Si Fueras Emma ©

2.

Azotan agresivamente la puerta de la habitación de Emma, ella queda paralizada, mirándola, va retrocediendo lentamente hasta meterse bajo la cama.
Está aterrada, quiere llamar a Amy pero sabe que eso no va a cambiar las cosas. No va a cambiar lo que viene.
La cerradura se rompe y la puerta sede, en el umbral se encuentra el padre de Emma con expresión enojada y agresiva.

Esta temblando a más no poder pero sabe q no va a tener la fuerza suficiente para resistirse, otra vez va a tener que seder, salir con la cabeza gacha y aguantar.
Emma se resguarda lo más posible en uno de los rincones pero sabe que es exactamente lo mismo que estar frente a él. El hombre levanta la cama con brusquedad y toma los rojizos cabellos de Emma para arrastrarla hasta sus pies, levanta su cabeza con agresividad y la obliga a mirarlo.

─ No me asustas.

─ Lo harás.

Uno de los puños va directamente a la nariz de Emma la cual rápidamente comienza a sangrar, otro va a su mejilla izquierda y un último en la derecha.
Los gritos son ensordecedores, él le tapa la boca con la mano y la mira amenazante.

─ Ve a lavarte la cara y ponte maquillaje. Lo que menos quiero es que me denuncien.

─ Vete a la mierda.

Otro puñetazo aterrizó en su mejilla y ella escupió un hilo de sangre junto con un grito de dolor.

─ Mas te vale que ese lindo rostro esté bien maquillado.

•°•°•°•

Emma entra al salón temblando pero sin quitar esa mirada de sobradora que tanto le gusta utilizar, vuelve a sentarse como el día anterior: un poco burda y muy exagerada.
El maquillaje cubrió todo a la perfección, no hay rastros aunque toda su cara duele y arde. Toma el lapiz y su mano tiembla, su letra se nota desprolija y un par de lágrimas corrieron la tinta, mira a su alrededor y nota que muchos la están mirando. Pone su mejor cara de malvada para espantarnos, ¿que tanto tenían que mirar?.

Ella no prestó atención a la clase, solo se focalizaba con lo ocurrido hoy, cuando suena el timbre del receso va corriendo al baño donde se encuentra a Amy que rápidamente la abraza.

Su amiga puede notar a la perfección como es que Emma tiembla, llora todo lo que puede hasta que se siente desahogada.

Amy la interroga pero ella no dijo una sola palabra de lo ocurrido hoy ni tampoco lo de todos los días, sólo dijo mentiras las cuales su amiga creyó a la perfección. Porque ellas no se ocultaban nada.
O eso creía Amy.

Se lavó la cara y retocó su maquillaje, se miró al espejo, ¿cuanto más tendría que sufrir para ser libre?. Peinó su cabello con rapidez antes se que sonara el timbre de volver a clases, al salir del baño le sonrió a Amy y se fue dejándola sola.
En el pasillo se cruzó a Jeremy, otro de sus amigos al cual lo saludó que la mejor sonrisa que pudo sacar entre toda esa tristeza.

Sonó el timbre y comenzó su segunda clase, la clase del profesor Goop.
Tampoco prestó atención en esta clase, solo asentía cuando le dirigía la mirada, sus manos no paraban de temblar. Esta vez le había afectado más que otras y no sabía bien por que.
Su respiración era agitada, ya no podía sobreactuar que se encontraba bien.
Un chico que ya me venía observando hace rato se me acercó un poco.

─ Te ves muy pálida, ¿te encuentras bien?

─ Sólo me encuentro un poco mareada. Es todo.

Me ofrece una botella de agua que sinceramente me viene de maravilla, tomo un gran trago y se la devuelvo. Le agradezco en voz baja y no lo vuelvo a mirar por el resto de la hora.

La clase termina y salgo corriendo a cualquier lugar menos a casa.