La abandonada cárcel de Alcatraz oculta un oscuro secreto, el mundo entra en una pandemia mortal y un grupo de amigos deberán afrontar los cambios que están por venir a sus vidas.
El aguacero que cae sobre el pueblo se hace cada vez más fuerte, muchos de los locales disfrutan la ocasión para refrescarse y divertirse, el par de infectados camina bajo la imponente lluvia acercándose a un pequeño grupo que decidió aprovechar la ocasión para jugar fútbol en la calle. Al acercarse inician su ataque mordiéndolos; el sonido de la lluvia más los incesantes rayos impiden que los gritos de las víctimas sean detectados.
Mientras tanto en la casa de Flavio...
El mayor de los hermanos Paba está listo para salir a visitar a su pareja, pero debido a las inclemencias del clima su plan es cancelado.
— Por lo visto no tendrás de otra que quedarte en casa. —Le habla su hermano mientras juega Halo: Reach—.
El mayor del par le escribe un sms a su novia y se sienta en la cama tomando el segundo mando.
Mientras tanto en las calles...
Los infectados siguen haciendo de las suyas. Cobran un montón de víctimas inocentes empezando a sembrar el caos en el municipio.
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Mientras la tormenta persiste, los habitantes desconocen el averno que se les avecina. La gran mayoría se encuentra encerrada en sus casas rezando por que la compañía eléctrica no tenga uno de sus constantes apagones.
Pasan las horas y el violento rocío no se detiene, los zombies merodeadores han tomado más de una docena de vidas iniciando una atemorizante horda que continúa atacando a aquellos malaventurados ignorantes del peligro.
Los que rescataron a Arturo se topan con el numeroso grupo de infectados, al ver la intimidante cantidad de seres malignos retroceden asustados al no saber cómo lidiar ante tal problema; huyen y los recién convertidos los persiguen hasta que alcanzan a uno de los gemelos tumbándolo, su hermano reacciona corriendo hasta él dándole una fuerte patada al infectado que logra alejar.
El resto del grupo los cubren disparando contra la horda que va tras de ellos. Consiguen perderlos de vista y en su huida pasan por una calle donde presencian algo que los deja en shock, un montón de zombies comiéndose el cuerpo de varios a quienes conocían. La horrenda y obscena escena les revuelve las tripas.
Nando, el líder del grupo empuña sus manos con irá diciéndoles:
— Lo mejor es alejarnos y dar aviso a las autoridades de lo que está pasando.
Mientras en la casa de Arturo...
Camilo se encuentra abstraído de su entorno, su atención está puesta en la ventana detallando como corren por esta las gotas de lluvia.
— Tal parece que esto irá para largo.
— Tampoco creo que sea así —responde el anfitrión— si te fijas, ya no tiene casi fuerza.
Como si de un agüero se tratase, las palabras del pelinegro son acertadas, pronto escampa y el de ojos claros aprovecha para llevar a su hermano a la finca de su padre.
