¿Recuerdas ese diciembre?
Fue el mejor día para ambos.
Pusiste tus manos en mi cintura y te dije que no me dejaras.
Tomaste una fotografía, espero que la guardaras para siempre.
Te interpusiste sólo para abrazarme.
Para tenerme cerca de ti.
Oh cariño, eso no es necesario.
Ellos decían que era demasiado joven para amarte.
Siempre recordabas lo que me gustaba.
Siempre en tu mente.
Y tú siempre en la mía.
Belleza negra.
¿Aún conservas los regalos?
Tú me diste el mejor de todos.
Contigo no me sentía sola.
Tu mirada clavada en mis piernas.
No tenías porque haberme dejado, no tenías porque temer.
Sólo una vez besé tú mejilla, y tu frondosa barba me hizo cosquillas; pero se sintió bien.
¿Este es el adiós?
Porque un "hasta luego" es luego, y un "hasta nunca" es nunca.
¿Pero un "adiós" es hasta qué?