Capítulo 6

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No demoro mucho en el camino y me decido a dejar el auto aparcado en mi edificio; al fin y al cabo, no lo usaré por lo menos hasta la media tarde. 

Entro al café y un acto reflejo hace que mire a la esquina donde estaba aparcado el encanto misterioso el día anterior. No está, el lugar parece más vacío para mi. Me represndo por mis pensamientos; pero hay algo que de fuerte manera me hace quejarme por la realidad de que no vuelva a cruzarse en mi camino.

El ruido de un motor de alta potencia, me saca de mis cavilaciones y al mirar por la ventana, veo a Clinton bajando de un Jaguar azúl océano; que le entrega la llave al vallet y entra desabrochando su abrigo y dirigiendo su sonrisa a mi. Jamás se había visto tan guapo a mis ojos - Pero ¿Qué es lo que te pasa Kenzie? - digo para mí, sin darme cuenta de que salió de mi boca.

¿Qué pasa por qué Kenzie? - pregunta al llegar a la mesa. Ha escuchado mi regaño a mi misma, ya estoy fantaseando con dos hombres y solo ha pasado una semana de cambios.

Nada, olvidé algo en Access, es todo - me apresuro a decir y él sonríe a modo de aprobación.

¿Qué desean tomar? - dice amablemente acomodando el antebrazo en la mesa.

Lo de siempre cariño - digo yo a la chica que nos atiende mirando a Clinton como si estuviese bajo un trance hipnótico.

¿Y el caballero? - dice ella tratando de ocultar el temblor de su voz en presencia de la innegable imponencia del hombre que me acompaña.

Un latte expreso cargado, sin azucar y con un poco de crema - dice con una sonrisa. 

¿Algo para comer? - dice dirigiendose a mi. ¡Donas! - digo con un poco más de emoción de la que pensaba expresar; el ríe y la chica apunta el resto del pedido y se aleja tras el mostrador sin despegar los ojos de Clinton.

¿Y bien? - digo tratando de entrar en terreno laboral, intentando olvidarme del estruendo sexy que ha sobrellevado mi vida en los últimos días.

- Ah, sí, mira quería reunirme contigo más que todo para darte la bienvenida oficialmente a la compañía. Espero pases muy bien porque  no quiero que sea el último proyecto del que te encargues - dice con encanto y mi cerebro empieza a derretirse obligandome a abrir los ojos como platos - ¿Está coqueteandome? - me pregunto y él toma una de mis manos mirandome fijo a los ojos - Definitivamente me está coqueteando - me respondo y doy gracias al cielo cuando la chica del café llega con una bandeja para ponerla en medio de ambos.

- Bueno, salud con latte por tu bienvenida - dice levantando su vaso con la mano y ofreciendome un brindis.

¡Salud! - me fuerzo a esbozar una sonrisa que pueda ocultar el nudo que tengo en la garganta; estoy absolutamente confundida y exhasperada con todo lo que ha estado sucediendome éstos días.

Después de un poco de plática acerca del terreno, pregunto a qué hora llegará el auto de la empresa por mi, y él me dice que iremos en el suyo; y me siento diminuta cuando termina la frase con una sonrisa de oreja a oreja - éste tipo no se parece en absoluto al que conocí hace una semana. 

Paga la cuenta y a las 12 menos 20, estoy dentro de su auto espectacular. Él enciende el sonido en un intento de eliminar silencios incómodos; Coldplay me inunda la mente y me relajo un poco. 

Faltando 5 minutos, estamos aparcando y un carro de golf nos espera. 

Todo está un poco polvoriendo - dice cuando me ve observando el espectacular vehículo, con una ezpresión inentendida.

Rodolf ya nos espera al lado del carrito y exactamente a las 12 que guardo mi teléfono en el abrigo, para colgarme la cámara fotográfica, estamos frente a él.

CAPSIZING || Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora