Un Par De Cerdos Pt 1

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N/A:Les recomiendo escuchar la
canción "Un Par De Cerdos de Edwin Luna y La Trakalosa de Monterrey" para tener una mejor experiencia al leer este One Shot

La luz tenue del restaurante se reflejaba en la copa de vino, pero ella no veía el líquido rubí. Solo veía el destello de complicidad en sus ojos, justo por encima del hombro de su esposa. Era un destello fugaz, un mensaje cifrado en el aire cargado de murmullos y el tintineo de cubiertos

"¿Cuándo? ¿Dónde?"

Ella sentada frente a su propio marido, alzó ligeramente la ceja mientras llevaba la servilleta a sus labios. Un gesto mínimo, invisible para cualquiera que no supiera buscarlo

"Mañana, en el mismo lugar"

Era el primero de sus pactos tácitos, La discreción como un arma y un escudo. En medio de la cena doble, ese juego de espias los electrizaba. Un roce de pies bajo la mesa, un roce de piernas al pasar para ir al baño, cargado de una intención que hacía que la piel se erizara

Cada mirada robada era un relámpago de lujuria pura, un recordatorio de lo que habían hecho y de lo que harían. Les encantaba ese peligro, la montaña rusa de adrenalina que era saberse deseados y clandestinos

(...)

Al día siguiente

La puerta del hotel apenas se cerró antes de que se abalanzaran la una sobre la otra. La elegancia y las sonrisas sociales del día anterior se desmoronaron como papel quemado. Ahí entre cuatro paredes anónimas, no había lugar para las máscaras. Solo quedaban la urgencia y el hambre acumulada

Jenna:Teníamos que ser más discretas anoche...

La pelinegra soltó un jadeo contra el cuello de la castaña, mientras las manos de la ojiazul quitaban rápidamente los botones de su blusa sin mirarla

Jenna:Casi me delatas con esa mirada

Emma:Y a ti se te notaba demasiado en los ojos - replicó mordiendo el labio inferior con ferocidad

Jenna:¿De verdad? - preguntó con una sonrisa llena de lujuria

Emma asintió

Emma:Parecía que ibas a devorarme allí mismo

Por poco y nos cachan
Mi pareja y la tuya
Debemos ser más discretos
No saludarnos de beso

Ambas sabiendo el riesgo, riéndose de sí mismas a veces, eran incapaces de detenerse. Cada encuentro era una fiebre. La cama era un campo de batalla donde se libraban de todo: De la culpa, de las mentiras cotidianas, del aburrimiento de sus vidas perfectas. Se amaban con una intensidad que solo nace de la prohibición, con la sombra de sus parejas legitimas acechando en cada rincón de sus conciencias

Después siempre llegaba el momento de la reconstrucción. El alto al fuego. Juntas, en el silencio, se examinaban con la meticulosidad de criminales limpiando una escena del crimen

Jenna:¿Hay alguna marca?
- preguntó recorriendo su espalda con dedos que ahora eran suaves

Emma:Por supuesto que no... ninguna, tú me enseñaste - susurró girando para revisar sus hombros y cuello

Emma:No hay ninguna evidencia, estamos limpias

Era su ritual post-adrenalina. Asegurarse de no llevar consigo las pruebas de su delito. Los labios hinchados podían explicarse, una marca, nunca. Eran fantasmas que no podían permitirse dejar huellas. El "banquetazo", el descubrimiento que destrozaría a sus parejas, era el monstruo bajo la cama que ambas alimentaban pero temían encontrar.

One Shots I - JEMMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora