—Vaya, vaya —rió amargamente—, que bueno es encontrarlos así juntitos. —Dijo, notablemente sarcástica.
—Qué sínica —susurré.
—Mamá —apenas pudo pronunciar Christian.
—Te dije muy bien el otro día que no trajeras más a esa perr—la interrumpieron.
—No te atrevas a llamarla así —Dijo él con firmeza. Yo apenas podía respirar. Las lágrimas empezaban a acumularse.
—¿Cómo la llamo entonces? —bufó—. ¡Eso es lo que es ella! —dijo.
—Sus problemas con mis padres no tienen nada que ver conmigo. —Le dije apenas con un hilo de voz. Ella alzó una ceja, tal y como lo hace mi madre.
—Niña, tú no sabes nada de esto —tomó un respiro y miró a su hijo—, Christian, sácala de aquí, ahora. —Espetó.
Luego de haber escuchado las crueles palabras de esa señora, sin decir más fue a su habitación con pasos bruscos. Christian me miró con tristeza y yo empecé a llorar en su hombro.
Escuchamos de nuevo la puerta cerrarse. Pero está vez vimos una silueta de una joven muchacha. Era Caitlin.
—¿Qué sucede? —preguntó preocupada y se sentó a mi lado. Ella siempre había sido mi mejor amiga, y lo es. Es mi fiel consejera, mi guarda secretos, mi modista, mi estilista, entre muchas otras cosas.
Me hice amiga de ella incluso antes de conocer a Christian. Conocíamos las diferencias entre nuestras familias, y siempre nos habían dicho no juntarnos. Pero no cumplimos las ordenes y no me arrepiento, pues, es mi mejor amiga ahora.
—Caitlin —respondí, me lancé a sus brazos y ella me acarició el cabello.
Ella le hizo señas a Christian para que nos dejara solas, el asintió con la cabeza y se fue preocupado a su habitación.
Me separé de ella y la miré, su rostro demostraba preocupación, rabia y tristeza.
—Me imagino que sabes lo que pasa ¿no? —eché los mocos para atrás. Ella asintió levemente. Cerré los ojos y respiré.
—¿Por qué no podemos ser felices? —la miré—. Las parejas que se aman merecen ser felices. —Las lágrimas bajaron de nuevo.
—______, su situación es diferente —sobó mi hombro—. Ustedes están luchando por un amor casi imposible. Y tú lo sabes. —Me dijo.
—Sí, lo sé —la miré a los ojos—. Caitlin yo lo amo, lo amo demasiado. —Ella me abrazó.
—Lo sé, se nota en la mirada de los dos —sonrió, y me hizo sonreír—. ¡Te he sacado una sonrisa, es un punto para mí! —solté una leve carcajada.
—Gracias Caitlin —ella me miró extrañada.
—¿Por qué? —preguntó.
La miré. Respiré y me sequé las lágrimas.
—Por escucharme siempre. —Ella sonrió y me abrazó.
—Se que pondrán ______. Ustedes dos podrán salir adelante. Sólo espero que no te rindas, porque yo se que pueden hacerlo. Confío y los apoyo plenamente.
—¡Gracias Cailtin, eres la mejor amiga en todo el mundo! —sonrió y nos abrazamos nuevamente.
—¿Ya está...todo bien? —preguntó Christian. Quien estaba viendo la escena tímido, desde las escaleras.
Ella y yo nos miramos. Ambas asentimos y sonreímos. El sonrió también y sin pensarlo nos abrazó a ambas.
—Las amo demasiado chicas. —Dijo sin dejar de abrazarnos.

ESTÁS LEYENDO
Besame. (Christian Beadles&Tu).
RomanceAunque tenga que pasar por fuego, estaré contigo. La historia de ___ tiene 17 años, una chica la cual esta enamorada de el amor de su vida, el que siempre amara toda su vida, el que le enseño a creer en el AMOR, y que en la vida todo puede pasar...