Capítulo 35: ¿Todos merecen otra oportunidad? [Parte 1]

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Federico POV:

-¿Podemos ir? - pidió por vez 35 en todo lo que llevaba de la tarde, mientras se cruzaba de brazos.

Nicole había mejorado mucho con el transcurrir del tiempo. Había logrado sentarse, sus vendas ya no sangraban más y su energía de veía renovada.
Sin embargo, en lo único que pensaba era en ir a ver a Lautaro, y sinceramente tenia miedo.

¿Que ocurría si el no estaba bien? Yo sería el único culpable y dudo que alguien me lo perdone.

- No pienses en eso - dijo ella sosteniendo mi mano, como si hubiese logrado leer mis pensamientos. - Tu nunca quisiste que esto ocurra ¿si? Eres demasiado bueno para hacerlo - sonrió mostrándome su mejor apoyo.

Yo quise responderle, cuando oigo que tocan la puerta. Ambos volteamos nuestros rostros, pero Nicky se encargó de permitir el paso.

- Hola Pandi - una cansada Lauren ingresó por la puerta, con lágrimas secas en las mejillas pero una sonrisa en el rostro.

- ¡Lauren! - mi princesa no pudo evitar soltar un grito de felicidad al ver a su amiga nuevamente.

La recién llegada corrió hacia Nicole, apartandome de un solo golpe de su camino.

- Hey - me quejé en medio de risas.

- Yo la conozco desde antes, tengo más derechos - dijo con rapidez para luego volver a abrazar a Nicky.

- ¿Como estas Pandi? - preguntó ocupando el lugar en donde antes estaba sentado yo, pero no hice ningún comentario, necesitaban tiempo juntas.

- Yo mejor, ya me devolvieron la sangre que perdí - sus ojos rondaron por toda la habitación, como si se estuviese ahogando de vergüenza. - Supe lo de Lauti, ¿como esta el? - ahora yo era el que estaba plantando en su lugar, con un nudo de vergüenza en medio de la garganta.

- Solo unos cuantos moretones y cortaditas, un brazo fracturado y un chichón en su cabeza - rió Lauren con completa satisfacción. - Facundo iba despacio así que los daños fueron menores, estará bien en unos días - sentí como si media tonelada de culpa se cayera de mis hombros, pero dejando media tonelada más, porque obviamente no debería estar siquiera internado, yo le hice daño.

- Necesito ir a hablar con él - dijimos con Nicole exactamente al mismo tiempo.

No sonreímos enternecidos, pero como obvia amiga de ambos, Lauren se encargó de liquidar todo rastro de ternura.

- Dejense de tonterías y vamos - rodó los ojos fingiendo asco, pero con una leve sonrisa en los labios que la delataba.

Solo reímos, y nos encaminamos hacia el ala de emergencias, Lauren haciendo bromas acerca de nosotros dos, Nicky sentada en su silla de ruedas y yo tras ella, empujando desde las manijas de esta.

Unos minutos después, ya estábamos todos al lado de la camilla de Lautaro, mientras el permanecía con sus ojos cerrados y una sonda colocada en su antebrazo.

- ¿Lauti?- susurró Lauren, con completo amor solo pronunciando su nombre.

El comenzó a abrir sus ojos con parsimonia, y su mano buscaba con necesidad la de su hermana menor.

- Lauren...

- Vinieron a verte - el pasó su mirada de la azul de Lau, a la miel de Nicole, para finalizar observándome a mi. Sus ojos se detuvieron en los mios, analizandome.

- Lamento haberte hecho esto, campeón - suelto sin más, esperando que el peso de mis hombros disminuya.

- Este tiempo aquí postrado...- pensé que ignoro mi cometario, pero esperaría a que terminara de hablar.- me di cuenta de lo descarrilada que esta mi vida. Vi el daño que me causo y que logre causar en las personas que más quiero - miró con una fina capa de lágrimas a su hermana y a Nicole. Luego, me miró fijamente a mi - Perdoname tu, Fede. Te he hecho daño, directa e indirectamente. Tu solo explotaste y ocurrió lo que quizás debía ocurrir para abrir los ojos. Lamento todo, y gracias por cuidarlas cuando yo las lastimé. - en este punto, ellos tres tenían lágrimas deslizándose por sus rostros, pero ha de admitir que mi vista también se nublaba unos segundos - Decidí ir a rehabilitación. Quiero cambiar mi vida, y estar presente para mi hermana y .... Mi mejor amiga- Nicole y él sonrieron mutuamente, entendiendo el porque de aquellas palabras. - Solo quiero saber si, podrían perdonarme.

Enamorado de sus cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora