Se sabe que el rey de las maldiciones es una persona sin sentimientos, aquel que llegaría a matar a quien sea sin tener compasión y remordimiento.
¿Qué es lo que podría pasar si alguien llegara a su vida a cambiarle hasta su forma de pensar?
En est...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Jaq le pregunta a Sukuna que dice el diario de Cenicienta y también que le parece-
La hice sufrir mucho esa vez... Cuando la vea allá le diré lo mucho que... -se le nota su leve sonrojo en las mejillas- Maldita sea como yo pude caer en esto... -pone sus manos en su rostro en señal de vergüenza-
-Jaq le dice que debe decirle lo mucho que la ama y lo bonita que se ve-
Tú no entiendes nada maldita sea... -se acerca a la ventana y mira el cielo estrellado- Esa vez que cantó... Nunca se vio bonita...
-las ratoncitas lo miran por un momento enojadas ante su respuesta y Gus avienta un pedazo de carbón bastante enojado-
-Sukuna voltea a verlos- No me mal interpreten malditos... Se veía.. -vuelve a mirara hacia afuera- Se veía como una obra de arte.. Y el arte no tiene que verse simplemente bonito... tiene que hacerte sentir algo.. ¡Mierda! -golpea la pared- Maldita sea... No sé si está bien sentir eso en mi, ella merece algo mejor sin embargo la quiero solo para mi.. y eso es algo egoísta...
-los pequeños amigos no saben que responder ante la respuesta de Sukuna-
Tal vez... incluso durante este tiempo... ella cambió de opinión sobre mí y su corazón a elegido a alguien más...
-Jaq se acerca a él y le dice que podría ir a disculparse e ir a comprobar si sus sentimientos son correspondidos hacia él-
No es muy sencillo hacerlo... Es complejo expresar algo que sientes... sobretodo si es este sentimiento... Siento como una especie de encanto por aquello que he tratado de alejar... pero una cosa si se...
No la quiero perder
Solo su expansión de Dominio alcanzo a los hechiceros, dejando fuera al cuerpo de Cenicienta
Cuando por fin todo estaba en silencio, no quedaba nadie Solo quedaba la luz del fuego de los árboles quemados
