Celos y felicidad (Parte 2)

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Se paró de repente y se dio la vuelta, mirándome con enfado, pero pude distinguir un atisbo de duda en esos ojos azules que me hipnotizaron esta mañana.
- No me mientas, Lían.
- No te miento.- Me acerqué más a él, completamente confundido.
- ¿No? - Su mirada reflejaba duda, vergüenza, nerviosismo y... ¿alivio?
- No.- Le dije mirándole a los ojos con la intención de que me creyera.
- Ah. ¿Y entonces ese tal Denis qué es para ti? - Los mecanismos de mi cabeza hicieron "clic" al oír ese maldito nombre. Rodé los ojos y suspiré, entre aliviado porque fuera esa la razón de su enfado y furioso porque ese idiota fuera diciendo por ahí que eramos novios.
- Ese tal Denis para mí es el tío más gilipollas del universo. También es la razón de mis vómitos mentales y el imbécil que se cree que le dejaré tocarme.
Ahora su mirada expresaba sorpresa y confusión, y un poco de arrepentimiento. Estaban empezando a encantarme sus ojos azules, podía ver sus pensamientos a través de ellos. Agachó la cabeza, rojo y avergonzado.
- Yo... lo siento. Él me dijo que era tu novio y que no me acercara a ti o me daría una paliza. No me asusta ese chico, pero puede que me pusiera un poquito...
Paró de hablar de repente y me miró de reojo, parecía a punto de echar a correr.
- ¿Un poquito...? - Le alenté a continuar, quería que me dijera la razón de su enfado al escuchar que tenía novio. Parte de mí ya la sabía, pero la otra parte no se la quería creer.
Abrió su boca para decir algo, pero a mis oídos solo llego un leve murmullo que no entendí.
- ¿Qué?- Se puso aún más rojo y esta vez lo dijo claramente y con algo de fastidio.
- Me puse un poquito celoso, ¿vale?
Se giró hacia los árboles enfrente mía, por lo que solo pude ver su espalda. Sonreí, y me acerqué poco a poco, hablando pausadamente.
- Así que...- Un paso.- estabas celoso...- Otro paso.- de que yo...- Estaba casi rozándole la espalda.- tuviera novio.
Le rodeé la cintura con mis brazos y puse mi frente en su espalda. Noté como se tensaba.
Seguí hablando.
- Dime la verdad, Nate. ¿Estabas celoso de que tuviera novio o de Denis por serlo o al menos creer que lo era? Dime, Nate, ¿te gusto?
Se tensó todavía más y trató de apartarme, pero lo intentaba con muy poco esfuerzo. No parecía querer soltarse de verdad.
- Yo... no, que va. ¿Cómo piensas eso? Y aléjate, invades mi espacio personal.- Sus palabras no sonaban convincentes y aunque no pudiera verle la cara sabía de sobra que estaba sonrojado.
- No me mientas, Nate.- Usé sus propias palabras, y el trató de usar también las mías, pero no pudo.
- No te m...- Paró sorprendido cuando puse mis labios en su cuello y mordí un trozo de piel, sacándole un gemido mezclado entre el dolor y el placer.
Giré mi cabeza hacia el otro lado todavía sin soltar su cintura y volví a morder su cuello, acompañándolo esta vez de un pequeño beso en la zona enrojecida por el mordisco. Él echó su cabeza hacia atrás dándome espacio para hacer lo que quisiera, pero yo quería que admitiera que le gustaba, así que le solté y me aparté, alejándome de él y dejándole muy confundido.
- Si no te gusto no querrás que siga haciendo eso. Lo mejor es que me vaya y olvidemos lo que acaba de pasar.- Me giré sobre mis talones y empecé a caminar de nuevo hacia el internado.
- ¡Lían!- Le escuché llamarme y sonreí. Paré de caminar, pero no me giré. -Yo...
Ahora sí me di la vuelta para mirarle, tenía la cabeza agachada y se veía tan adorable que tuve que contenerme para no comérmelo.
- ¿Tú...? - Le animé a seguir con una sonrisa.
Suspiró.
- Sí que me gustas, y sí que estaba celoso de Denis.
Sonreí con todas mis ganas y asentí.
- Me alegra que hayas dicho eso, porque me muero por ayudarte a resolver cierto problemilla.- Señale el bulto en sus pantalones que había crecido gracias a mis roces y besos en el cuello. Su sonrojo aumentó aún más si era posible y yo no pude evitar acercarme y abrazarle.
- Pienso ser el único que haga que te pongas así de rojo.- Le susurré muy cerca de su oído y mordí levemente su oreja poco después.
Pude notar su sonrisa y me sentí en el cielo cuando sus brazos me rodearon el cuello y me acercaron a su boca. Esa boca que tantas ganas tenía de probar desde la primera vez que la vi, hace tan solo unas horas. Nuestro beso fue bonito, dulce, lleno de amor y un poco torpe, puesto que era el primer beso de ambos. Aún así, no lo cambiaría por nada. Fue perfecto.
**********
Al día siguiente me desperté un poco tarde, ya que era sábado y no había clase. Cuando traté de levantarme, me di cuenta de que tenía la cabeza de alguien en mi pecho y sonreí estúpidamente al recordar los sucesos de la noche anterior. Como le dije a Nate, le ayudé con su problemilla y él me ayudó con uno que nació poco después de los cientos de besos que nos dimos, tanto en los labios como en el cuello y en otras partes. Miré hacia el hermoso chico rubio que tenía en mi cama casi desnudo y me sentí feliz, contento y orgulloso de haber sido elegido para compartir este momento tan especial con él. Di unas cuantas caricias en su pelo y le observé dormir, hasta que no pude más y me acerqué para besarle la nariz. Poco después despertó y me miró con sus ojos azules llenos de ternura y felicidad, tanta felicidad como la que yo sentía en ese momento.
- Buenos días.- Susurré muy cerca de sus labios, para acto seguido robarle un beso que me supo a gloria.
- Buenos días.- Me respondió muy sonriente y pegándose más a mi pecho. Le abracé con fuerza y me sentí preparado para preguntar.
-Nate, ¿quieres ser mi novio?
Me miró y parecía a punto de llorar de emoción.
- Sí,- Me besó en la frente.- si,- Me besó en la mejilla izquierda.- si,- Me besó en la mejilla derecha.- si,- Me besó en la nariz.- y si.- Me besó en los labios y yo le seguí el beso para colocarlo encima de mí, pero entonces se abrió la puerta y Nate se dio tal susto que saltó y casi se cae de la cama.
Carly estaba allí mirando con una sonrisa al más puro estilo fujoshi pervertida feliz y a la vez enfadada.
Yo encontraba la situación inusualmente divertida.
-Hola Carly.
-Mira, si no fuera por lo feliz que estoy por esto,- nos señalo a ambos, que seguíamos tumbados en la cama.- te daría una paliza por desaparecer así y no contestar a ninguna de mis llamadas y mensajes. Pero ahora lo entiendo, estabas ocupado.- Sonrió con una pizca de maldad.- Y dime, Lían, ¿quién tenía razón, tú o yo?
Primero la miré confundido y luego recordé la conversación de esta mañana con Nate justo antes de que se presentara.
Nate pareció recordar lo mismo porque se sonrojó al máximo.
- No hace falta que contestes, -dijo Carly.- El sonrojo de Nate me dice que es un gran uke y que yo tenía razón. - Sonrió victoriosa y salió por la puerta justo después de guiñarme un ojo.
Me dejé caer de nuevo sobre la cama, y me giré hacia Nate con claras intenciones de repetir lo de anoche, pero la puerta se volvió a abrir. Suspiré y miré a Carly, que estaba de nuevo ahí.
- Se me ha olvidado daros la buena noticia. Los padres de Denis se enteraron de lo que le hizo a su hermano y lo han sacado de aquí para llevárselo a un internado especial para casos violentos. Ahora os dejo para que lo celebréis a vuestra manera.- Tras lanzarme una sonrisa pícara desapareció por la puerta de nuevo. Ahora mismo ya no podía sentir más felicidad. Nate se estaba acercando a mí con una mirada provocadora y yo no lo soporté más y le puse encima mío. Empecé a besarle con ferocidad, pasión y un toque de ternura. Le haría caso a Carly y lo celebraría a mí manera. Ahora sí que podía decir que definitivamente amaba este internado.
Cuando fui a quitarle la ropa interior sin despegar mis labios de los suyos, me paró con su mano y se apartó un poco de mí para mirarme fijamente. Yo le devolví la mirada confundido por su brusco movimiento y aterrado de que se hubiera arrepentido de lo que hicimos.
- Me encantaría seguir con esto todo el día pero tengo que encontrar mi habitación. El director me dijo que lo mejor es que me presentara a mi compañero lo antes posible y además tengo que coger mis cosas y llevarlas a mi cuarto.
Le miré con fastidio pero sabiendo que tenía razón. Cuanto antes se instalara, antes sería parte del internado.
- Está bien. ¿Y cual es el numero de tu habitación? Seguro que sé donde está y puedo ayudarte.
Se levantó de la cama y yo me sentí vacío en cuanto su pecho dejo de tocar el mío. Cogió un papel de su mochila y lo observó detenidamente.
- Aquí pone que es la 352.
Me empecé a reír de emoción, felicidad y a saber que más cosas. Me levanté y me acerqué a él para agarrarle de la cintura y conducirle de nuevo a la cama.
- Lían, te he dicho que tengo que buscar mi habitación y presentarme ante mi nuevo compañero. ¿Sabes donde está o no?
Intentaba resistirse pero yo tenía mas fuerza, lo tiré de nuevo a la cama y me puse encima suya. Cogí sus muñecas y las sujete por encima de su cabeza para inmovilizarlo.
- Sí que sé dónde está tu habitación, y también conozco a tu compañero. Estoy seguro de que te va a encantar.
Le besé y a pesar de que al principio intentó quitarme, nada más rozar sus labios dejó de forcejear. Cuando me separé para respirar y miré sus ojos, pude ver la comprensión en su mirada.
- Dime que mi memoria no me falla y tu habitación es la 352.
Sonreí.
- Has tardado en darte cuenta, compañero de cuarto.
Sonrió y movió sus caderas de forma provocativa.
- Pues supongo que ya lo he conocido así que tengo tiempo libre durante todo el día.
- Así es, y yo pienso aprovecharlo.
Volví a besarle y liberé sus manos, que no tardaron ni un segundo en masajear mi pelo y mi espalda. Solo llevamos unos minutos como novios, pero sé que no me voy a cansar jamás del dulce sabor de sus labios.

Aquí estoy de nuevo:) Esta parte es más tierna (adoro la ternura). Espero que os haya gustado.
Si hay errores o algo que no encaja decírmelo y también comentar lo que os ha gustado, lo que no... En fín, esas cositas. Buenas noches!! (Por lo menos aquí es la una de la madrugada) <3

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