CAPITULO V

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-gracias-le dije con un susurro apenado cuando por fin me separe de el.

-no importa, si no hubiera llegado a tiempo hubiera pasado algo peor.-dijo mientras alcanzaba a ver como sus manos se transformaban en puños.

-pero ¿como me encontraste?- le pregunte porque realmente sentía curiosidad, y para cambiar de tema.

-iba caminando por el parque cuando de repente se escucharon unos gritos y cuando vi de donde provenian, vi que ese tipo quería abusar de ti.

Un escalofrío me paso por el cuerpo al pensar lo que pudo haber pasado, pero en estos momentos que ya pensaba mejor, senti como la furia se apoderaba de mi.

-de verdad que esto no se va a quedar así, de alguna forma voy a acabar con el- dije despasio y con unos instintos asesinos apoderándose de mi.

-oye tranquila, con esa cara que pusiste hasta a mi me das miedo- me dijo con un intento de calmar el ambiente

-¡es que no puedo soportarlo!-le dije casi gritando- solo quiero sacar todo lo que llevó dentro.

Sentí como las lágrimas se reunían en mis ojos devido a la furia que sentía, creo que nunca podre vivir en paz si siempre me pasaba esto.

-tranquila, hay mejores formas de hacerlo-me tranquilizo con esas palabras. Todavía no podía creer como es que lograba esos efectos en mi.-ya verás como yo no permitiré que ese tipo se vuelva acercar a ti.

-no quiero que sientas lástima por mi y pienses que soy tan débil que no me puedo defender, no necesito tu protección.

-no hago esto porque piense que tu eres débil, por lo que he visto tu eres una persona muy fuerte y capaz de defenderse.

-si ya te quedó claro entonces ¿por que lo haces?

-porque no soporto ver como pasas todo esto tu sola, me pone furioso ver como el te trata, simplemente no quiero que te pase ya nada.

-¿y tu que sabes por lo que estoy pasando?-le dije con lágrimas humedeciendo mis mejillas, no quería creer que alguien me tratase así por que le interese mi asquerosa vida.

-porque desde el momento que te vi en el cementerio y por todo lo que dijiste, me di una idea de lo que estas pasando y veo que sufres mas de lo que aparentas, te mereces alguien que este a tu lado si de verdad estas tan sola, alguien que te ayude a superar todo esto.

Me le quede viendo a esos ojos azules que me inspiraban seguridad y baje la vista a mis manos.

-¿y a quien le va a interesar una persona como yo?-le susurré tristemente para que vea mi realidad-a nadie le importo, toda mi vida me la he pasado sola, ni siquiera mis padres están conmigo ¿que quieres que piense? ¿que de la nada todos mis problemas se acabaran y que alguien querrá estar conmigo para afrontarlos?

-tal vez de la nada no se acaben tus problemas, pero te hace falta ser mas positiva, darte cuenta de que puede llegar una persona que vea lo valiosa que eres y que quiera verte feliz.

Bufé y una risa amarga salió de mi, de verdad que no podía creer lo que estaba escuchando,¿quien me podría ver de esa forma? Nadie, ya lo tengo bastante claro.

-no tengo claro de que llegue a existir tal persona y mucho menos de que pueda ser feliz, ni siquiera existe esa palabra para mi vocabulario.

-¿por que piensas eso de ti?

-¿de verdad preguntas eso? ¿Acaso no vez que soy una persona tan miserable que no le importa a nadie? ¿como alguien va a querer verme feliz cuando todos han disfrutado verme sufrir?

-yo no soporto ver como sufres, comprendo tu forma de pensar, pero tampoco debes creer que siempre estarás navegando en medio del mar de sufrimiento que siempre te rodea.

-comprender, ¿como me va a comprender una persona como tu que de seguro no ha sufrido como yo? De seguro tu eres de esas personas que no conocen la tristesa y siempre están sonriendo rodeados de felicidad.

-no todo ocurre como tu piensas, yo también he sufrido y he pasado tiempos difíciles, también he perdido a alguien y mi vida no es tan maravillosa como tu crees, la única diferencia es que no me he dejado llevar por la negatividad de las cosas intentando afrontar todo de una forma mas positiva-me sorprendió mucho lo que dijo, no me esperaba que esas palabras salieran de su boca y con ese tono un poco melancólico.

Poco a poco fui subiendo mi mirada para encontrarme con la de el. Me dedico una pequeña sonrisa y empezó a hablar de nuevo.

-cuando yo era pequeño siempre fui la adoración de mi padre, el era la única persona que me quiso. Mi mama se enojaba por esa razon y cuando el no estaba se la pasaba tratándome mal, el único cariño que conocí fue el que mi papa me proporcionaba. Tiempo después mi papa enfermo gravemente y murió, después de eso no me quedaba nadie mas al que le importara mi persona. Nos mudamos a otro lugar y todos estos años mi madre ha intentado hacerme la vida imposible, solo no me he dejado llevar por lo que me dice, cuando quiere discutir conmigo me salgo y repito todo el tiempo en mi cabeza que el sufrimiento no tiene que gobernar mi vida, puedes sonreír aunque no haya motivo para hacerlo- me dedico una sonrisa para reafirmar sus palabras y yo solo me le quede viendo.
»recientemente nos mudamos de regreso a este lugar y aproveche la oportunidad para visitar el lugar donde descansa mi padre, ahí fue cuando te encontre. Últimamente he visitado este lugar a estas horas, mi mama a metido un tipo a la casa que quiere tomar el lugar de mi padre y simplemente no lo puedo soportar, quiere que lo vea de una forma que no quiero y nunca lo veré. No eres la única que puede ser miserable, ya te lo digo, hasta la persona mas feliz sufre.

Después de un rato de silencio por fin pude hablar.

-¿como es que soportas todo eso y aún puedes sonreír como si no pasara nada?

-porque la tristeza siempre te lleva a la felicidad y todo lo que pasa simplemente hace que me vuelva mas fuerte. La vida es como una montaña rusa que sube y baja, la tuya en estos momentos va de bajada, pero vas a ver como poco a poco va a empezar a subir y que tu tambien mereces ser feliz.

Nunca me habían dicho nada igual, nunca había hablado con alguien que me hiciera sentir mejor y mucho menos me había sentido tan bien en mi vida.

A pesar de no llevar mucho de conocernos ya sabia mucho de esta persona como no había sabido de nadie mas, y sin quererlo el tambien sabía mucho de mi vida sin que yo se la tuviera que contar.

Me gustaba estar con el, seguia pensando en que no debería ilucionarme en que de verdad le importaba, pero en estos momentos no me interesaba lo que pudiera pasar, con su presencia y sus palabras era fácil pensar en que todo tiene solución, incluso me atreví a pensar en que el estaría a mi lado para ayudarme.

¿pero que pasaria si lo que dijo no es verdad? ¿en cerio también yo meresco ser feliz? Cuanto desearía que lo que el dijo se hiciera realidad.

Sin importarme su reacción o que me pueda rechazar, lo abrace y escondí mi cara en su cuello, y lo mejor fue que en ves de quitarme me devolvió el abrazo fuertemente mientras me daba un beso en la cabeza y mi corazón palpitaba fuertemente.

la fuerza de la soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora