-Señor, hemos avistado tierra al norte, el dilema es si debemos avanzar; si nos quedamos aquí, podemos organizar un ataque cuya ejecución nos dará tiempo de escapar, si avanzamos... Corremos el riesgo de volvernos vulnerables, seremos presa fácil... Estamos invadidos, señor.-
El sujeto con apariencia de hierro se incorporó de su fino asiento de cuero hecho a mano, mirando al frente, pero a ningún punto en particular, los ojos azules parecían estar perdiendo un poco el color que antes irradiaban, la figura de Michael Jauregui, aunque firme, dejaba entrever que la seguridad de su triunfo estaba escapando de sus manos, y lo convertía en un marinero frustrado y con la decencia hundida en el fondo del mar.
-Avancemos – Dijo al fin, el joven de cabello negro se paralizó.
-Señor... Me temo que no escuchó mi report...-
-Claramente – Lo interrumpió – Claramente teniente Mahome, y la orden es... Avanzar.-
-Pero si nos atac...-
-Avanzar... Preparados.- Mahome lo miró con incertidumbre, había qué obedecer la orden.
XXX
Los recién llegados a la isla se volvieron a la orilla de la playa, con los rostros vueltos en un gesto de gozo e incredulidad al mismo tiempo por lo que estaban contemplando.
Bastaron algunos pocos pasos más para que la ojiverde encontrara el límite de su más profundo deseo – Camila – Habló con una blanca sonrisa en el rostro.
-Lauren – Respondió la morena, posiblemente, descifrando si la bella figura al frente se trataba de una persona real, o de un fantasma; se miraron a los ojos, contemplando el color natural de cada par fijo en la otra – Demoraste – Habló al fin, sin tener otro argumento para recibirla, su mente trabó los pensamientos de que hace apenas unos instantes la creía muerta.
-Prometo que será la última vez, la próxima avisaré que llegaré un poco después de la hora... - Los ojos de Camila se dilataron – O... Tal vez será mejor no llegar tarde... No le gustará a la mujer que me espera en casa...- Sonrió asomando de nuevo esa perfecta dentadura desarmante.
-La cena se servirá en punto de las ocho... Y no habrá recalentado – Le devolvió la sonrisa, y entonces las dos muchachas por fin se abrazaron, gustando en un beso sereno que duró muy poco, no dejando de ser conscientes de la multitud de personas que las rodeaban, entre esas, sus familias.
Lauren se aclaró la garganta antes de volver a hablar, sin soltar la mano de Camila – Hola a todos... -Se dirigió a la multitud en un tono un poco tímido - Sé que pensaban que estaba muerta y... Creo que por un momento lo estuve pero... ¿Saben? Creo que una persona no muere sin antes haber cumplido su destino, a-al final del último capítulo – Volvió a aclararse la garganta - "Las palabras no son lo mío" - Habló para sí. – En ésta batalla ha habido héroes... Muchos, como los que se quedaron a pelear por su pueblo... Y otros... Que simplemente resistieron... - Miró al bote que se acercaba – Les tengo una sorpresa – Dijo, un segundo después Alejandro Cabello descendió del bote y con un porte firme, igual que Michael, se mostró a la concurrencia.
-Alejandro – Sinú fue la primera en ir a recibirlo, seguida de Dinah quien llevaba las manos sobre la boca.
Pero el porte de Alejandro Cabello denotaba algo más, su orgullo caído; al igual que Michael Jauregui, ambos hombres habían liderado la lucha por sus ideales, uno imponiendo, el otro en resistencia, ambos habían cometido errores sobre muchas decisiones malas que tomaron, perjudicaron a mucha gente, sacrificaron a cercanos, impusieron su orgullo sobre sus hijas, ahora Alejandro estaba arrepentido, su cara ya era otra, su mirada no estaba endurecida porque no había más hambre de venganza en él, había caído en la cuenta de sus errores y ahora quizá sólo le quedaba luchar por hacer justicia, sólo justicia.
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Mundos Opuestos [Camren]
Acak-¿Es una promesa?- Lauren la miro con el pulgar arriba -Es una promesa.- Camila cogió el pulgar con el suyo sellando el pacto En un mundo gobernado por dinero, poder y un estatus social donde los oprimidos son desterrados y enviados a tierra de nadi...