Si vas a sacar un arma, dispará

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Nos gusta indagar. La vamos de detectives y nos enorgullecemos de nuestra inteligencia cuando las descubrimos en algo turbio. Hacerlas pisar el palito nos hace sentir superiores. ¿Pero después qué?

Generalmente, y aunque no nos guste reconocerlo, nos enojamos, las cagamos a pedos, amagamos con dejarlas, lloran un poco y las perdonamos con la condición de que no vuelvan a hacerlo.

Unos tigres.

Lo único que se logró con todo esto fue que ella sepa que a pesar de lo que hizo nosotros no pudimos dejarla. Punto en contra. Tiene vía libre para hacerlo de nuevo.

Federico sospechaba que durante un período de un mes y medio en el que estuvieron distanciados hacía un tiempo, su novia Andrea había salido, o al menos había tenido algún episodio amoroso, con un vecino llamado Rómulo. Ella le había jurado que en ese tiempo no había estado con nadie. Como no tenía pruebas, pero estaba bastante seguro, elaboró una estrategia para sacarle la verdad.

Fue así como una tarde, Federico llega a la casa de Andrea con cara de orto, la sienta en el living, la mira seriamente y le dice: -Me enteré.

-¿De qué? –pregunta obviamente Andrea.

-Me contaron con quien saliste cuando estuvimos peleados.

-¿Qué te contaron?

-Decímelo vos –responde Federico en banana.

-Yo no salí con nadie –insiste Andrea sin mucha convicción.

-Mirá –dice Federico- me molestó bastante enterarme por otro lado. Me embola que me mientas y no quiero que sigas haciéndolo. Si me decís vos misma la verdad tal vez podamos remontar la situación. Si no, no sé.

-¿Qué te pueden haber dicho? –dice Andrea como para sí misma.

-No sé, decímelo vos –insiste Fede.

Andrea baja la cabeza con cara de pobrecita temerosa y le confiesa: -Bueno... en aquella época en que estuvimos peleados... yo salí con Marcelo.

Ahí a Federico se le trastocó todo. El esperaba escuchar el nombre "Rómulo" y pintó un Marcelo.

-¿Qué Marcelo?

-El chico del segundo piso.

"La puta que lo parió", pensó Fede, pero como su sospecha era con Rómulo siguió adelante con la farsa.

-Asi que con Marcelo... mirá vos... pero no, no fue eso lo que me contaron, así que seguí.

Andrea, luego de quedarse un rato en silencio mirando hacia abajo dijo:

-Bueno... también salí con Juan Cruz...

-¿Juan Cruz??? ¿Tu compañero de trabajo?

-Sí.

Otro más y de Rómulo nada.

-Eso tampoco fue lo que me contaron –dijo Federico, no pudiendo dar crédito a lo que estaba pasando.

-Bueno... no sé que te pudieron haber dicho... también pasó algo con Dante...

En resumen, Andrea le nombró al pobre Federico siete tipos.

Ninguno era Rómulo.

Al reconocer el romance con el séptimo, Andrea le asegura que no hubo ninguno más y le exige que le diga que fue lo que le habían contado, dado que sí o sí tenía que ser mentira.

Federico, que a esta altura no le daba la cabeza para seguir con ningún tipo de estrategia le dice: -Me dijeron que saliste con Rómulo.

-Te mintieron. Con Rómulo no salí.

Federico se puso muy mal. Su querida novia era una atorranta que en un mes y medio se había atracado a siete tipos y le había mentido diciéndole que no había salido con nadie.

Pero claro, no estaba preparado para dejarla. La quería mucho y realmente no esperaba encontrarse con las respuestas que se encontró luego de aplicar su estrategia. Había sacado un arma pero no estaba listo para disparar. Lo único que logró entonces con todo esto fue sentirse mal, pero mal en serio, de sólo imaginarse a Andrea revolcándose con cada uno de los siete mal paridos esos, y encima le demostró que estaba tan muerto con ella que podía perdonarle todo.


Ojos que no ven, corazón que no siente.

No hagas investigaciones al pedo.

Si las hacés y encontrás lo que sospechabas, actuá como creés que debería actuar otro en tu lugar. De lo contrario lo único que vas a lograr es que te pierdan respeto y que crean, o mejor dicho se den cuenta, que con vos pueden hacer cualquier cosa.

Si vos la querés tanto que no tenés la capacidad de dejarla haga lo que haga, son fundamentales dos cosas:

Que ella no lo sepa.

Que cambies esa forma de actuar y hagas que tu mente empiece a manejar las cosas y no tu corazón, o tu relación con ella va a tener corta vida.

Mi novia (manual de instrucciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora