¡Querete mierda!

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Te dejó o está por dejarte y te sentís como un trapo de piso.

No comés, no salís, no te afeitás, no cagás, no te reís.

No te llama, es el fin de la vida.

Te llama, la vida es una fiesta.

Todo lo bueno o lo malo que puede pasarte depende de ella.

Si ella ya no te quiere se termina el mundo.

¿Y vos?

¿Y yo qué?, dirás.

¿Y vos te querés?

Si vos mismo no te querés, ¿por qué va a quererte ella?

¿Suponés que ella ve algo en vos que vos no ves y por eso te quiere?

Eso es imposible.

Vos te conocés mejor que nadie.

No comer, no salir, no afeitarse, no reír, pensar que tu vida se terminó porque una persona no quiere seguir estando a tu lado, son actitudes de alguien que no se quiere a sí mismo.

Para poder vivir le ganaste una carrera a millones de espermatozoides.

O sea que naciste ganador.

Todos nacimos ganadores. Perdedores nos vamos haciendo solitos con el correr de la vida.

Vos te estás quedando sin ella, pero ella también se está quedando sin vos.

Si vos no te ocupás de vos, nadie lo va a hacer. Está demostrado.

Dejate de joder.

Levantate, afeitate, comprate alguna pilcha nueva.

Dejá de levantar el teléfono al primer ring.

Salí. No tengas miedo a que ella llame y vos no estés.

Si te quiere va a volver a llamar.

Divertite, que la vida sigue y sólo vos podés remontarla.

Es más, siempre que algo termina da paso a cosas nuevas y tal vez mejores. Andá en busca de ellas. No pierdas el tiempo.

¡Queréte mierda!, me decía mi amigo Toto en épocas en las que yo andaba destruido por una ex.

La pregunta del millón es la siguiente:

Ella ¿se merece que vos estés como es'tas?

La respuesta te la dejo a vos.

Volver a sentirte bien es posible. Y empieza con una decisión. Como todo.

El mecanismo para conseguir cualquier cosa es primero desearla, luego decidir tenerla, luego imaginarte que ya la tenés y por último obtenerla.

O sea que si estás hecho bosta por una mina, no pretendas sentirte bien de un segundo a otro.

No te saltees ningún paso:

Primero asumí que te sentís mal y que lo que necesitas no es estar con ella sino dejar de sentirte angustiado.

Segundo, tomá la decisión de empezar a sentirte bien.

Tercero, imaginate riendo, saliendo, divirtiéndote y levantándote otras minas mejores. Lindo, ¿no?

Cuarto, empezá. Sólo depende de vos.

Mi novia (manual de instrucciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora