Capitulo 24

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Andrea

Estaba en la plaza central de la ciudad con Max, terminando de ver una película. Yo seguía comiendo las palomitas acarameladas.

-¡Oh mira una máquina de moroshos!- dije mientras acercaba mi cara al vidrio, observando ahí dentro, un unicornio de felpa. Saqué un dolar de mi bolsillo y se activó la máquina, traté de agarrarlo con la manija pero enseguida se calló.

-oh...- dije desanimada- ya que...-dije retirandome.

-espera...- dijo Max sosteniendo mi hombro- tendrás ése morosho...- dijo sacando su billetera.

-no, Max, no es necesario- pero a Max no le importó y metió el billete a la máquina.

Falló, volvió a sacar un billete y lo volvió a meter, nuevamente falló y volvió a meter otro billete.

-déjalo Max...- pero el seguía.

Ya llevaba cinco dólares, ahora diez, ahora veinte... a los treinta dolares logró sacarlo.

-¡lo saqué!-dijo victorioso mientras sacudía el morosho.

-si, después de treinta dólares- dije sonriendole y cruzandome de brazos.

-tu lo vales...- dijo entregandome el peluche.

-Max... tu lo ganste...- dije sonriendole tiernamente.

-pero no hubiera valido la pena, si no hubiera visto ésa sonrisa...- dijo agarrando mi mejilla.

Me paré de puntitas y lo besé. ¿cómo podía existir alguien tan perfecto cómo Max? Agradecía al destino por traerlo junto mi, quien sabe qué sería de mi sin él.

Salimos del cine hacia la calle, sin fijarnos si venía algún auto. En que estabamos cruzando, escuchamos el sonido de un pitido, y ambos nos quedamos paralizados. No era un auto. Era un autobús.

Max pareció reaccionar y me empujó fuera de la calle, haciendome caer de rodillas mientras frenaba con mis manos haciendo que pequeñas costras se formaran en ellas. Pero éso no era ningún dolor comparado con la escena que vi al girarme.

Max se tiró para que el autobús no lo arroyara, pero no calculó bien el espacio, y le arroyó su pierna izquierda. Dos llantas pasaron por encima de ella, dos llantas con aproximadamente una tonelada encima de ellas, ya que el autobús venía completamente lleno.

El conductor se bajó, después de pasarle ambas llantas encima de la pierna de Max, pude reconocerlo, el conductor del mismo autobús que tomabamos en las mañanas.

-no se quede ahí parado... ¡llame a una ambulancia!- le grite con las lágrimas ya saliendo de mis ojos.

El conductor subio de nuevo al autobús por un teléfono.

-porfavor, Max... porfavor...- le susurraba a Max mientras sostenía al morosho con una mano, y con la otra la suya, que en ese momento, se encontraba fría. Le tomé el pulso, todavía su corazón latía y respiraba.

Sangre salía de su pierna, la cuál se iba volviendo cada vez más abundante.

-la ambulancia está viniendo- me dijo el conductor.

A Max no le podía pasar nada, él era toda mi absoluta felicidad, no podía estar pasando.

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Morosho: peluche de máquina de palanca.

Se que es muy corto, pero algunos capitulos necesitan serlo, y no se preocupen, no va a ser nada grave.

Como faltan tres capitulos después de ésto, pensaba hacer una sección de preguntas a los personajes, pero sólo si junto más de diez preguntas, porque sería muy tonto hacer una de tres o de cinco :b  así que dejen sus preguntas, pueden preguntar cuantas veces quieran y al personaje que quieran, también pueden preguntarme, así como también no sólo a los principales, si no a los secundarios, como a Lia, Sindy, La madre de Max, la madre de Andrea, el conductor del autobús :v. Pero no olviden poner la pregunta y a quién está dirijida, y si hay más de diez preguntas lo haré la próxima semana, y recuerden que pueden preguntar cuantas veces quieran.

Cuenta regresiva... 3...

~krista♥

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