Primer día.

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-Fiorella, ¡Despertáte mujer!- Decía mi hermano mientras me sacudía, intentando despertarme, que por desgracia, nos había tocado en asientos juntos.

-¿Quéeeeeeeeeeeee?- Respondí, enojada y dormida. 

-Ya llegamos, mirá por la ventanilla.- Señaló la ventana que estaba a mi derecha. -Hermoso, es hermoso España, ¿No te parece?- Y él miraba maravillado con el paisaje, a mi no me interesaba nada sobre este país.

-Ah, sí, mirá vos.- 

-¿Qué te pasa? No tenés que ser tan negativa, no te aferres al pasado.-

-Es que, no es fácil dejar todo, la vida a la que estaba acostumbrada, dejar todo, absolutamente todo, para venir acá, a un país donde no conozco a nadie, solamente a los abuelos, ¿Entendés? No es fácil, o por lo menos para mí, eso parece...- Dije cabizbaja.

-Vas a ver que acá va a haber nuevas oportunidades para todos, trabajo, estudio, amigos, de todo Fiore, dale, ¡Ánimo!- 

-Bueno, gracias Seba, sos groso ¿Eh? Cambiando de tema, ¿Cuándo aterrizamos?- Le pregunté, mirando hacia la ventanilla, con un poco de tristeza, pero solo un poco.

-Mirá, estamos llegando al aeropuerto, preparate que vamos a pisar suelo eshpañol, tía.- Respondió a mi pregunta, con un acento un tanto raro, reí a su estupidez seguido de un golpe de brazo. 

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-¿Qué calle era?- Preguntó mi mamá, a mi papá, ya nos estábamos perdiendo de tantas vueltas por Murcia.

-Acá mamá, mirá.- Respondió Natalia, señalando una calle.

-¿No podíamos tomar un taxi? Digo, eh, solamente digo.- Decía Seba.

-Aprovechá a hacer ejercicio Sebas, no te quejes.- Le respondí de una forma un tanto enojada, ya no quería caminar más y estaba de mal humor.

-¡ALLÁ!- Corrió Natalia, hacia la casa de nuestros abuelos.

-Por fin.- Suspiré.

Después de que Natalia nos haya dirigido hacia la casa de los abuelos, mi familia entró todas las valijas y cosas varias, la verdad mucha cosa, solamente ropa, elementos para higienizarnos y unos adornos de mamá.

Cuándo había terminado de ordenar mis cosas, decidí ir afuera. Para mi suerte había un parque a dos cuadras, y sería perfecto para pensar. Les avisé a mis papás que me iba por acá cerca, y arranqué viaje, caminando al parque, hasta que me choqué con alguien, no estaba muy atenta por dónde caminaba.

-Auch.- Me quejé, tirada en el piso. -Tené cuidado.- 

-Perdóname, ¿Te hice daño?- Preguntó un pelinegro con ojos azules, me extendió su mano para ayudarme a levantarme.

-No, dejá, no pasó nada, también es mi culpa por no mirar por dónde voy.- Agarré su mano, y logré pararme.

-Ehh... Tienes acento raro, no eres de por aquí ¿Verdad?- Preguntó.

-No, me acabo de mudar.- 

-Ah, ya. ¿Y de dónde eres?-

-Argentina.-

-Que guay, ¿Qué tal Argentina?- 

-La verdad es que vivía alejada de todo, así que mucho no me enteraba.-

-Ehm, no me presenté, soy Sergio.- 

-Un placer Sergio, yo soy Fiorella, pero me podés decir Fio, Fiore, cómo quieras.- Le respondí con una sonrisa.

-Y... ¿A dónde ibas tan distraída?-

-A ese parque de allá, para despejarme un poco, sobre todo, necesito pensar sobre el viaje y todo ésto.- 

-¿Te acompaño? Y así nos conocemos mejor.- 

-Bueno, dale, gracias.- 

-¿Cuántos años tienes Fiorella?- Preguntó Sergio, mientras caminábamos hacia el parque.

-Dieciséis, ¿Vos?-

-Diecisiete.- 

-¿Y ese skate?- Le pregunté, viendo que sostenía un skate entre su mano.

-Patino, es un pasatiempo, más que nada.- Sonrió y le devolví el gesto. 

-Y, ¿Vivís cerca? Digo, porque andás por acá.-

-Vivo allí, en frente.- Respondió, señalándome una casa medianamente grande, con un patio, y un perrito muy chiquito y lindo. -¿Y tú vives por aquí?-

-Sí, vivo a dos cuadras.-

-Y... ¿Con quién vives?-

-Con mis abuelos, mis padres y mis hermanos, ¿Y vos?-

-Que guay, yo vivo con mis padres y mi hermano, Pablo.-

-Cuestionario nivel nosotros ¿Eh?- Rió. 

-Claro, me gusta conocer a las personas.-

-Tenés acento raro, o capaz que soy yo la rara.-

-Creo que eres tú la rarita.- Dijo, riéndose.

-¿Ah, si? Gallego raro.- Reí.

-¿Gallego? No soy de Galicia.- Respondió, negando con la cabeza.

-Así le decimos a los españoles en Argentina, gallegos.- Reímos.

-Vale, Argentina, ya entendí.-

-Bueno, gallego raro.-

-¡Eh! ¡Que no soy gallego!- Replicó.

-Entonces, ¿Qué sos?- 

-Soy una persona y me llamo Sergio, mucho gusto, ¿Y tú?- Dijo, haciéndose el tonto.

-Yo soy la Argentina rara, el gusto es todo mío.- Y le estreché mi mano, él devolvió el gesto.

-Mira, de tanta charla ya llegamos.-

-Pucha, pero ¿Va a seguir el cuestionario?-

-Claro.- Dijo, alargando la a, parecía un nenito. 

Y así, toda la tarde, o lo que restó de ella. La pasé muy bien, hasta que se hicieron las nueve de la noche, y yo no muy acostumbrada a los horarios, no tenía hambre pero era la hora de cenar, y Sergio se tenía que ir. En resumen, Sergio me contó su vida y yo le conté la mía, creo que después de todo, no fue tan malo mudarse acá, mi primer día en España estuvo bien. 

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Personas que estén leyendo ésto, soy un poquito noob escribiendo y por eso los capítulos son cortos. xD Con el paso del tiempo, seguramente, voy a ir mejorando. Muchas gracias por leer <3 

Nos leemos en el próximo capítulo ^^

-InkCloud.









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⏰ Última actualización: Dec 30, 2019 ⏰

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Es Poco Decir. (Olliegamerz&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora