6 limones

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Adam: Lucy ¿Podrías dejar de escapar cada vez que me acerco a ti en el instituto?

Lucy: Es la única forma que sé de defenderme. Pensé que quizas solo querías gastarme una broma.

Adam. ¿Porqué crees que haría algo así?

Lucy: ¿No es obvio? Soy la chica fantásma.

Adam: ¿De que hablas?

Lucy: Yo soy la chica fantasma, nadie sabe que existo hasta que se chocan conmigo y me insultan, en segundos se olvidan de mí. En el instituto no soy nadie, no existo. Por algo tú tampoco sabías quién era; hasta que mi prima dijo que había un chico muy atractivo vendiendo limonada en el parque. No lo tomes como un cumplido, yo solo repito sus palabras. El caso es que no esperaba que fueras tú... Consideré no volver, pero este lugar siempre fue mi santuario, este parque signifíca mucho para mi.

Adam: ¿A ti te gusta ser la chica fantásma?

Lucy: ¿Tú qué crees?

Adam: Lucy, mi vida no es perfecta. Mi padre nos abandonó a mí y a mi madre hace tres meses. Mis amigos son útiles para mi estatus social, ir de fiesta y no tener que pasar la secundaria completamente solo.

Lucy: No puedo creer que te tengas lástima. Vivo con mi abuela, ambos de mis padres murieron cuando tenía diez años. No tengo amigos; ni falsos, ni verdaderos.

Adam: De veras lo siento... Yo... No sé qué decir.

Lucy: Mejor no digas nada. Si te vuelves a acercar a mí arruinarás tu reputación. Nadie quiere a la chica fantasma.

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