Adam: ¿Qué carajos?
Lucy: Que exagerado, es solo una pequeña fractura.
Adam: ¡Cubierta por un enorme yeso! ¿Qué paso?
Lucy: El día del partido me caí de las gradas.
Adam: ¿Qué? ¡¿Cómo rayos te caíste de las gradas?!
Lucy: Unos chicos de último año me empujaron. Pero no duele, estoy perfectamente bien.
Adam: Que hijos de puta. Ten, acabo de exprimirla.
Lucy: ¿Qué haras cuando te quedes sin limones?
Adam: Compraré más.
Lucy: ¿No era que eran exprimidos de tu limonero?
Adam: ¿Enserio lo creíste? Solo bromeaba. No trates de cambiar de tema.
Lucy: Eh... no... solo.
Adam: Acercate. ¿Tienes algun bolígrafo?
Lucy: Supongo que podre encontrar alguno en mi bolso. ¿Chicle?
Adam: Sí, gracias.
Lucy: ¿Un marcador sirve?
Adam: Cualquier cosa que escriba.
Lucy: "Espero que esos idiotas reciban su merecido. - El chico de la limonada"
Adam: Sí lo sé, soy genial.
Lucy: Tu nivel de originalidad me supera. ¿Te das cuenta que eres el único que firmo mi yeso? No tengo amigos, parecera que me lo he escrito yo misma.
Adam: ¿Porqué te importa? Ademas, yo soy tu amigo.
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Lemonade
Short StoryElla era dulce como la limonada. A él solo le faltaba la musa perfecta para exprimir el jugo de su amarga vida; tal vez tendría que haberle agregarle más azúcar a la receta. ¿Pero acaso alguien sabe? Cuando se trata de Lucy y Adam, todo es inexacto...
