Enamorado de sus cicatrices.

Capítulo 26: Enamorado.

Federico POV:

- ¿Llevas tu cargador?

- Si, Fede. Ahora ya vámonos. El hermanastro de Nicole pronto debe ir a trabajar y si nota su ausencia estamos acabados. - apresuró Lauren agarrando sus dos bolsos y encaminándose hacia mi garage, donde nos esperaba Nicky en el auto.

Sin demora, copié su acción con mi valija y comencé a acomodar todo en la parte trasera del auto.

-Listo - comenté luego de unos minutos alzando mi vista. Me encontré únicamente con Nicole, siendo que hace segundos la chilena estaba a su lado. - ¿Y Lauren?

- Fue a preparar algo para que desayunemos en el camino.- respondió un poco cohibida. Tenía ambos brazos abrazándose a si misma y una sombra negra atravesava por su mirada cada minuto.

- ¿Estas bien?- me acerqué acariciando una de sus mejillas suavemente.

- Tengo miedo... No sé como solucionaremos todo esto Federico.

- Esto es solo para alejarte de ese infierno, princesa. No viviremos toda la vida en aquella cabaña. Sólo hasta encontrar una solución a todo esto ¿si? - la abracé de manera protectora, haciendo suaves caricias en su cabello.

- Esta bien- espetó separándose de mí de una forma extraña, como si el contacto con mi piel la quemase.

- ¡Hey! ¿Qué fue eso? - cuestioné confundido.

- ¿De que hablas? - su tono de voz era indiferente y neutro, sin ninguna emoción reconocible.

- ¿Porque te alejas de mi de esa forma? - repentinamente un nudo se formó en mi garganta, impidiéndole seguir sin que mis ojos se cristalizaran.

Esto dolía, y demasiado.

- Sigo sin entender - agachó su cabeza mientras fingía ordenar unas cosas en el asiento del copiloto.

Quise responderle mientras mi pecho dolía por alguna u otra razón, sin embargo cuando intente hacerlo...

- Chicos, debemos irnos - habló Lauren con cierta preocupación en su rostro a la vez que subía de prisa al automovil.

- ¿Pasó algo Lau? - cuestionó Nicole mientras subiamos tambien, ella en el asiento del copiloto y yo conduciendo.

Al principio ella no respondía, pero ambos estábamos ansiosos por oír su respuesta. Luego de salir a la calle con el móvil, me aseguré de que mi hogar estuviese cerrado por completo. Al estar listo, miré con un poco de nostalgia el lugar.

- Nos vemos dentro de unos días - susurré corriendo al auto y emprendiendo nuestro viaje.

Al subir, vi como ambas chicas estaban pálidas y con sus ojos fijos en la carretera, como si algo les preocupara o incluso torturara.

- ¿Sucede algo? - mi voz se perdió en el vacío de aquel transporte. Ninguna de las dos contestaba, dándome una razón para frustrarme un poco.

- ¿Lauren? ¡Por favor! - grité un poco exasperado. Si algo ocurría quería y necesitaba saberlo.

Ella estaba sentada en el medio de nosotros dos, en la parte de atrás. Fijó su mirada en el espejo retrovisor, chocando con la mía.

Estuvo observándome aproximadamente 15 segundos, evaluandome, intentando deducir la reacción que tendría ante la noticia.

- Lautaro me llamó - soltó sin más, con su vista fija en el suelo.

No pude evitar frenar de golpe, haciendo que el automóvil realizara un extraño movimiento hacia delante. Gracias a Dios, estábamos en la calle de mi barrio aún, que era muy poco transitada.