CAPÍTULO 10

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Me desperté con la horrible sensación de haber soñado que moría.

Era otra pesadilla.
En ella estaba en un bosque y mirara donde mirara veía negro.
Hasta que notaba dos fuertes brazos cogiéndome fuerte del cuello aplastándome.
Y antes de morir me despertaba.

Me levante con dolor de cabeza.
Vi a mi hermano haciendo el desayuno.

"Otra vez intento de hacer tostadas"

Me acerque a él.

-¿Te ayudo?

-Tienes mala cara, ¿Qué ha pasado?

-He tenido una pesadilla.

-Una vez de pequeña tuviste una, mama y papa corrieron a tu habitación y vieron que estabas fuera de la cama, empapada de sudor.
Por aquel entonces eras muy pequeña, cuatro o cinco años.

-¿Porque me cuentas eso?

-Porque me he acordado de lo de la pesadilla.

-Tengo hambre

-Ten, pruébalas.

Las probé y...

-¡¡Aleluya por fin te han salido buenas!!

-Oooh, ¡¡aleluya!! ¡¡Gracias dios mío!!-dijo en tono exagerado.

-¿Y Michaela?

-A ido a por sus cosas.

-Aaaa.

-Os quiero a las dos, eso nunca lo olvides, enana

Y se fue dejándome sola desayunando.

Mi peor día comenzaba.
Hoy le tendría que decir al estúpido de mi vecino que tendría que trabajar con él. Solos, en su casa.
Por si no fuera poco trabajando, de señora de la limpieza.

Suspiré y me encaminé a su casa.

-Vaya vaya, pero que tenemos aquí.

-¡Cállate imbécil! Esto lo hago por mi abuela.

-¿El que?

-Lo del trabajo, que vengo para trabajar.

-Ya sabia que acabarías entrando en razón.

-¡Cállate!

-¿Te viene bien empezar mañana?

-Esta bien, adiós.

-Adiós, futura señora de la limpieza.

¡Como lo odiaba!
Me fui a casa toda enfadada.
Sabía que mañana lo pasaría mal, muy mal.

Abrí la puerta, entre y me senté en el sofá.
Quería matar a mi hermano por obligarme a trabajar con ese estúpido e impresentable.

Espere a que apareciese con su novia.

-¡Te odio! - le grite cuando apareció.

-¿Porque?

-Por obligarme a trabajar con el estúpido de tu amigo.

-¿Tampoco es tan malo?

-¡¿Como?! ¡¡Para mi si que es malo!! ¡Por lo menos tu no estarás por muchas horas en casa de ese!

-Cálmate.

-¡No quiero! ¡Te odio! ¡Pensaba que eras mi hermano! ¡¿Como has podido hacerme esto?!

-¡Oye! ¡No dramatices! ¡Tampoco es tan malo!

-¡Me voy!! ¡No quiero verte!

-¡¿A donde vas?!

Empleada de un Playboy © (1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora