Nadie comparado contigo.

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Tengo miedo. Tengo mucho miedo. Lo sabe. Se que lo sabe, pero aún no he podido hablar con él. Nada más tocar el timbre, desapareció. Le busqué durante un buen rato, pero una chica de su clase me había dicho que ya se había marchado. Supongo que se habrá ido rápido para no verme. Mierda, ¿por qué justo ahora? Maldito Viktor, es un bocazas. No se le ocurre otra cosa que hablar de eso cuando todo el patio puede escucharte y más aún si estás en la cafetería rodeado de gente, en concreto también un amigo del chico al que amo. Sí, así es. Estoy enamorado de un chico. Soy gay, y no me avergüenzo de ello. El problema es que Leviathan es el hermano de Carline, una chica loca y maniática que me persigue desde los doce años. Ahora con casi dieciocho, he logrado acostumbrarme un poco a su presencia y hasta me está empezando a caer bien. Levi tiene 19, es un año y algunos meses mayor que yo, pero eso jamás me ha importado. Le conozco del instituto y de muchas veces que ha separado a su hermana de mi. Poco a poco quedamos más veces y averigué más cosas de él. Le gusta el manga, los coches y tocar la guitarra. Es alto, con el pelo moreno y largo y los ojos marrones claritos. Me enamoré de él poco tiempo después. Yo ya sabía mi orientación sexual, con 16 años tuve mi primer novio. Es algo que no me gusta recordar porque la cosa no acabó muy bien: intentó forzarme a mantener relaciones sexuales, y yo aún no me sentía preparado. Es curioso que justamente Levi me salvara de ser violado por aquel idiota. Fue en mi casa y al escuchar mis gritos pidiendo ayuda, no dudó en entrar rompiendo la puerta y darle una paliza a ese tío asqueroso. Luego llamamos a la policía y se lo llevaron. Le denuncié y jamás lo volví a ver. Por suerte no pasó nada ya que Levi llegó justo cuando empezaba a quitarme la camiseta a la fuerza. La verdad es que mi mayor deseo es perder la virginidad con Levi, pero no se si eso será posible. Él nunca ha dicho que le gusten las chicas y que yo sepa no ha tenido novias, así que tengo un poco de fé. Decidí ir hasta su casa. Se que se ha enterado de lo que siento por él porque uno de sus amigos escuchó al bocazas de Viktor, mi mejor amigo, hablando en el recreo, concretamente en la cafetería mientras pedía una napolitana de chocolate. Cuando yo le tapé la boca para que se callara, era demasiado tarde. El chico ese me miraba impactado y antes de poder pararle, salió corriendo, seguro que para contárselo a Levi. Me fastidia. No quería que se enterara y menos este curso que me dijo que le gustaba alguien. No quería perder la pequeña amistad que teníamos. Aunque no fuéramos muy cercanos, me valía con que me saludara por los pasillos, o que me alborotara el pelo cuando iba a su casa porque su hermana me invitaba. Yo aceptaba únicamente para estar cerca de Levi y para verle más veces. Egoísta, lo sé. No es que piense mucho en los sentimientos de Carline, pero es que el amor nos vuelve medio estúpidos. Una vez más me quedé impactado ante la belleza de su casa. Está perfectamente pintada de blanco, tiene dos plantas y un hermoso jardín en la parte de atrás. Llamé al timbre, y note que mis manos estaban temblando. Para mi sorpresa, abrió el mismísimo chico al que me encanta ver. Leviathan estaba en el umbral, apoyado en la pared y sin camiseta. Subí mis ojos al darme cuenta de que le estaba mirando muy descaradamente el pecho. Es más alto que yo. Me está sonriendo de una manera tan dulce que creo que mis piernas se convertirán pronto en gelatina.
-Hola Cris. ¿Has venido a ver a Carline?
Es extraño, le noto un poco más triste de lo normal. Su sonrisa no deslumbra como siempre y sus ojos tienen un rastro de amargura. Además de eso, no parece distinto y se porta conmigo como siempre. ¿Acaso no se lo ha dicho su amigo?
-Eh pues no. La verdad es que venía a verte a ti. - Mis palabras salen atropelladas y apenas consigo formar una frase. Por un momento el rastro de amargura desaparece y su sonrisa es sincera, pero se va tan rápido que a lo mejor sólo lo he imaginado. ¿Que le pasa?
-¿A mí? Bueno pues aquí me tienes. ¿Querías algo en especial?
A ti. Todo tú y todo tu cuerpo. Lo pensé, pero acabé diciendo otra cosa.
-Mañana tengo un examen de Física y Química y no entiendo nada. He pensado que tú me podrías ayudar si no estas ocupado.
No tengo ni la menor idea de cómo conseguí inventar una excusa tan creíble en semejante situación. Sonrió.
-Claro que sí. Pasa, que seguro que aun no has comido. -Me abrió más la puerta y con un brazo me invitó a pasar. Me rozó ligeramente la espalda y sentí un agradable cosquilleo en todo mi cuerpo.
Me preparó macarrones con queso, que por cierto estaban deliciosos, y me dijo que tendríamos mas tranquilidad ya que su hermana no estaba. Después de comer me invitó a subir a su cuarto, que era bastante grande y tenía una cama doble en la que ambos podríamos tumbarnos sin problemas. Me sonrojé un poco al darme cuenta de lo que estaba pensando.
-Bueno,- dijo sentándose en su cama. -Saca tu libro y veamos que tienes que estudiar.
Me di un cabezazo mental al darme cuenta de que hoy no había tenido Física y Química y por lo tanto no tenía el libro. Total, el examen era dentro de dos semanas. Me puse algo nervioso. ¿Y ahora que le digo? ¿Y si descubre que le he mentido?
- ¿Cris? ¿Te pasa algo? - Me miraba raro y supuse que mi cara debía ser de angustia total.
- Eh no, digo sí. Se me ha olvidado el libro. - Me reí un poco por los nervios y el también se rió, supongo que por mi torpeza.
- Vale, ¿y como pretendes estudiar sin el libro? - Tenía una sonrisa hermosa en el rostro. Se estaba divirtiendo y la tristeza había desaparecido. Me alegré.
-Bueno yo... - No aguanté más. Se lo tenía que preguntar. - ¿Te ha pasado algo raro hoy?
Me miró algo extrañado.
-¿Raro como qué?
Ni yo mismo lo sabía.
- Pues no se... Como si alguien te dice algo fuera de lo común.
Su expresión cambió de repente a una mezcla entre decepción, tristeza y algo mas que no supe descifrar. Sin embargo, se empezó a reír.
-¡Ah! Ya se a lo que te refieres. Jason me dijo que escuchó a ese amigo tuyo cuyo nombre no recuerdo decir algo de que estabas enamorado de mi. Pobre de Jason, ¿eh? Esta más sordo que su abuelo. No te preocupes. -Debió de ver mi cara consternada- Sé que escuchó mal así que tranquilo.
Su sonrisa era extraña. Lejos de aliviarme porque no le hubiese creído, me enfurecí. ¿Acaso este idiota piensa que no tengo sentimientos? ¿Tan ridículo le parece que le quiera?
-Eres un imbécil.-Me estaba esforzando mucho por mantener la calma.- No tienes en cuenta a nadie más que a ti mismo. ¿Y que si fuera verdad? ¿Tan estúpido te parece que esté enamorado de ti? Es mas fácil desechar la idea, mandarla a la mierda y hacer como que nada ha pasado, ¿verdad? ¿Pero acaso has pensado en mi? ¿En como me siento yo cuando te parece tan ridículo que te ame? Porque sí. Es cierto, Levi. Llevo casi dos años enamorado de ti, viniendo aquí para verte, recorriendo los pasillos de arriba a abajo hasta que me cruzaba contigo. Cada palabra tuya me hacía sentir un zoológico dentro de mi estómago y tus roces me enviaban corrientes a todo el cuerpo. ¿Como crees que me sentí cuando me dijiste que te gustaba alguien? Vine aquí para explicarte lo que te dijeron, pero antes de que llegara tu ya decidiste no creértelo porque era más fácil, ¿no? Eres un maldito cobarde, y no sabes cuanto me fastidia amarte.
Me giré. No quería ni verle la cara de asco que seguramente tendría hacia mi. Me toqué las mejillas, no se en que momento empecé a llorar. Lo había soltado todo, pero estaba muy lejos de quedarme a gusto. Ahora mismo, me sentía fatal.
-Fue porque no creí que alguien como tu me querría.- Susurró. Apenas pude oírle.
-¿Qué?- Me giré de nuevo hacia él. Seguía sentado en la cama, pero tenía la cabeza agachada y el pelo le tapaba los ojos, por lo que no podía ver su expresión.
-No podía creérmelo porque jamás pensé que alguien como tú me querría. -Repitió un poco más fuerte. Yo estaba petrificado. Él no se movía de su posición.
-¿Alguien como yo? - No entendía a que se estaba refiriendo.
-Si, alguien como tú. Popular, guapo, divertido, alegre y bueno. Tus ojos verdes y tu pelo rubio tienen locas a muchas chicas en tu curso, mi hermana entre ellas. Yo soy un idiota cobarde que jamás se atrevió a decirte lo que sentía. Un friki que tiene cuatro amigos verdaderos, porque todos los demás se acercan a mí por si vuelvo a traer porros como el año pasado. Mi familia me odia por ser gay, mis notas son deprimentes y ni siquiera se que hacer con mi vida. Cuando Jason vino hoy y me dijo lo que había escuchado, hubo un momento en el que me sentí la persona más afortunada del mundo. Pero luego la realidad me golpeó, y me di cuenta de que eso era imposible. Yo no soy nada comparado contigo. Era totalmente improbable que tu sintieras algo más que un poco de gratitud hacia mí por quitarte de vez en cuando a mi hermana de encima. Teniendo a tanta gente a tu alrededor, ¿por qué te fijarias en mí? No quise hacerme ilusiones con algo que siempre pense que no pasaría. ¿Sabes lo furioso que me puse cuando vi a ese tío encima tuya hace dos años? No podía dejar que nadie te hiciera eso. Yo quería ser el primero y el último que te tocara en tu vida. Lo siento. Siento haberme comportado como el cobarde e imbécil que soy.
Estupefacto no es nada comparado con cómo me siento ahora. Levi estaba llorando. Tenía las manos tapándose la cara pero yo podía notarlo. Tanto tiempo esperando y soñando con oírle decir que me quiere me hacen pensar que quizá esto no es real. Me pellizqué y nada ocurrió. Seguía en el mismo sitio y todo era real. ¡Levi me quería! Cuando por fín reaccioné no pude evitar llorar de emoción y alegría. Me acerqué a él y lo abracé con todas mis fuerzas. Quería transmitirle todo el amor que sentía por él y hacerle ver que es mucho mejor de lo que piensa.
-Eres idiota Levi, pero estoy tan enamorado de ti, que me da igual todo y todos. ¿Sabes una cosa? Yo siempre pensé que era insignificante en tu vida. Siempre sonriendo, pasara lo que pasara. Tus bromas, tus chistes, tú entero me encantas. Con tus defectos y tus virtudes. Siempre que me imaginaba mi vida perfecta, no salía nadie más que tú. Me da igual si veinte chicas me miran, mi corazón siempre te ha pertenecido Levi, y siempre lo hará.
Levantó la cabeza dejándome ver esos hermosos ojos color marrón claro. Estaban llorosos, pero su sonrisa era tan grande y sincera, que la ternura que me invadió hizo que me descontrolara.
-Me muero por besar tu sonrisa.
Y así lo hice. Me incliné y lo besé. Su sonrisa desapareció para seguirme el beso, tierno y dulce y lleno de tanto amor que sentía que me iba a derretir. Poco a poco se fue volviendo más intenso y cuando nos separamos para respirar, la inmensa felicidad que sentía en ese momento casi me provoca un mareo.
-Te amo, Cris. Siempre lo he hecho.
Era mucho mejor oírlo en directo que soñarlo.
-Te amo, Levi. Siempre lo haré.
Y en esa noche no me importó nada más que él y la felicidad del amor correspondido. Mi mayor deseo se estaba cumpliendo.

Holaa:))) Espero que os haya gustado. Me divertí mucho escribiendolo mientras tenía 38.5 de fiebre.
Y gracias especiales a una amiga que me animó y me dijo cosas muy lindas en una noche algo loca XD

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