Parte 12

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Había pasado un mes desde que supe toda la verdad, el trato hacia mis padres no era el mismo y la estancia en mi casa era cada vez más escasa. Pasaba las noches con Christian, ya que sus padres habían salido de nuevo en viajes de trabajo, su casa estaba sola todo el día ya que Caitlin se había ido a París de vacaciones, según ella 'quería alejarse de todos'.

Caminé un poco más y me encontré con el bote de basura. Me detuve, y traté de ver un poco más allá. ¿Es ella? pregunté en mi interior. Impresionada, decidí caminar hacia ella, tratando de no alejarme mucho del lugar anterior para que Christian no se preocupara.

A unos cuantos metros cerca, paré. Por fin pude verle con perfección la cara.

¡ERA ELLA! ¡Era Alice!

— ¿Alice? —pregunté a sus espaldas.

Ella enseguida volteó y me miró abriendo sus ojos al máximo.

Sin responderme me abrazó.

—¡________! —Gritó y empezamos a dar saltitos y vueltas—. ¡No puedo creer que seas tú! —dijo y me soltó. Tomó mis hombros y me sonrió.

— ¡Yo tampoco! —le dije—. ¡Estás hermosa, amiga! —le comenté, ella se sonrojó.

—¿En serio? —Preguntó incrédula—. Tú también estás hermosa. Creo que deberíamos meternos en un concurso de belleza —ambas soltamos sonoras carcajadas.

—Te extrañé demasiado, Alice. —Dije y enseguida la abracé.

—Yo mucho más, _____{tapdo}. —suspiró—, no puedo creer que me haya ido de este hermoso lugar y dejar a mi mejor amiga.

La miré con ojos cristalizados, y con un hilo de voz musité: —Prométeme que no te irás más.

—Lo prometo —me dedicó una dulce sonrisa y me separé de ella.

En un momento la noté distraída, miraba a un punto fijo y estaba como hipnotizada.

Seguí su mirada y encontré a mi novio; Christian.

—Puedes ser mi mejor amiga, pero él es mi hombre —pensé. Veía que él tenía una mirada perdida como buscándome. Salí corriendo hacia él y Alice me miró extrañada. Pero no se movió.

Llegué hacia él, y le di un beso. Noté su corte nuevo. Y sonreí.

—Te vez sexy —le comenté. La coloración rojiza tomó sus mejillas.

—No más que tú —me dijo. Me alzó en sus brazo.

Y comenzó a dar vueltas. Constantemente miraba a Alice, se veía confundida, muy confundida.

Me reía a carcajadas, y Christian también. En un momento paró y nos miramos. No necesitó que dijéramos nada. Sus labios se unieron a los míos. Amaba sus besos, sus caricias, amaba todo de él. Me bajó de su agarré, y lo abracé.

—Tengo que presentarte a alguien —le susurré en el oído.

—¿Quién? —sonreí, y lo tomé de la mano.

—Ya verás. —Le dije y comenzamos a caminar hacia ella que seguía parada en donde estaba hace un rato.

Nos acercamos y noté ambas miradas, era una mezcla de odio con confusión. Cuando estuve dispuesta a presentarlos, me interrumpieron.

— ¿Tú? —preguntaron ambos al unísono.

— ¿Ustedes...se conocen? —pregunté. Ambos me miraron.

Ahora era yo la que no entendía nada.

Besame. (Christian Beadles&Tu).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora