Capítulo 2

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- Disculpame, vengo apurado a una cita - dice el hombre alto de profundos ojos miel, entregandome el portaplanos - mi auto quedó lejos, en alguna parte; está imposible entrar en auto aquí - señalando la uni.

Me limito a asentir con una sonrisa no muy sincera, debo admitir y continúo mi camino no sin antes decirle - Un poco de tiempo extra para percances.

El hombre se queda estático tratando de entender lo que digo y yo entro a la uni restandole importancia; camino con tranquilidad a paso gradual por el pasillo de mi facultad y me topo con la puerta del director. Entro segura y me esperan mis dos maestros favoritos en la pequeña sala.

¿Nerviosa? - me dice Jhon Kingman *Urbanismo 4, semestre pasado* - No - Respondo sacando las manos de mi abrigo - Trabajé mucho y a David le encantó; sé que está perfecto. 

- No me acostumbro a tu... Seguridad - dice Anthony dudando del último adjetivo que usó *Construcción de ciudad 2, semestre pasado* Pero espero de verdad espero que apruebes - termina de decir y solo sonrío e inclino la cabeza a un lado para arquear una ceja sin ser nuevamente criticada. Miro el teléfono otra vez y cuando cambia a 0 el último dígito, aparece por la puerta Calum Jarek, director de la facultad de arquitectura desde que tengo uso de razón, conozco algunas personas que se han graduado de aquí. 

Buenos días - dice sin sentimiento alguno en su voz y con una inclinación de cabeza nos indica que pasemos. Entro de primera y veo a los dos personajes desconocidos de la escena; uno de ellos, probablemente el más mayor aunque no demasiado, me sonríe con amabilidad y el otro solo me observa de arriba abajo con una mirada que no tengo idea cómo describir.

Tomamos asiento y cierro los ojos dos segundos.

Cuarenta minutos después, he terminado mi presentación y me dispongo a desconectar el ordenador para sentarme nuevamente. No hacen ninguna pregunta y no sé si sentirme bien o decepcionada. Calum solo me pide con la cabeza que me retire y lo hago. Ahora a esperar lo que ya sé que pasará. 

Levanto la vista unos minutos después, desconectando Midnight de Coldplay que sonaba en mi teléfono y me encuentro con la mirada de uno de los desconocidos que observó mi presentación, no el de la sonrisa amable, sino el de la mirada escrutadora; el otro viene tras él y me estrecha la mano diciendome que estará encantado de trabajar conmigo y una sonrisa de satisfacción aflora de mi sin aviso; el otro hombre se limita a asentir y entregarme una tarjeta personal impecable.

Lo siguiente que veo, es a la secretaria del director entrar rápidamente a su oficina y salir igual de rápido con una carpeta en la mano. Al salir, me la entrega palmeteando mi hombro y cuando la abro allí está garabateada la firma del director en la esquina inferior derecha del documento de mi derecho de grado anticipado. De nuevo mi sonrisa inevitable se deja ver y a todo volúmen Animals de Maroon 5 empieza a inundar mis oídos, mientras me dispongo a encontrarme de nuevo con el viento frío de la tarde. No puedo negar que estoy más que feliz, de camino a casa compro una botella de Champagne y una porción de torta de chocolate para celebrar y llamo a Jordan a darle la noticia que sé que esperaba igual que yo.

Un ruido estruendoso casi me hace perder el teléfono,  tengo una amiga espavientosa y no puede ser menos parecida a mi en ese aspecto. Después de no más de dos minutos de conversación, se despide prometiendo llegar en ''menos de lo que tarda un pestañeo'' siempre exagerando.

Entro al edificio  y para mi suerte, no está la muñeca de colorete en el primer piso, asi que sigo mi camino hacia el elevador. Suspiro con alivio cuando llego a mi piso y me adentro a mi habitación habiendo dejado antes, todas mis pertenencias en algún lugar de la sala; conecto el móvil al stereo y continúa mi 'celebración', si le puedo llamar así. 

Meto la Champaña al refrigerador, solo tomaré una copa, no soy precisamente una chica amante del alcohol.

Minutos después aparece la figura de mi amiga fuera del elevador y me saluda con una sonrisa; no dice nada, se limita a entrar y abrazarme con fuerza, e ir directo al refrigerador, sabe que solo encuentra alcohol en mi casa cuando hay una ocasión especial, y al parecer, va a aprovecharlo todo lo que le sea posible.

Saca las copas y sirve un poco en cada una, se sienta en el sofá y me invita a hacerlo con un gesto de cabeza; se levanta de nuevo cuando le recibo mi copa y nota que dejó lejos la botella, se sienta de nuevo a mi lado y después de dicho proceso, se quita el 'mute'

- ¿Vas a contarme Kenzie Breckenridge? - con esa chispa de emoción bastante común en ella - No hay mucho que contar - digo con lo más parecido a una sonrisa que puede salir de mi - Solo lo presenté y les gustó; tengo los papeles de mi grado y dos semanas para pagar los gastos de la anticipación y seré profesional - digo simulando una sonrisa enorme al final. Salud - dice Jordan con un poco menos de emoción, sé que no tolera mi exceso de confianza en mí misma, pero debe entender que esa confianza se la debo al exceso de exigencia que siempre me he puesto y el exceso de trabajo y de disciplina con la que me eduqué yo sola, de repente se me ocurre que no es tan descabellado decir que he llevado 'una vida de excesos' como califican a los jóvenes de ahora y sonrío antes de llevarme la copa a la boca y que Jorda pregunte el por qué de mi sonrisa - Solo un pensamiento gracioso - digo sin prestarle atención. A lo mejor aun conservo la esperanza de que un sexy y millonario hombre sediento de sexo y locura desenfrenada te quite el aliento y te lleve por el mundo con algo de emoción - dice con el convencimiento de una actriz profesional; solo río con todo de 'eso no va a suceder' y mi amiga entiende aunque no lo comparte.

Algunos tragos más y tengo a Jordan en las piernas adormilada con una vieja canción de Guns and Roses. La despierto con calma y mientras termina de ponerse los zapatos le pido un taxi. Se retira y yo termino la botella de champagne acompañada de mi libro. Poco después de media noche, el sueño amenaza con vencerme en el sofá y decido darle gusto de derrotarme, pero en mi mullida cama, teniendo por alguna razón como último pensamiento del día, las palabras de mi amiga sobre el hombre sexy y alocado que algún día me volverá la vida cuadritos.


TERCER CAPÍTULO ------->



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