Days Of The End© (EDITANDO)

C9: Amarga vista final

Frente a ellos hay un montón de personas huyendo de una inmensa horda de infectados. Atónitos, no tienen más opción que solo observar guardando la distancia. Flavio detecta a varios conocidos que asisten al mismo gimnasio. Divisa a Nestor que como puede se defiende con una pistola, pero la cantidad de zombies es tanta que pronto lo atrapan devorándolo en el acto.

Impactado por la muerte de su conocido, aparta la vista.

— Esto no puede estar pasando. —Se dice mientras intenta pensar en otra cosa—.

La enfermiza imagen de decenas de personas muriendo comidas provoca tanto asco en Andrés que termina bajando de la batea del auto y vomita.

— Debemos buscar una desviación antes de que suframos el mismo destino que ellos. —Habla Edward sin despegar la vista de enfrente—.

Silvio le da reversa al vehículo y toma una de las calles del pueblo. A la vez que avanzan ven casas envueltas en llamas, cuerpos sin vida y zombies merodeando.

Los que van en la zona trasera al estar más expuestos tienen los ojos bien abiertos ante cualquier ataque sorpresa.

Alan intenta guardar la calma; mira a sus amigos y por sus caras sabe perfectamente que están muertos de la preocupación por sus familias, así que decide hablar:

— Oigan, todavía estamos a tiempo de dejar esto a un lado y quedarnos con nuestras familias.

Arturo no toma muy bien las palabras de su compañero y reacciona enfurecido:

— ¡Qué mierda dices! Después de todo lo que planeamos y sales diciendo eso.

— Entiendo que te moleste, pero Artu ¿Qué ganamos con esto? Entre más lo pienso más sentido pierde.

Andrés sigue en estado de shock por lo que ha presenciado; Carlos tiene su cabeza hundida para evitar ver más el infierno que llegó hasta sus vidas; su hermano permanece en silencio observando a sus amigos discutir; y Jesús ignora todo lo que pasa.

— Nosotros debemos buscar la forma de acabar esto.

— ¿Nosotros? ¿Si quiera te estás oyendo? Lo dice quien hace un día se acobardo mientras unos tipos casi nos matan. Y eso que solo eran humanos.

— Humanos o zombies da igual, los demonios no tienen que estar muertos para serlo. —Contesta el menor por dos meses—.

El miope no soportando más la tormenta que se ha generado, decide tomar cartas en el asunto y entra en la charla:

— Artu... —El par voltea a verlo— quiero preguntarte una cosa.

Su amigo guarda silencio expectante a lo que dirá Flavio:

— Si tanto quieres ver a tu papá, ¿Qué tenemos nosotros que ver con eso?

Arturo traga saliva y su mejor amigo continúa:

— Mira, yo sé que con todo esto el estar en grupo es lo más lógico, pero el problema radica en tus objetivos. Poner en riesgo la vida de todos para hacer un largo viaje sin saber los peligros que vamos a enfrentar ¿Para luego qué?

— Pero no solo es por mi papá, los buscaremos a todos, tú papa Al, también el tuyo Andrés, y el de Edward, les diremos que nos entrenen para ser más fuertes.

— Artu... No es tan sencillo como lo dices, desearía en serio que fuese así de fácil.

Viéndose entre la espada y la pared, piensa en todo lo dicho por su mejor amigo, todo el grupo tiene sus ojos encima de él esperando una respuesta. Su corazón late cada vez más fuerte, trata de hablar, pero la camioneta se detiene aumentando la confusión.