Capítulo 6: ¡Claro! "En busca de amigos"

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¿Va por su cuenta? Espero que mi boca no se abra por la sorpresa.
-¿Por que traes gafas? -Pregunta mirando unos papeles en su mesa restándole importancia al asunto-.
-Amm desde que desperté la luz me empezó a molestar.
-Debes hacerte revisar.
-Si, lo haré. -«De seguro»-.
Los minutos que marca el reloj parecen burlarse de mi, jamás los vi pasar con tanta lentitud. En mi mente estaba fantaseando con que leamos un poco... O algo así. Pero la presión que da el colegio no lo permite y me siento tonta por siquiera haberlo pensado. Tomo mi bolso y sacó el libro.
Página 279.
-Tampoco puedes leer. -Dice tomando el separador y el libro que descansan en mi mesa-.
-Oh, vamos.
-Para ti leer es divertido. En un castigo, se supone que no son divertidas las cosas. -Bufo y tiro mi bolso del cual sacaba un color. Miro como pone mi libro en su mesa-. Si quieres dejar de bufar y ayudarme a calificar estos exámenes. -Me quedó callada y me quedo mirando con cara de '¿Tengo opción?' el sonríe y con un cabeza hace un gesto para que vaya. Me levanto y me siento en la silla de un pupitre a su lado-. Esto es crueldad. -Dice mirando el examen y tocando su cabeza y masajeando los lados de ella-.
-¿Puedo ver? -Él me entrega el examen y yo empiezo a leer-.
-¿Que tan difícil es aprenderse un simple orden de notas? -Dice, cuando término suelto una carcajada que no puedo detener. Él levanta la mirada de la mesa y me mira con una sonrisa-.
-"Si, Re, Sol, Fa, La, Do, Mi" -Digo riendo por el gran desorden que busca encontrar el orden correcto de las alteraciones en "bemoles"-. Por lo menos sabe que se empieza con "Si". -Él me mira y suelta una carcajada que sale ronca desde su garganta que hace que se me erice la piel-.
-Esto es un desastre. -Dice tocando su cabeza de nuevo. Me agachó a ver el examen-.
-No esta tan mal... ¿De quien es?
-De Britt. -Intento no soltar una carcajada más grande. «Oxigenada torpe»-.
-Creó que necesita pasar menos tiempo arreglando sus uñas y mas poniendo atención en clases. -Él asiente con la cabeza-.
-Hablando de eso. ¿Que fue lo que sucedió ayer?
-Me resbale y caí, eso es todo. -Bajo la cabeza detallando el examen para no mirarlo a los ojos. Siento que el se levanta y me doy cuenta que él ha apagado la luz-.
-Quitate esas gafas, la luz no es potente ya. -«Mierda, mierda, mierda... ¿¡Que voy a hacer!?»-.
-No, no, esta bien.
-Me incómoda no mirar a alguien a los ojos mientras hablo. -Él sonríe-. Intentalo ¿Si? Si te molesta la poco luz te los pones de nuevo. -Él toma los bordes de las gafas y las intenta sacar con cuidado, sin éxito en su propósito. «¿Que le digo ahora?»-.
-¡No, no, no! Esta bien. Los examenes aún no están calificados. ¿Como hacerlo sin luz? -Digo deteniendolas antes de que el las saque-.
-Esta bien, si se mira.
-No, así esta bien. -Él las toma, con una sonrisa y esta vez más decidido, las hala sin darme pie a detenerlo. «Demonios.»-.
La manera en la que su cuerpo se tensa y sus puños se apretan hasta volver sus nudillos blancos me asusta. Sus dientes se aprentan tanto que parece que se fueran a romper. Y en su cara no queda ni el más mínimo rastro de la sonrisa que estaba hace unos minutos.
-¿Quien te hizo eso? -Su voz se siente tan distante-.
-El suelo de las escaleras de mi casa. -Intento parecer divertida usando algo de sarcasmo, mientras espero que él no note los nervios que están carcomiendo el interior de mi pobre estómago. Pero a él parece no divertirle porque su ceño se frunce aún más pidiéndome una explicación que me siento obligada a dar-. Estaba corriendo mientras subía las escaleras y resbale y me caí y... Amm me golpee en el filo de una. -Parece relajarse un poco-.
-¿Y por que corrías? -«Claro, no lo podía dejar ir tan facil»-.
-Mi... Celular estaba sonando en mi habitación y tuve que correr para llegar. Y ya. -Él se relaja y agacha la cabeza, empezando a calificar de nuevo los exámenes sin decir mas. «Me salve de una grande.» Unos 10 minutos después de eso, él términa de calificar. Yo tengo una mano sosteniendo el peso de mi cara demostrando mucho aburrimiento mientras dibujo círculos imaginarios con mi dedo en la mesa-.
-¿Quieres leer un poco? -Dice, mientras toma mi libro de la mesa. Yo muevo mi cabeza emocionada-.
-Creí que no podía.
-Nadie lo sabra. -Dice sonriendo con complicidad-. Pero esta vez tendrás que leer tu en voz alta. -Niego rápidamente con la cabeza-.
-No. Yo no puedo. Me da... Vergüenza.
-Siempre da vergüenza la primera vez. Intentalo.
-No lo haré. -Él toma el libro y sonríe con algo de gracia-. ¿Donde esta el chiste? -Digo, con algo de altanería de lo cual me arrepiento, pues él no me ha hecho nada-.
-En que hoy vamos a leer. Y digame lo que prefiere. ¿Leer para mi, o para toda la clase? -«Maldito bastardo.» Arrebató el libro de sus manos y empiezo a leer algo molesta-.
-Me lo agradecerás algún día. -Dice sonriendo. «¡Ja! Lo dudó mucho.»-.
Tiempo después me doy por pérdida en la lectura. Hasta que el timbre de entrada me dice que mi hora de castigo ha terminado y que tengo que ir a mi siguiente clase para tomar un puesto en la parte más profunda y olvidada del aula.
-Es hora de que vayas a clases.
-Si... -Digo, obviamente no queriendo la cosa-.
-Nos vemos al final. -Me sonríe, tranquilizándome con eso y yo salgo del salón-.
Cuando llegó a mi siguiente clase, casi al otro lado del colegio, todos ya están sentados, un puesto al final parece esperar por mi. Voy allí y me siento poniendo mi capucha, el profesor entra y empieza a dictar una clase más de Biología, todos a mi alredor miran casi sonámbulos como él escribe una fórmula complicada de la fotosíntesis, mientras tanto yo me dedicó a intentar entender de donde salió el "Muerete" escrito en la última página del cuaderno de Biología.
-¿Que es tan interesante de ver señorita? -El profesor se para frente a mi golpeteando con sus largos y huesudos dedos en mi pupitre-. Compartalo con la clase. -Me quedó callada mirando al rededor, deteniendome en Britt que con su boca pintada a lo payaso de circo articula "Muerete." «Pero que perra...»-.
-Lo siento, no volverá a pasar.
-Claramente no. Pase al tablero a explicarnos la fórmula por favor. -Me entrega el marcador. «¡Claro! Se me viene a ocurrir distraerme con el profesor más cuchilla y severo de todo el colegio. Y como es la case que mejor me va.»-.
-¿Al...tablero? -Digo, un poco atontada-.
-No. Al patio. -Dice alguien en la sala, causando la burla en todo el salon-.
-¡Silencio! -Grita el profesor-. La estamos esperando. -Me levantó algo torpe, mis dedos empiezan a tiritar sintiendome estúpida y nerviosa, llena de pánico por salir y hablar en frente de un público.
-Esto... -Cuando iba a escribir, el marcador en mi mano se acento fuerte y se escuchó un chirrido espeluznante, lo quite rápido y gire a ver a mis compañeros que tenían una mueca de fastidio-. La fotosíntesis... En, amm, esta fórmula esta... Eeh... -El profesor me mira y niega con su cabeza. Yo intento sonreir formado una mueca mientras siento como si todos a mi alrededor se acercaran a mi dejándome sin aire para respirar y provocándome mareo-.
-Castigo para el almuerzo. -No tengo tiempo para contradecirlo por el mareo que me da, me corro a un lado tropezando cuando el profesor lo nota-. Salga a respirar los últimos minutos de la clase.
-Gracias. -Digo tomando mis cosas y saliendo casi corriendo del lugar-.
Tengo una hora libre, pues la profesora de Matemáticas sufre de una terrible gripa que le impide ponerce de pie para poder dictar una clase... O para mandar un sustituto por lo que queda de la semana. Voy a la cancha de fútbol americano y me siento en las graderías que están solitarias, rebusco en mi bolso mi libro, luego recuerdo que lo deje en el escritorio del profesor Lynch. ¿Irlo a traer y pasar una hora leyendo o dejarlo con el profesor y pasarme una hora mirando el cielo, el piso, el edificio, el césped...? Voy por el libro. Al llegar al aula del profesor tocó la puerta y él la abre.
-No deberías estar en clase. -Dijo apenas me vio parada en la puerta. Esperaba que estuviera dictando clase, pero el lugar estaba decierto.
-Deberia, pero me dio un pequeño ataque de pánico y el profesor me dejó salir unos minutos antes, estoy castigada mañana. -Él suelta una carcajada que me hace mirarlo mal-.
-Veo que has decidido probar los castigos de los demás profesores. -Me da la espalda y se dirige a su escritorio-.
-Que buen chiste. -Digo sarcástica-. En fin. ¿Podría prestarme el libro que olvide aquí?
-No. -«Y esa, definitivamente no era la respuesta que yo esperaba»-.
-¿No?
-No.
-¿Por qué no?
-Porque tu no tienes clases en este momento.
-¿Y que se supone que haga hasta que tenga su clase en una hora?
-No lo sé, sentarte a ver el cielo, el césped.
-Precisamente por eso decidí venir desde el otro lado del colegio. Para no quedarme mirando a la nada por una hora.
-No puedes pasar toda tu vida escapando de todo metida en libros.
-¿Quien lo dice? -Pregunto retandole-.
-No digo que sea malo, pero no esta mal tener amigos, conocer gente y todo eso.
-Por lo general no le caigo bien a la gente. -Digo algo avergonzada por sonar a la típica niña incomprendida-.
-Si caes bien. Eres alguien poco común, divertida, eso es atractivo... -Suena a casi un cumplido, por lo que bajo la vista al piso a mirar la madera del salón-. Pero si eso es lo que quieres. -Se encoje de hombros y extiende el libro-.
-Gracias. -Sonrio, tomo el libro y salgo del salón hasta llegar a la cancha de fútbol americano de nuevo. Ahí ya están unos chicos en clase de gimnasia. Me dedicó a verlos un rato para luego abrir mi libro y seguir en el lugar en el que había quedado. Despues de unos minutos, la potente luz del sol hace que mis ojos empiecen a ver pequeños puntos que interrumpen con mi lectura. Levanto la cabeza y cierro el libro para descansar mi vista, parpadeo un par de veces para despejar mi vista.
Un chico llega cojeando un poco al lugar en el que estoy sentada, esta con el uniforme de gimnasia y en su cara se forma una mueca de dolor. Lo miro un poco extrañada.
-¿Te encuentras bien? -Su cara mostró pregunta, pude leer en sus ojos el '¿Hablas en serio?'-.
-Viste como me acabo de torcer el tobillo mientras corria, y duele mucho. ¿Te parece eso estar bien? -Tengo la torpeza de preguntar, algo que al parecer estaba fuera de lugar-.
-Lo siento, pero en realidad no te vi.
-Si, estabas mirando para allá.
-Estaba parpadeando, la luz me dejó sin poder mirar. -Tomo el libro que descansa en mis piernas y me levanto para irme a leer al otro lado del y dejar al señor malhumorado arrastrar con su tobillo solo-.
-Oye, espera. No debí responderte así.
-No importa. -Digo con voz neutra y aburrida mientras camino por uno de los niveles de las gradas, sintiéndose como una pasarela-.
-Ven, no te vayas.
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Bueno, él dijo que conociera a alguien... :v

Warrior Angel.-Ross. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora