CHAPTER 18: SANGRE, CUERPOS Y CENIZAS

3.7K 208 17
                                    

Tenía una costilla lastimada, probablemente rota, es lo que su experiencia en las batallas navales le había enseñado. Luis volvió a ser el idiota que sólo por tener un trozo de carne extra colgándole más abajo de las caderas se creía hombre, pero se comportaba como animal. Se burló por segunda ocasión de ella, ese día, minutos antes de subirla al barco que la llevaría lejos del mundo, en una cueva, viviendo de las pocas algas surgidas en las paredes rasposas de un lugar abandonado por la civilización, ahí pasaría el resto de su vida. Luis la empujó fuerte contra los barrotes de la celda, la furia que la sobrecogía también la mantenía como un cuerpo frío que no puede moverse, no sintió el dolor de su cuerpo estrellarse contra los barrotes de metal dentro del reducido espacio, estaba casi como ya muerta.

Pudo armarse muchos planes de huida en el camino hacia el barco, sus ojos avistaban como fiera salvaje la naturaleza en su entorno. -Golpear, correr, esconderse... Es una tontería... Distraer, huir, ocultarse... Qué estupidez, eso no es pensar con la mente fría – Los pensamientos estaban ahí, fluidos de ideas, pero Lauren Jauregui no huiría sin estar segura de obtener los resultados exactos, precisos, ella era de precisión, no de esperanza, de exactitud y no de fe. No iba a arriesgarse si sabía que con eso arriesgaría más de lo que salvaba.

Se dejó conducir, esposada y con grilletes en los pies, pero sin dejar de observar.

-Vas a tener un excelente viaje en primera clase princesa.-

El comentario mal intencionado de Luis no surtió efecto, una marinera entrenada como ella se concentraba en el estudio del campo, con todos los sentidos sumidos alrededor, vista, oído, olfato, gusto y tacto, el idiota de Luis se había quedado como lo que era, un idiota, esperando respuesta. Al cabo de cañón Michael Clifford no le pareció justa la manera de tratar a tan digna representante de las armas y decidió quitarle los grilletes y las esposas una vez asegurada dentro de la embarcación. Lauren no era agradecida, pero en esa ocasión reconocía la honorabilidad que guardaba el joven Clifford por un personaje que respetaba, movió la cabeza en señal de afirmación y en cierta manera, gratitud.

Pocos segundos después, en su análisis del entorno, captó una delgada figura que corría a pasos extraños hacia la orilla de la isla, alcanzó a reconocerla y en el mismo instante el corazón comenzó a darle tumbos.

-Camila – Murmuró, apenas las manos alcanzaban a llegarle a la orilla del largo buque, cualquier cosa que quisiera hacer estaría de más, ella lo sabía, así que se limitó sólo a observarla caer de rodillas sobre la arena, la desesperación de Camila no era más grande que la de ella mirándola ahí y en esas condiciones.

A varios metros detrás de la castaña Lauren pudo contemplar el paisaje desolador que se avecinaba, las armas ya estaban comenzando a echar fuego y a detonarse las granadas, el humo que se veía a lo lejos le partió más el corazón a la ojiverde, Camila no alcanzó a tomar el barco que la pondría a salvo junto a su familia, era tarde.

Si hubo una esperanza dentro del corazón humano de la pelinegra, ésta se había esfumado cuando miró a las dos figuras negras que se acercaban a Camila, de un momento a otro, más cerca de ella, todo fue ruido, fuego y humo...

XXX

Camila no se dio cuenta, fue cuando abrió los ojos y miró caras conocidas que supo que no había muerto.

-¿Qué pasó?- Pregunto confundida

-Camila... Hija... Al fin.- Sinú fue la primera en abrazarla

-Despertaste Camila...-Dinah fue la segunda

-¿Qué pasó?... ¿Lauren?- Camila miraba a todos lados

-Hija...-

-¡LAUREN! – Gritó la morena retorciéndose desesperada entre los brazos de su madre

Mundos Opuestos [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora