nuestro al rederor rugió, completamente ajenos a nosotras. Algunos vitores y otros lamentos, supuse que la carrera estaba a punto de terminar. Sus amigos estaban observando la carrera antes de que ella hablara, sin importarles quién era yo o qué hacía ahí. Decidí que odiaba a Rebecca por hacerme el punto de burla. Antes de eso, pensaba que mis jeans rasgados eran lo bastante ajustados como para hacer que mi trasero luciera sexy. Mi top color crema resaltaba bien mi color de piel, bronceado. El maquillaje que llevaba hacía que mis ojos parecieran los de una muñeca, mi boca pequeña pero llena. Antes de que ella me diera esa mirada que decía que yo era basura, yo era sexy. Yo era guapa. Luego de su mirada comencé a preguntarme si mi maquillaje no era exagerado, si mi top no era muy revelador, si mi trasero lucía mal. Si yo era basura—. Tú, no eres amiga de Vincent.

         Entrecerré los ojos con furia. Furiosa con ella porque pensara que no era suficiente. Furiosa con Paris por no defenderme. Furiosa con Vincent por no haber venido. Furiosa con Luke porque no estaba ahí.

          Furiosa conmigo porque me importaba. 

         —¿Cuál es tu maldito problema? —Grité. Me acerqué un paso y ella no retrocedió. De hecho, se acercó a mí, soltando la mano de Eric. Por supuesto que sí. Yo sabía lo que estaba haciendo; este era su territorio, sus amigos, no iba a retroceder. Yo era una forastera, ella jugaba de local.

        —Preguntaría cuál es el tuyo, linda —contestó ladeando su cabeza—, pero a grandes luces se ve que tienes varios. No estoy segura de que seas capaz de nombrarlos a todos.

         Dejé escapar una risa seca que predecía problemas.

        —Bueno, Becca, espero que no te importe  —los vitores se intensificaron en la multitud, gritando algo que no llegué a entender. Me había perdido toda la carrera—, voy a resolver uno de ellos esta noche. Justo ahora.

El cliché según ChloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora