-A las siete en punto Camila... -
Las palabras de Lauren resonaban en su mente haciendo eco, escuchaba cómo se desvanecían a cada pisada de los caballeros de blanco.
-Traicionaste a tu nación hija, estoy muy decepcionado.-
Alejandro Cabello se había quedado paralizado en un momento, las últimas palabras que habló las había dirigido a su enemigo, para él, el recorrido de su hija hacia el sonido del disparo representó como la cinta de una película, no pudo actuar, sus sentimientos acumulados le hicieron presa de la inmovilidad, se sintió atado. Vio a Dinah caer de rodillas emitiendo apenas un gritito ahogado al tiempo que Camila recibía el disparo contra su cuerpo.
Su mirada estaba absorta en la delgada figura de la muchacha tendida en el piso. -¿Porqué? – Se preguntaba, pero la voz no salía de su interior, ni siquiera sabía cuál era en sí el sentimiento que lo embargaba, probablemente, el de mayor peso, era el odio.
-Lo mismo digo Jauregui – Soltó, sin otra expresión en el rostro más que la de la incredulidad, y de esa misma manera dio la vuelta y comenzó a caminar de regreso a la aldea.
-P-papá – Gimió Dinah débilmente desde el suelo cerca de Camila, no obtuvo respuesta, el corpulento hombre se perdió entre la penumbra de la noche.
-No – Habló de nuevo Dinah cuando un hombrecillo primitivo intentaba levantar a Camila del suelo.
-Deja que lo haga – Sugirió Calum – Ellos pueden ayudarnos... Confía.-
Sólo de esa manera Dinah pudo entender la magnitud de lo que había causado. Ella sabía que no era una chica mala, su actitud era únicamente resentimiento contra la vida. Las personas que ella frecuentaba la habían robado de su identidad, se sintió traicionada, las personas que quedaron a su alrededor eran aquellas que jamás había pretendido, y de seguir las cosas como antes nunca lo hubiera hecho, ella era Dinah Jane, Dinah, como la conocían todos, la chica superficial, con talento, plástica, insensible, lastimosa, irritable... pero amaba, en algún punto de su corazón ella amaba. Siempre pensó que Camila, por ser la hija mayor, era la favorita de sus padres, porque todos querían a Camila, Camila tenía amigos, tenía galanes, Camila también tenía talento y éxito en todo lo que hacía, todos querían a Camila, nadie quería a Dinah.
-¡Nadie te quiere! – Le gritó dos o tres veces una gringa alta de ojos azules -¡Nunca me toques! – Añadió en otra ocasión Lauren, pero Lauren Jauregui se dejaba tocar por Camila, decía que la odiaba pero siempre que Camila quería abrazarla ella lo conseguía, y aunque no lo quisiera Camila y Lauren se frecuentaban en la mesa del Café Asfalto, Lauren estuvo algunas veces en la casa de Camila y también se permitió cantar junto con ella y la llegó a tomar de la mano.
- ¡Nadie te quiere! – Era la frase sin embargo que le resonaba una y otra vez en la cabeza luego que miró su realidad cuando sus ojos contemplaron el nuevo lugar de su morada. Desde entonces el resentimiento de Dinah contra el mundo se agravó de tal manera que ni siquiera ella volvió a creer en sí misma, perdió la confianza en sí. El talento que tanto presumía se desvaneció por completo, nunca había vuelto a cantar. Ally a veces le sacaba algunas risas pero luego que Ally se marchaba volvía a ser la misma Dinah sombría e irritable que no hablaba ni siquiera con su amigo imaginario.
Pero Dinah amaba, muy dentro de ella, amaba. Amaba a su padre, amaba a su madre... amaba a Camila, claro que los amaba, sólo estaba resentida... Quizá había entendido demasiado tarde y por los peores medios que su resentimiento había tenido consecuencias graves. "De los errores se aprende", reza la popular frase, y todo el mundo se justifica en ella para fallar una y otra y otra y otra vez... Ojalá no se permitiera fallar, ojalá ella se hubiese dado la oportunidad de enmendarse antes de que eso pasara, ojalá jamás se hubiese permitido aprender de sus errores. Sí, Dinah Jane había cometido un error: Delatar a Camila. Sabía de sus encuentros amorosos, siempre supo que Camila sentía algo más que cariño por la chica ojiverde, lo guardó, quizá le serviría más tarde para alzarse como la mejor de las hijas al descubrir que su hermanita no era tan noble como pensaban. Pero se equivocó, Dinah se equivocó y actuó en el momento menos indicado y con las personas menos indicadas, y había costado quizá, la muerte Camila... Todo gracias a sus errores, porque de los errores se aprende, sí, aprendió, pero a costa de una vida inocente...
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Mundos Opuestos [Camren]
Aléatoire-¿Es una promesa?- Lauren la miro con el pulgar arriba -Es una promesa.- Camila cogió el pulgar con el suyo sellando el pacto En un mundo gobernado por dinero, poder y un estatus social donde los oprimidos son desterrados y enviados a tierra de nadi...