Right Place, Right Time [Harry Styles » Español]

Story Of My Life

Una vez más, pensé, fulminando con la mirada a mi compañera Bianca. Menciónalos una vez más y voy a hacerte tragar las bolas fluorescentes de plástico a la fuerza. O colgarte boca abajo de la estructura para niños hasta que tu cara se vuelva morada. O encerrarte en una sala de fiestas llena de niños de cinco años, los cuales acaban de tomar una sobredosis de azúcar y están saltando por las paredes.

— ¿Tú qué crees, Em? —dijo, cogiendo el dinero de una mujer que lucía estresada ya que trataba de mantener seis niños pequeños bajo control—. ¿Debería ir a que me hicieran las uñas con el diseño de One Direction o con imágenes de los chicos?

— ¿No da lo mismo? —dije algo brusca mientras estampaba cuidadosamente un sello en las manos de los niños haciendo cola para entrar a El Bosque Encantado, el parque infantil de juegos interior con temática de fantasía donde trabajábamos. Si dijera una cosa más acerca de One Direction, podría no hacerme responsable de mis actos.

Bianca hizo una mueca. —Bueno, ¿y si llego a conocerlos? Yo creo que estarían más impresionados con imágenes de ellos mismos, ¿tú no?

—En realidad, no creo que vayas a poder conocerlos —dije, apretando el botón para abrir la puerta que permitía a los niños entrar al área de juego—. Van a haber 50.000 personas en el concierto. Tus oportunidades son bastante escasas.

—Sí, pero estoy en el área VIP, justo en primera fila. Nunca se sabe. ¿Te acuerdas de aquella vez que Harry vio a dos hermanas sentadas cerca del frente e hizo que uno de los chicos de seguridad le programara una cita con ellas tras el concierto? Podría pasar.

—Sí, tal vez —dije, añadiendo entre dientes—: y eso que acaba de pasar por delante de la ventana era un cerdo volando.

Bianca no escuchó ese último comentario, lo que era bueno para mí. Ella podía una ser una perra irritante y bocazas que no tenía ni un hueso de sensibilidad en el cuerpo, pero también era la hija del jefe y lo último que quería era perder mi empleo por haber sido grosera con ella.

Me volví hacia el siguiente grupo de niños ansiosos por entrar a El Bosque Encantado, y me concentré en estamparles un sello en las manos mientras ella parloteaba sobre lo que iba a ponerse esa noche para el concierto. Era mejor que me mantuviera ocupada porque eso me impedía ir y estrangularla.

Normalmente no tenía tanta mala leche, pero el problema era que estaba celosa. Si de verdad hubiese sido posible que la envidia te pusiera de color verde, yo ya sería del mismo color que Shrek. Era una gran fan de One Direction y lo había sido desde los primeros días de The X Factor; pero, aun así, no iba a ir al concierto. No me había podido permitir la entrada. Era una universitaria con un trabajo a media jornada que apenas cubría mis gastos. Mi madre era soltera, con un trabajo mal pagado y otros tres hijos. Íbamos justos de dinero y los tickets del concierto eran una extravagancia que no nos podíamos permitir.

Cuando había oído acerca de su última gira, había empezado a ahorrar mi dinero, decidida a ir ya que me había perdido los anteriores. Había llegado hasta £60 pero entonces el coche se rompió y a mi madre no le llegó el dinero para un nuevo árbol de levas. Le dije que no pasaba nada mientras le entregaba el dinero para ayudarla, que podría ahorrar un poco más, pero sabía que eso era imposible. Tenía libros de texto que comprar y un viaje de estudios que pagar. Podía conseguir algunos turnos extra en El Bosque Encantado pero no iba a ser capaz de ahorrar mucho. Y luego las entradas se agotaron, de todas formas. No había manera de que fuera a ver a One Direction.

Bianca sabía lo devastada que me encontraba, pero eso no la detuvo y siguió hablando del concierto –su pase VIP fue cortesía de su adinerado padre– y lo fantástico que iba a ser. Durante los últimos dos meses, eso era todo de lo que hablaba, y yo ya había tenido bastante. Había tratado de ignorarla, pero como el concierto era esta noche, su emoción había alcanzado el punto más álgido y había estado hablando de ello durante toda la mañana sin parar, sin considerar cómo me sentiría yo. Cada vez que escuchaba las palabras «One Direction», me ponía mala. Estaban en la ciudad y no iba a verlos.