Capítulo 33: Un poco de acción.

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Federico POV:

La adrenalina corría por cada rincón de mi cuerpo. No podía pensar en otra cosa que no fueran mis manos ahorcando el cuello de esos dos bastardos.

No debía cometer una locura.

Maltratar a tu hermanastra dos años y hacer que le peguen a tu novia es una locura.

Mis pensamientos no me ayudaban en casi nada.

Mi pie pisó con fuerza el freno, estacionando frente aquella casa. Caminé decidido, respirando con total dificultad. Me agache con velocidad y agarré un pedazo de madera entre las manos.

Si haremos las cosas, hagamoslas bien.

Me paré frente aquel portón negro que recordaba del primer día en que conocí a Nicole. Una lágrima rodó rebelde por mi rostro.

Escalé sin cuidado aquella estructura, aterrizando de un solo salto en lo que sería propiedad privada.

- Rompamos un par de leyes - hable para mi mismo golpeando con ímpetu la puerta de entrada. Golpeaba aquella madera como si mi vida dependiese de ello, pero tratando de que la sangre de mis nudillos no se impregnara en ella.

Golpeé por ultima vez hasta escuchar como unos veloces pasos se acercaban a donde me encontraba yo.

De repente, la puerta se abrió y oculte aquel pedazo de madera tras mi espalda. Frente mio se hayaba un chico alto, de ojos claros y cabello oscuro, con una mirada que a cualquiera le causaría todo el temor del mundo.

- ¿Sebastian? - pregunte mientras mis manos agarraban con fuerza el elemento tras de mi.

El solo levantó una de sus cejas y me miró con desconfianza.

- Si - dijo entre dientes, pactando así su pena de muerte.

Mi respiración se agitó enen un abrir y cerrar de ojos la madera ya había impactado en la cabeza del chico, tumbándolo en el suelo y dejándolo aturdido.

- ¡ POR TU CULPA ELLA ESTA ASI ! - lo pateé en su costado, haciendo que de retorciera en el piso - ¡ PORQUE ! ¡ ELLA NO TE HIZO NADA, IMBECIL ! - seguí pateándolo hasta ver un hilo rojo escapar de entre sus labios. Fue ahí donde tire lejos aquel palo y me coloqué por encima de él, sosteniéndolo del cuello.

- ¿Quien rayos eres? - preguntó mientras sus dientes se tenían de un color carmín.

- El que defenderá a Nicole después de tantos meses - respondí mas calmado, hasta ver como se comenzaba a reír de lo que había pronunciado, como un maniático.

- ¿Todo por la mocosita? Esa idiota tiene los días contados - comenzó a reír a carcajadas mientras la sangre hervía dentro de mi. Nadie tenia derecho a hablar de ella así, mucho menos él.

Mi puño impactó contra su nariz, haciendo que este soltara algunas lágrimas y la sangre también se escapara por estos orificios.

- ¡ NO HABLES ASI DE ELLA ! Ahora explicate.- agarré con mas fuerza el cuello de su remera y lo acerqué a mi rostro - ¿Por qué los días contados?

- La pobre es tan asquerosa que su papá quiere que la mate. - soltó muy cerca mío, permitiéndome ver su odio reflejado en los ojos. - El me paga cada semana para que le de su merecido. Las reglas son sólo porque soy buena persona y no quiero lastimarla sin tener razones - rió como si del mejor chiste se tratase.- Ese era el trato, por lo menos hasta los 18.

Enamorado de sus cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora