-Para un momento... -.
El profesor se detuvo en su lectura:
-¿Ocurre algo? -.
El hombre al que creían el caminante se frotó la cara con las manos:
-Algunos recuerdos reencontrados, nada más -.
El profesor Richard dejó el libro a un lado y estiró el cuello. Solo hizo una pregunta:
-¿Por qué? -.
El hombre sonrió:
-¿Quieres saber por qué dejé todo eso atrás? -.
El profesor asintió:
-La respuesta es muy fácil. Yo vivo de las historias, ahora bien... Si no hay historia... -.
-... No hay caminante. Dejaron de creer en el caminante -.
El hombre aplaudió:
-Eres rápido profesor. ¿Ves esa puerta de ahí atrás? -.
Una puerta yacía polvorienta en el fondo de la habitación:
-Acércate y ábrela -.
El profesor se acercó a la puerta y tragó saliva antes de abrirla. Si la puerta era tal y como había leído en la historia, le llevaría a lugares imposibles. Le tembló el pulso, agarró el pomo y... Nada. La puerta daba a una pared:
-¿Lo ve profesor?. Ya no puedo hacer nada mas que marchitarme entre los recuerdos de lo que una vez fui -.
El profesor volvió a su asiento y cogió el libro:
-Pero no voy a aburrirles con mis batallitas del pasado. Por favor profesor, continúe -.
El profesor vio a sus hombres espectantes sentados mas allá. Se aclaró la garganta y siguió leyendo.
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El mito del Caminante
DiversosTodos hemos contado historias alrededor de la hoguera. Esas historias llenaban las noches frías y daban una excusa a los más jóvenes para quedarse hasta tarde. Todos hemos disfrutado con las típicas historias y cuentos; El hombre del saco, el lobo...