Capítulo 23: Debes volver.

997 65 0
                                    

Al día siguiente abrí los ojos y se me ocurrió mirar mi móvil, tenía llamadas perdidas de mi madre. Pero se suponía que yo tendría que estar con mi padre y ella no tendría que llamarme para nada, así que no la iba a llamara, si ella quería que le cogiese el teléfono que me llame cuando no esté durmiendo. Aparté el móvil de mí, no tenía ganas de estar con él y eso era muy raro en mí, ya que sin él no podía vivir. No quería estar con el móvil, solo quería dormir, estaba muy cansada, así que me dormí otra vez. Pasado unas horas, eran como las nueve de la mañana sonó una música creo que era She's Kinda Hot y venía de mi móvil, pero era raro porque yo no había puesto música en ningún momento, miré y me estaban llamando, en ese momento me di cuenta de que había cambiado mi tono de llamada, era mi madre quien llamaba. No sé que se habría tomado para llamarme tan pronto, ella se cree que todo el mundo es como ella que a las seis de la mañana ya está en pie. No me quedaba otra, tenía que cogerlo sí o sí, porque si no mi madre iba a empezar a sospechar de mí. Cogí la llamada y le dije:

-Hola, mamá.

-Hola, hija. ¿Qué tal por los Estados Unidos?

La voz de mi madre sonaba muy tranquila a la habitual y eso era raro en ella, yo le dije:

-Me va bastante bien, creo que es mucho mejor que Australia.

Obviamente mentí, no sé si es mejor o peor porque nunca he estado pero mi madre se pensaba que yo estaba en los Estados Unidos. Ella me dijo:

-Tu familia también está bien, ¿no?

-Si bueno, la abuela anda algo vieja y su enfermedad no da para más.

-Bueno, eso no me sorprende, siempre ha estado así.

A mí eso no me sorprende eso de que la abuela está mala, lo que sí que me sorprende es que mi madre se esté creyendo aquella mentira, pensé. Ella siguió hablando:

-¿Tu padre tiene ha alguien?

-Sí, pero eso es algo que no te puedo dar muchos detalles, porque no quiere que te diga nada.

Mi madre no paraba de preguntarme cosas y yo ya me estaba quedando sin respuestas, luego ella me dijo:

- Quiero hablar con tu padre, dile que se ponga al teléfono.

-En este momento no está.

-Avísame cuando llegue.

-Claro.

Claro que no se lo iba a pasar, porque mi padre estaba en la prisión. Mi madre me dijo:

-Se me olvidaba, ya tienes que irte de EEUU, ya puedes volver a casa.

-Vale.

Colgué el teléfono, pero había algo que yo no entendía, me había avisado a mi y a LUKe, no, que raro.


Solo somos hermanastros. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora