El corazón, el peor consejero

315 6 0
                                    

Cuando algo nos duele, lo que necesitamos es alivio inmediato. Si nos quemamos un dedo lo primero que sucede es un acto reflejo de retirarlo del fuego y enseguida lo soplamos o lo metemos abajo del agua.

En cuestiones de dolores de amor queremos hacer lo mismo, pero nunca funciona. Queremos sin pérdida de tiempo que eso tan feo que sentimos desaparezca. ¿Y cuál es la única forma de que desaparezca el dolor porque tu novia te dejó? Que vuelva.

En realidad esto no es cierto, pero hoy en tu mente no cabe la posibilidad de reemplazarla u olvidarla. No te preocupes. Es normal que así sea.

Es entonces cuando debemos saber separar lo que nos dice nuestro corazón de lo que nos nuestra mente. Nuestro corazón nos hace hacer cagadas. Siempre. ¿Por qué? Es simple: Porque no piensa. Para pensar está la mente. El corazón está para sentir.

Y no sólo que el corazón no sirve para pensar, sino que en estos momentos está lastimado.

Un pie no sirve para agarrar un vaso, para eso está la mano. Imaginá entonces intentar agarrar un vaso con un pie y encima que ese pie esté lastimado. Se entiende ¿no?

Es muy común también que en estos casos recibas una parva de consejos de familiares y amigos, que con sus corazones enteros te dirán que hacer. Pero te sorprendería ver que ellos en tu situación no harían nunca nada de eso que hoy están aconsejándote.

"Antes de la pelea, todo el mundo dice

lo que tenés que hacer,

pero cuando te subís al ring te sacan hasta el banquito."

Ringo Bonavena.

Cuando tengas necesidad de escuchar su voz, tu corazón te va a decir: ¡¡Llamala ya mismo!!

Cuando tengas necesidad de verla, te va a decir: ¡¡Andá a buscarla!!

Cuando tengas necesidad de que te quiera, te va a decir: ¡¡Mandale flores!!

Y vos, en la necesidad de sentirte mejor de manera inmediata, lo vas a hacer. Y es ahí donde vas a estar moviéndote para salir de las arenas movedizas.

Por eso, para aconsejar está la mente. Claro que es muy difícil separar inteligencia de sentimientos, pero no queda otra que intentarlo porque sino nos hundimos.

No es fácil. No es nada fácil. Pero lamentablemente, lo fácil, o lo que nos dicta el corazón, nunca o casi nunca nos da los resultados que deseamos.

En resumen, es momento de decirle: "Querido corazón, vos mejor no opines. Dejá que mi cerebro maneje esto, porque vos estás hecho mierda. Mejor descansá, tomate unas vacaciones. No jodas".

Lo que pasa es que muchas veces el turro se hace el desentendido y en cuanto nos distraemos vuelve a arremeter con uno de sus consejos espantosos. Así que hay que estar alerta para no dejarse sorprender. Más adelante te va a agradecer a vos y a tu mente por haber manejado la situación de la manera que lo hicieron y así haber logrado que se sienta bien.

Mi novia (manual de instrucciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora