Capítulo 24: A solas. (segunda parte)

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Mi madre y el padre de Luke habían salido, yo y Luke estábamos solos en casa viendo la tele. Y ame aburría ver tanta tele, nos habíamos pasado todo el día viendo la tele. Faltaba poco para que se hiciera de noche, como una hora más o menos, yo no quería estar dentro de mi casa, hacía bastante calor. Me cambié de ropa, no iba a salir a la calle en pijama y abrí la puerta, Luke me miró y me dijo:

-¿A dónde vas?

-No sé, a dar una vuelta supongo.

-Pues voy contigo.

Él se acercó a mí y yo le dije:

-Primero cámbiate, ¿no?

-¿Cómo?

-No vas a salir en pijama, digo yo.

Luke se fue a cambiar de ropa, pasado unos minutos bajó y salimos de mi casa. En la calle también hacía calor. Nos pusimos a dar un paseo por el barrio, no había nadie en la calle solo habían gatos abandonados, tampoco se veía mucho movimiento por la carretera. Ya era de noche y me dolían los pies de los tacones, no me iba a poner tacones pero era lo que más a mano tenía. No aguantaba más los pies, tenía ganas de quitarme los zapatos, pero estaba en la calle y no me iba a poner a caminar descalza. Por fin habíamos llegado a casa, abrí la puerta y me fui a quitar los zapatos, Luk eme miró y me dijo:

-No te quites los zapatos.

-Pero es que....

No me dejó terminar la frase, él me cogió en brazos y subimos las escaleras, por las escaleras se me cayeron los zapatos, al llegar al piso de arriba él me dejó en el suelo. Los pies me seguían doliendo, él se quedó mirándome un buen rato, yo miré hacía él. Él no me dijo nada, me hizo seña de que le besara la mejilla, yo le miré con cara de ¿qué estás haciendo?  Me acerqué a él y le fui a besar en la mejilla, entonces el se giró y le besé en la boca, estábamos en medio del pasillo, peor a él le daba igual, seguía besándome. De repente paró y entró en mi cuarto, yo entré detrás de él. Él se quedó parado delante de mí, yo seguía detrás de él esperando a que se moviera, moverse se movió pero en vez de seguir caminando se giró y se quedó mirando para mí. Yo no sabía que hacer, la verdad es que me había quedado con las ganas de que me besara otra vez y sabía que él tenía ganas de hacerlo. Se acercó más y más a mí, yo me fui para atrás pero él me puso una mano en la espalda y me empujó contra él, yo no sabía que hacer. Me besó el cuello, yo no paraba de reírme porque a su misma vez me estaba haciendo cosquillas, luego me besó en la boca, nuestras lenguas se tocaron, estuvimos besándonos un buen rato. De repente él seguía besándome y puso una mano en la cremallera de mi falda y la bajó, la falda se me cayó, yo le desabroché el botón de su pantalón, le bajé la cremallera y le bajé un poco el pantalón, él se lo terminó quitando. No me soltaba para nada, quitó sus manos sobre mí y me quitó la camiseta, mientras yo le desabrochaba la camisa, yo estaba en ropa interior y él todavía con su camisa puesta, pero es que los botones no se iban a desabrochar solos. Pasado como unos minutos, terminé de desabrochar la camisa, nunca había tardado tanto. Seguía besándome, parecía que nunca iba a terminar nunca. Me cogió y yo puse mis piernas alrededor de su cintura, él empezó a besarme el cuello. De repente sentí que él empezó a perder el equilibrio y nos caímos, pero hubo suerte y caímos sobre la cama, a él le dio igual porque seguía besándome no paraba, yo estaba encima de él, luego me quedé debajo de él y así sucesivamente, seguíamos besándonos. Yo no quería parar pero estaba bastante cansada y tenía un dolor de pies que no se me quitaba. Pasado como un par de horas, él paró, parecía cansado. Hicimos como si no hubiera pasado nada y nos pusimos a dormir tan tranquilamente.

Solo somos hermanastros. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora