Loneliness

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¿Qué es esto que siento en el pecho?

La soledad después de todo, nunca me abandona.

Peleamos, a veces ella se rinde primero pero siempre nos volvemos a encontrar.

Una vez le conté al cielo lo mucho que lo extrañaba.
Tan triste sé puso que comenzó a llorar.
Sus lágrimas cayeron sobre mí, y con un sollozo ahogado le grité.

«Tú que lo ves, dile que vuelva»

Porque estoy rota, pero nunca rompí a nadie más, y lo que queda siempre es vacío.

Una infinidad de sentimientos carcomen mi ser, me desgarran.

Tengo una llaga mortal en medio del corazón, que reclama tu nombre y tus mentiras.

No quiero llorar, no quiero ser débil.

No quiero llorar hasta quedarme dormida.

No quiero llorar, no quiero darme por vencida.

Pero lo que más quiero es no pensar en ti porque así lloraría.

¡Escribo para no morirme!

Tengo esa mirada triste, llena de dolor y sufrimiento.

Buscando una cura para que vuelva a brillar.

Y es aquí. Señoras y señores del jurado, sí me hubiesen pedido que demostrara la tristeza que hay dentro de mí; podría llenar toda la habitación con un grito ensordecedor.

A veces el espejo se confunde, me pregunta «¿sí estás triste, por qué sonríes?»
Y yo con la misma sonrisa fingida le respondo «porque así confundes a las personas.»

¿A dónde a llegado todo esto?

Le temo al fuego, le temo al amor.

Cuando te lo dije, me miraste
directamente a los ojos, y dijiste que nunca me harías daño.

Todavía creí en lo imposible, en el deseo abismal de ser amada.

Tomaste la primera oportunidad para herirme, para hacer historia.

Tomaste tu cuchilla y esta relució, pude ver mi reflejo roto en ella.

Estaba ahí, brillando, y sin culpa alguna la encajaste en mi pecho.

Te llevaste todo de mí...

«¿Esto terminó?» Susurré con miedo de soltar un sollozo.

Tú, con lágrimas en los ojos pero sin remordimiento, te acercaste a mi oído y me susurraste mi mayor temor.

Esto nunca existió.

Despierto, despierto, despierto sola.

No estaba preparada para morir.

Y aún te preguntas porque haces llorar a las chicas.

La luna brilla en la oscuridad, para que sólo las almas en pena puedan apreciar su belleza.

Porque sólo un loco, un poeta o un artista podrían expresar sus sentimientos a las tinieblas.

Fueron duras palabras para tu princesa.

Una vez fui un ángel que bajó del cielo para encontrar una señal.

Rosas, Bel Air, llévame de regreso a casa.

Tú y tus promesas.

Quiero regresar al cielo, en el eterno firmamento lleno de estrellas.

Brillaré como nunca antes lo habría hecho.

Mi alma, mi piel.

Cansada y abatida.

Pero puedes tomar partes de mi roto corazón, ponerlas en el tuyo. Y yo, puedo olvidar todo lo que me dijiste y comenzar todo de nuevo.

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