Infidelidad. ¿Distracción?

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"Te quiero", "te amo", "quiero pasar toda mi vida contigo", "eres el amor de mi vida", "no podría vivir sin ti", "si estamos juntos que le jodan al mundo"... ¿De qué sirven 100 palabras de mierda si no van acompañadas de un solo acto que las demuestre? ¿De qué sirve decir algo si no eres capaz de demostrarlo? Las palabras se las lleva el viento. ¿No habría que actuar para sostenerlas y dejarlas donde queremos que estén?
Es curioso que alguien adore hacer promesas que nunca cumple, ¿no? Eso al menos es lo que parece que él hace. Ni una sola promesa cumplió, ni la más pequeña. Ni siquiera me llevó a ver la película que moría de ganas por ver a pesar de prometermelo. Su excusa fue que sus padres querían que se centrara en sus estudios, cosa que ni un niño de tres años se creería si conoce a sus padres: una puta que se acuesta con cualquiera y un ludópata que ya no sabe ni a que juega. Pero yo no dije nada, yo le quería, demasiado quizás, y por eso no me quejé tampoco cuando anuló el viaje que tanto tiempo me había costado planear. Dijo que había encontrado un trabajo y que solo podría empezarlo esa semana. Le creí, ¿por qué no iba a hacerlo? Nunca me dijo de qué iba ni me enseño el lugar donde trabajaba a pesar de que estuvo tres semanas desapareciendo por las tardes.
Sospechaba cosas, claro que sí. Cuando tu novio se porta de esa forma, mintiendo, ocultándose, evitando pasar tiempo contigo, ¿cómo no sospechar? Pensé que se había hartado de lo nuestro, pensé que se mudaría y tenía miedo de decírmelo, pensé que su padre había muerto, pensé que se prostituía y por eso no me lo quiso contar, joder, si es que hasta pensé que tenía cáncer y se iba a morir. Pero en ningun momento se me pasó por la cabeza que estuviera engañándome, que estuviera saliendo con otra persona a mis espaldas. Hubiera sido algo menos impactante que esa otra persona fuera un chico ya que obviamente era homosexual, pero no. El muy idiota estaba saliendo con una chica, una jodida chica, cuando tenía más que claro que le atraían los hombres. ¿Que clase de imbécil hace eso? Un cobarde que tiene miedo a lo que la sociedad piensa sobre la gente que se enamora de alguien de su mismo sexo. ¿Es que no entiende que así nunca será feliz?
Obvio yo ahora tampoco seré feliz. Acabo de ver a mi novio, el chico del que estoy enamorado desde hace dos años, besándose con una chica delante de todo el instituto. Él sabe que estoy aquí, y aún así lo está haciendo. ¿Se habrá cansado de su doble vida? ¿Habrá elegido la mentira que vive con esa chica antes que la historia de amor que teníamos nosotros? Creo que sí. Y me duele, obvio que me duele. Pero me da más pena él, haciendo algo que no le gusta porque es lo que la gente espera, yendo por el camino más fácil porque luchar por lo que quieres no está hecho para todo el mundo, viviendo una mentira... Yo no sería capaz, me da igual que me insulten o me odien, jamás podría haberle engañado y mucho menos separarme por los prejuicios. ¿Que mas da que a alguien no le guste lo que haces? Jamás podremos complacer a todo el mundo porque cada persona piensa diferente.
Supongo que ha hecho esto ahora por los rumores que empezaban a salir sobre nosotros. "¿Estarán juntos? ¿Serán más que amigos?" ¿Que coño les importa a ellos si me follo a un tío, a una tía, a mi hermano o a un perro? Ni que fueran a dormir más tranquilos por ello...
Me hubiera gustado que me lo dijera a la cara, que no me engañara. Que fuera al menos un poco hombre y me dijera que no podíamos seguir, que aunque me quería, los prejuicios estaban por encima de nosotros. Obvio que también me habría dolido, pero al menos tendría la satisfacción de haberlo oído de su boca y no haber visto directamente para que otra cosa la usaba. Más que enfadado o destrozado, estoy dolido. Llevaba tiempo engañándome con una chica, diciéndome que me quería mientras que al mundo le mostraba a su otra novia, avergonzándose de mi sin que yo me diera cuenta... ¿Como he podido ser tan tonto? ¿Como he podido estar tan preocupado por él, entregándole todo mi amor mientras él besaba a otra? Me da tanta rabia no haber caído antes, haber malgastado dos años queriendo a semejante individuo...
Pero se acabó. Soy mejor que eso, saldré adelante porque aunque mil muros se crucen en mi camino, soy de los que se empotra y los rompe aun con el riesgo de salir herido. Me gusta salirme con la mía, tengo carácter y sé exactamente qué hacer para hacerle ver el estúpido y horrible error que ha cometido.
- ¿Fede?- Oigo mi nombre y me giro, apartando la vista del espectáculo que mi exnovio y su nueva novia están dando.
- Hola Marcos, ¿ya viste la nueva atracción turística del recreo?- Suelto lleno de amargura. No me salen las lágrimas, supongo que en el fondo sí que esperaba que algo así pasara, solo que no quería creerlo. Mi mejor amigo me mira con pena, y no soporto esa expresión así que evito mirarle a los ojos.
- Lo siento, amigo. ¿Estás bien?
- Obvio que no. Me siento como el juguete de un perro que es tirado por el suelo en cuanto se cansa de él. Pero que le voy a hacer...
- Hay que ser bastante idiota para hacer algo así cuando es obvio que está enamorado de ti. Cuando te vea pasando página y olvidándole por su estupidez, verás como vuelve arrepentido.
- Por mí como si vuelve mañana, jamás le daría otra oportunidad. No más Daniel Morgan en mi cabeza, ¿vale?
Marcos sonrió, y su sonrisa se me pegó y a pesar de que parecía totalmente fuera de lugar, sonreí.
- No más Daniel Idiota Morgan.
- ¿Quién?- Dije, quería olvidar cuanto antes esta estúpida etapa de mi vida. Al parecer, no le quería tanto como pensaba. O a lo mejor simplemente me cansé de sus tonterías. Soy un chico feliz, pocas cosas me borran la sonrisa y esta no será una de ellas.
Hablando del Rey de Roma, creo que terminó su función.
- ¡Fede!
Me giré, con mi mejor sonrisa falsa y los ojos fríos, para enfrentar al que en menos de un minuto se convertiría en mi exnovio.
- Daniel, que casualidad... Contigo quería yo hablar.- Me quiso interrumpir pero no le dejé.- Bueno dudo mucho que haga falta que te lo diga dado que ya está clarísimo pero por si acaso te comento brevemente que ya no estamos juntos, ¿vale? Te deseo de todo corazón que te diviertas con tu nueva novia.- Cada una de mis palabras estaban llenas de veneno y sarcasmo. Yo sabía que él seguía enamorado de mí, se le veía en los ojos. Su error le costaría caro, muy caro.
- No, escucha... Fede, yo...- Me di la vuelta, dispuesto a alejarme y acabar con esta patética conversación que no llegaría a ninguna parte. ¿Acaso se cree que estoy ciego y no he visto lo que estaba haciendo? Puede que antes estuviera cegado por lo que sentía por él, pero ya no más.
Me agarró del brazo demasiado fuerte y mi paciencia se agotaba por momentos.
- Suéltame.- Le fulminé con la mirada.
- No permitiré que cortes conmigo.- Sonreí burlón. Me acerqué a él.
- Dani...- Le susurré al oído.- Ya lo he hecho. Adiós.- Y me fui con todo mi orgullo habiéndole dejado tan descolocado que ni siquiera pudo seguirme.
Llegando a mi clase me entró la risa tonta y tuve que dejar de caminar para calmarme.
- Federico, eres el tío más extraño que he visto en mi vida. Acabas de descubrir que tu novio te engañaba y en vez de llorar y patalear como cualquier persona normal, estás en el pasillo descojonándote.- Mi mejor amigo me mira divertido y a la vez asustado. ¿Se creerá que me he vuelto loco?
- Hola Marcos. No se que me pasa, es como si me hubiera quitado un peso de encima. ¡Libre soy! ¡Libre soy!- Empecé a cantar la canción esa de Frozen y cuando terminé me volví a reír.
- No me malinterpretes, me encanta verte así de feliz pero es extraño. ¿Has tomado algo?
- ¿Algo como qué? ¿Crees que me he drogado para soportar el dolor de una infidelidad? Por favor... Ese idiota no se merece que ensucie mi organismo por él.- Sonreí sinceramente a mi amigo para demostrarle que todo estaba bien.
- Entonces estupendo. Esta noche nos vamos a la disco a ligar.
Alcé una ceja y le miré.
- Yo a ligar, tú a bailar y beber.- Se corrigió.
Asentí, aunque quizá una distracción en forma de tío bueno me vendría bien. Y a lo mejor me hacía alguna foto y se la enviaba a Daniel para que viera lo que se había perdido. Creo que engañó al chico equivocado.
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Como he llegado hasta aquí es algo que tengo bastante borroso. Recuerdo haber bebido una, dos, puede que 6 o 7 vasos de un liquido verde que a saber qué llevaba. Luego recuerdo vagamente haber bailado en la discoteca con Marcos y algunos tíos que se me acercaban. Luego perdí toda mi cordura, estaba totalmente borracho y por suerte o por desgracia el alcohol en mis venas me puso tan cachondo que lo que menos me importó fue a quien besaba o tocaba. Total, él tampoco se resistía. No estaba tan mal como para no distinguir a un chico de una chica aunque fuera solo por lo que tocaba, y la persona con la que me estaba liando era sin duda, un chico.
Pero no sabía quién. Le tocaba la cara, el cuello, el pecho, el trasero. Le manoseaba por todas partes y la forma de su cuerpo me era vagamente familiar, pero la borrachera me impedía parar a pensar si realmente lo conocía.
Llegamos a una habitación dando traspiés, y cuando entramos le empuje hacia la cama. Estaba muy mal, muy mareado, necesitaba desahogarme por las últimas semanas y me daba igual quién era este chico. Tenía claro que tal y cómo estaba, mañana por la mañana no recordaría nada. Quería follarle, que me hiciera olvidar mi última relación a base de gemidos y placer. Y lo deseaba tanto que me importó una mierda reconocer su voz cuando habló.
- Fede... No deberíamos estar haciendo esto. - Marcos. Espera, ¿qué? Llevo media hora besandome con mi mejor amigo y no me había dado cuenta. ¿Tan mal estoy?
Le miré, la luna emitía la suficiente luz como para reconocer su cara ahora que me fijaba bien. Ahí estaba... Su pelo azabache, normalmente en punta pero bastante despeinado ahora por mis toques. Sus ojos marrones, que me miraban arrepentidos y asustados. Su cuerpo, alto y delgado, pero tremendamente apetecible para mí en este momento.
Había bebido pero se notaba que no estaba tan borracho como yo.
Me volví a acercar y lo besé de nuevo, bajando mis manos por su espalda. No sé por qué lo hice, tenía tantas ganas de sexo que el simple detalle de que fuera con mi mejor amigo me daba igual.
Pero el volvió a frenarme.
- Fede... Estás muy borracho... Si seguimos con esto mañana me odiarás. Creeme que llevo muchísimo tiempo esperando para tenerte así para mí, pero no en ese estado.
Mi mente idiotizada por el alcohol me impide procesar inmediatamente sus palabras. ¿Mucho tiempo esperando? ¿Que significa eso? Espera... ¿Que importa? No quiero parar.
-Me...- Intenté hablar pero mi garganta estaba seca y no conseguía la suficiente cordura como para juntar palabras en una frase. Me dejé llevar por mis impulsos y volví a acercarle a mí. Le besé el cuello y escuché pequeños gemidos acompañados de palabras que sonaban a negación pero que no entendí. Mi mente estaba nublada por el alcohol, sus inútiles intentos por alejarse luchando contra sus ganas de quedarse y sus gemidos me estaban volviendo loco. Tan loco que cuando me llegó la fugaz idea de que esto estaba mal y que nada volvería a ser como antes, solo la ignoré, para seguir besando y tocando cada parte del cuerpo de mi mejor amigo.

Probablemente haga una segunda parte ya que lo dejé demasiado abierto.
Espero que os haya gustado <3
Y aunque no tengas Wattpad ni forma alguna de ver esto hasta que consiga convencerte de que te lo hagas, gracias por tus ideas, trato de hacer una mezcla de todas las que me diste :)

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