ESTA HISTORIA CONTINÚA EN ¿LO CORRECTO?, UN LIBRO APARTE QUE ENCONTRARÉIS EN MI PERFIL.
Espero que os guste:) Me ha quedado un poco largo así que lo dividiré en aún no se cuantas partes; pero lo he hecho con amor entre clases, deberes y examenes aqui en Francia <3
NARRA NICK
No puedo quitarme esa maldita imagen de la cabeza. ¿Por qué? Yo no soy así, yo no pienso en estas cosas. Tampoco me pueden culpar, yo no fui a entrar a posta en la clase dónde justamente Julian se estaba besando con su novio. Yo no persigo estas situaciones, no soy un pervertido. Hasta me podría definir como inocente. Pero entre lo que paso el lunes y lo de hoy, tengo la cabeza a punto de explotar. Jamás pensé que acabaría malinterpretando una conversación de esa manera, y menos con mi amigo Julian. Con Alan no había hablado nunca, no le conocía en persona. Sabía que existía, claro que sí. Fue imposible no notar el cambio en Julian. Al principio no entendía como es que alguien como él se acercaba a hablarle a un chico un año menor y tan tímido como yo. Pero poco a poco fuimos conociéndonos mejor y me di cuenta de que en realidad Julian se sentía muy solo. Ninguno de sus amigos le entendía o escuchaba y sus padres estaban inmersos en sus propios problemas que él nunca me quiso contar.
Un día llego con una sonrisa enorme y totalmente sincera en el rostro. Me dijo que los de su curso habían hecho una excursión con los del instituto de en frente, y que había conocido a un chico muy mono y simpático. Se dieron los numeros de teléfono para quedar más días y conocerse mejor, y Julian estaba muy entusiasmado porque el chico le había parecido especial y diferente a los demás. Me alegré por él, se merecía ser feliz. Yo le aprecio mucho. Se ha portado como un hermano mayor conmigo. Siempre me defendía cuando alguien se metía conmigo y se paraba a hablarme por los pasillos a pesar de que los de su clase me creían inferior.
En las semanas posteriores, la sonrisa de Julian se hacía cada vez mas grande. Me contaba cosas sobre aquel chico que lo tenía tan feliz y yo le sonreía y me alegraba, pero no podía evitar tenerles un poco de envidia. Julian podía hablar con cualquier persona y caerles bien, porque todo su ser desprendía confianza y amabilidad. A mi me costaba hasta pedir mi comida en la cafetería.
Pero había algo más. No conseguía engañarme a mi mismo. Sabía que mi envidia no se debía simplemente a lo extrovertido que era Julian. Por mucho que me costara admitirlo, sentía celos de lo que estaba viviendo con Alan.
Desde muy pequeñito yo siempre he odiado el amor. El mayor motivo es que mis padres discutían muchísimo, llegando en ocasiones a las manos. Aún así jamás se divorciaron, y murieron hace cuatro años en un accidente de coche y todavía casados, sin amarse como dicen las novelas que tienen que amarse las parejas.
Yo me fui a vivir con mi tía y sus dos hijos pequeños, que por aquel entonces tenían 2 años el mayor y casi 1 el pequeño. Sé que mi tía se alegró cuando me fui a vivir con ella, y la verdad es que no la culpo. Su vida no era fácil, con 25 años ya estaba divorciada y tenía dos niños pequeños a su cargo. Yo en aquellos tiempos tenía 12 años, y le ayudé en todo lo que pude. Puedo decir que todo lo que soy y tengo ahora se lo debo a mi tía. Ella es la única persona que me ha demostrado verdadero cariño y amor, ya que mis padres se preocupaban más de odiarse el uno al otro que de quererme a mí. Y se que mi tía está agradecida por estos cuatro años ayudándole a cuidar de los pequeños que ya considero mis hermanos.
La otra parte del motivo de mi odio al amor es el miedo que tengo a enamorarme y que me hagan daño. Sé que soy débil, y no se si soportaría un rechazo o una traición. Suelo evitar fijarme mucho en la gente por ese motivo, no quiero que nadie me atraiga lo más mínimo para no sufrir. Y es también por eso que no tengo ni idea de cuál es mi orientación sexual. Quizás por eso estoy tan confundido tras haber visto las muestras de amor entre Alan y Julian. Sí, yo quería estar así con alguien pero, ¿chico o chica? Durante las últimas semanas he notado mis hormonas más revolucionadas y entre lo que pasó el lunes y lo que he visto hoy, mi mente está confusa. No puedo parar de imaginar a dos chicos en situaciones poco inocentes, y me asusta lo mucho que eso me atrae. He visto a muchos chicos liándose con sus novias en los pasillos y nunca me había sentido así. Siempre les miraba con asco o ni siquiera me fijaba. Pero con ellos dos ha sido diferente. Me avergüenza muchísimo admitir que me he excitado recordando semejante escena. He tratado de cambiar el hilo de mis pensamientos, de imaginar unicornios rosas y piruletas o cualquier cosa inocente que me hiciera olvidar que mi parte masculina se había levantado tímidamente tras ver a esos dos besándose. Si estoy así solo con eso no me quiero ni imaginar como estaría si los hubiera pillado con algo más fuerte que unos simples besitos en el cuello.
Madre mía, debería dejar de pensar en eso si no quiero llegar a mi casa con una erección en pleno apogeo y que mis primitos me pregunten qué es ese bulto que tengo en los pantalones. Sin duda sería una escena muy cómica y totalmente vergonzosa.
No se cómo pero consigo ponerme a pensar en el examen de Literatura de mañana. No necesito estudiar mucho esta tarde, llevo tres semanas preparándolo. No tener casi amigos te deja bastante tiempo libre. Y aún que suelo usarlo para jugar con mis primitos, estas últimas semanas han estado yendo a entrenamientos de fútbol y cuando llegaban a casa estaban tan cansados que solo querían dormir o ver la tele.
Llegué por fin a mi casa y entré oliendo el aroma de los deliciosos espaguetis que ha hecho mi tía. Los días impares del mes salía pronto de su trabajo y preparaba la comida. Los pares lo hacía yo. Me abrazó y me dio un beso en la mejilla.
- ¿Que tal tu día?- La respuesta a esa pregunta sería un tanto incómoda. Aun que tengo confianza con mi tía, no es tanta como para contárselo todo.
- Bien.- Le sonreí y ella no insistió más. Parece que mi corta y nada elaborada respuesta le sirve por el momento.- ¿Y el tuyo?
- Bueno... Me he salvado por los pelos de que un niño me arranque el dedo.
Mi tía trabaja como auxiliar de odontología, es decir, enfermera en un dentista. Tiene el turno de mañana.
- ¿Me acompañas a buscar a los chicos o tienes que estudiar mucho?- Me preguntó mientras comíamos. Mis primos salían del colegio a las 16:30 y la mayoría de las veces iba con ella a recogerlos. Hoy necesitaba despejarme y sabía que en casa terminaría pensando en cosas en las que no debería pensar.
-Iré contigo. Ya me sé el examen de sobra.- Sonrió orgullosa y se levantó de la mesa para recoger los platos.
*******
Cuando llegamos al colegio quedaban quince minutos para que empezaran a salir los alumnos. Salimos del coche y fuimos hacia la puerta. A pesar del tiempo que faltaba ya había bastantes padres esperando a sus hijos. Mi tía se fue a comprar el pan para la cena y yo me quedé observando el colegio con nostálgica. Había pasado muy buenos momentos ahí. Los niños pequeños no tienen prejuicios ni excluyen a los diferentes. ¿Acaso por ser un poco tímido no tengo derecho a tener amigos? ¿Es un motivo para que se burlen de mí? No me lo parece.
- ¡Nick!- Escucho a alguien gritar mi nombre y me giro hacia todas partes buscando al dueño de la voz.
Y entonces me quedo alucinado, patidifuso y ojiplático porque jamás pensé volver a ver a este chico.
- ¡Jason!- Jason fue mi mejor amigo en el colegio hasta sexto. Tuvo que mudarse a Francia por el trabajo de sus padres. Estuvimos mucho tiempo hablando mediante mensajes, pero no era lo mismo y al final poco a poco dejamos de hacerlo. Me sentí muy triste, el había sido mi mejor amigo y aunque nunca lo olvidé ni lo iba a olvidar, verle de nuevo era algo que jamás había pensado hacer.
En cuanto llegó a mí me envolvió en un fuerte abrazo que me reconfortó hasta el alma. Tras recuperarme del shock le devolví el abrazo y sonreí con ganas. Con él a mi lado, todo será más fácil.
- ¡Vaya! Cuánto has crecido, estas aún más bueno que tu tía la última vez que la vi. Por cierto, ¿que tal ella? ¿Y los críos?
No puedo evitar sonrojarme por sus palabras y le doy un golpe en el hombro. Aún así mi sonrisa no desaparece y la suya tampoco.
- Tú también has crecido, y estas muy moreno. Mi tía está igual, ella parece no envejecer por mucho que pasen los años. Y mis primos enormes, ya los verás.
De pequeños Jason fue siempre la parte divertida y yo la parte miedosa. Nos complementábamos a la perfección, como dos piezas del mismo puzzle. Él me cuidaba y yo le escuchaba. Supongo que habrá tomado mucho el sol, su piel esta mucho más oscura de lo que recordaba. Su cuerpo también ha cambiado. Ya no es el niño enclenque de 10 años al que le gustaba asustar a las palomas del parque. Su cuerpo ahora es el de un bien formado adolescente de 16 años. Se ve que ha hecho deporte. Mis pensamientos se inclinan hacia sitios peligrosos al imaginarle sudoroso. Últimamente estoy que no paro de pensar en cosas guarras. ¿Será normal?
Él sonríe de nuevo y se pasa la mano por su pelo castaño. Se lo ha dejado más largo y cuando lo miro recuerdo la vez que me dijo que jamás se dejaría el pelo largo porque no quería parecer una chica. Sonrío mentalmente, parece que cambió de opinión. Me alegro por ello, le queda genial combinado con sus ojos marrones claritos.
- Sí, es que he pasado mucho tiempo en la playa. ¿Sabías que los franceses tienen muchas más vacaciones que nosotros durante el curso? Además vivía al lado del mar y me pasaba los días enteros allí.
Sonrío sinceramente porque parece haber sido feliz allí.
-Oye Nick...- Me mira un poco apenado y no entiendo por qué.
- ¿Qué pasa?
Vuelve a abrazarme y no me lo esperaba, por lo que tardo un poco en corresponder.
- Siento muchísimo haberme ido así, haberte dejado solo en ese año tan duro para ti por la pérdida de tus padres y siento haber permitido que nuestra comunicación se cortase.
Sonrío con cariño porque este es el Jason que yo recuerdo: amable, protector y siempre preocupándose por mí.
- Sé que no fue tu culpa, Jas. Yo también siento haber permitido eso, nunca quise que dejáramos de hablar. Eres mi mejor amigo.
Su cara arrepentida se evapora y me regala una sonrisa.
Mi tía vuelve y en cuanto reconoce a Jason lo envuelve en sus brazos mientras le dice lo mayor que está y le hace preguntas de todo tipo. Yo esperaré a que estemos solos para preguntarle sobre lo que siento. Estoy seguro de que puede ayudarme.
Poco después, dos terremotos se acercan corriendo hacia nosotros. Me agacho para abrazar a mis primitos. Brian, de seis años, me habla entusiasmado de la pegatina que su profesora le ha dado por ser bueno mientras Carlos, de cinco, le pide a su madre ser cogido en brazos. No puedo evitar reirme cuando tras decirle que no por lo menos veinte veces, acaba cogiéndolo mientras el mayor mira fastidiado a su hermano.
Entonces los ojos de los críos se fijan en Jason y pienso que lo más probable es que ellos ni le recuerden ya que eran muy pequeños cuando se fue.
- Chicos, este es mi amigo Jason.
Entonces Brian le mira más detenidamente, parece que lo está evaluando. Se acerca más a él y finalmente vuelve su vista hacia mí.
- ¿Es tu novio? - Pregunta con sus aires de inocencia y a mi se me acelera el pulso al darme cuenta de lo que ha dicho.
¿¡QUE!?
- Claro que no, es mi amigo. - Suelto bastante incómodo con la situación.
- ¿Y te das besos con él?
MALDITO NIÑO.
- Te he dicho que no. ¿Por qué me preguntas eso?
- Mi profesor de matemáticas dice que dos chicos también se pueden besar y querer como novios.
¿Es que su profesor de matemáticas no tenía otro temita del que hablar hoy?
Mi tía tiene la boca abierta y mira a Brian sin saber que decir. Jason también mira al pequeño, pero tiene los mofletes inflados; el muy idiota está tratando de aguantar la risa. Yo resoplo interiormente mientras maldigo al mundo entero porque esta semana todos parecen querer hablarme de lo mismo.
- Brian, es cierto que los chicos pueden querer a otros chicos de esa manera, pero no todos lo hacen. Por ejemplo, yo no lo hago. Y mi amigo - digo claramente esta palabra para que se le quede grabada y señalo a Jason.- tampoco lo hace.
Entonces Jason carraspea y me mira un tanto incómodo y yo no puedo evitar abrir la boca al máximo. Él sonríe nervioso mientras su mirada dice: "no me diste tiempo para contártelo". La mía le responde con: "no es el momento". Desde pequeños somos capaces de entablar conversaciones con la mirada. Una vez asumo lo que me está queriendo decir, no puedo evitar volver a abrir la boca que acababa de cerrar. ¿Jason es gay? Eso si que no me lo esperaba. Parece que ha cambiado más de lo que yo pensaba.
Y cuando ya creía que mi día de sorpresas e incomodidades había terminado, mi primo suelta semejante bomba.
- Yo quiero besar a un chico.
Niño por favor deja de decir burradas.
Mi mandíbula parece querer salirse de mi cuerpo y sé que mi tía se muere porque le trague la tierra.
Mi tía sale del shock y se acerca a Brian para acariciarle el pelo, todavía con el pequeño Carlos en sus brazos que mira la escena muy atento. Brian mira a mi tía con sus ojitos verdes llenos de inocencia y curiosidad.
- Cariño... Eso lo hace la gente mayor. Cuando seas mayor podrás besar a quién quieras, ¿sí?- Mi tía trata de sonar confiada y tranquila pero se nota que está bastante incómoda con esto. ¿Será homofóbica? Espero que no lo sea porque... ¿Por qué? La respuesta llega a mí, pero aún me niego a aceptarla. ¿Por qué si no iba a seguir pensando en la imagen de hoy? ¿Por qué no podía dejar de darle vueltas a lo del lunes? Creo que soy homosexual.
Brian asiente satisfecho y yo miro a mi tía tratando de animarla. La pobre mujer suelta un suspiro de resignación, seguramente planteándose la mejor manera de afrontar esto. Al menos con esas palabras ha ganado algunos años.
Invité a Jason a mi casa porque sentía que teníamos una conversación pendiente. En cuanto estuvimos solos en mi cuarto, le pregunté lo que más ganas tenía de saber.
- ¿Te quedarás?
Sonrió de esa manera y supe que la respuesta era afirmativa. Tuve que contenerme para no dar saltos de alegría.
- Mis padres han recuperado nuestra antigua casa y no tienen intenciones de volver a irse.
Se sentó en mi cama mientras yo me sentaba en la silla.
- Oye Nick...- Me llamó con un toque de incomodidad en su tono.- Sobre lo de antes, ya sabes, lo de que ni a ti ni a mi nos gustaban los chicos... Bueno, digamos que a mi sí que me gustan.- Agachó la cabeza como si estuviera avergonzado. Le cogí la barbilla y le levanté el rostro, no debía avergonzarse por algo así. Le regalé una de mis sonrisas de apoyo y me la devolvió, contento de que no le juzgara. ¿Cómo iba a hacerlo?
- Pero eso no es todo.- Su sonrisa era ahora tan grande e ilusionada que me sorprendía que no le doliera la cara de tanto estirarla.
- Cuéntame, soy todo oídos.
- Conocí a un chico en Francia.- Me entraron ganas de reír con la cara de idiota enamorado que se le puso.
- ¿Nombre? ¿Edad? ¿Como os conocisteis? ¿Tenéis una relación?- Empecé con la tanda de preguntas hasta que puso su mano en mi boca haciendo que me callara de golpe.
- Se llama Jean, tiene mi edad, le conocí en la playa, quedamos muchas veces, me besó y nos hicimos novios.- Respiró profundamente tras haberlo soltado todo de carrerilla y volvió a sonreír. Continuó ya más calmado.- Y lo mejor es que se va a venir a vivir al pueblo de al lado en algunos meses y no tendremos que separarnos.
Se le ve muy ilusionado y yo no podría estar más feliz por él. Es genial que haya encontrado a esa persona especial. Me gustaría encontrar a la mía también.
- ¿Y tú qué me cuentas? Pareces distraído y desde que he llegado te has quedado mirando a la nada como cinco veces.
- ¿Yo? Nada. Estoy bien, igual que siempre.- Claro que quería contárselo, pero me daba vergüenza.
- Nick, no intentes esconderte detrás de una puerta abierta. Te conozco desde hace mucho tiempo.
- Llevamos años sin vernos, he podido cambiar.- Tengo que decírselo, él me puede ayudar.
- No.- Respondió tajante.
- ¿No? - Mi último intento.
- No. Cuenta.
Me rendí. Seguro que él no me va a juzgar pero no puedo evitar tener miedo. Nunca he sido un chico valiente.
-Yo...Pronto subiré la siguiente, ya está escrita así que solo me queda retocarla.
Quiero dedicar este capítulo a sustro3536, que se que te gustó este personaje, que me apoyas y que te echo muchísimo de menos <3
Gracias a todos por leer, votar y comentar:)
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One-Shots Yaoi ♡
RomansaOne-shots de temática Yaoi, gay, chicoxchico o como lo quieras llamar <3 No hace falta que te diga que si no te gustan este tipo de historias nadie te obliga a leerlo. Iré subiendolos poco a poco cuando se me ocurran y a no ser que yo lo diga no te...