la fuerza de la soledad

CAPITULO VI

Cuando llegue a mi casa me fui directo a tomar una ducha, no podía dejar de pensar en lo que había pasado en el parque con Will, todavía me costaba creer que su vida también fuera miserable, pero de todos modos era mejor que la mía.

Cuando me fui a la cama me hundí en un profundo sueño donde veia a unos ojos tan claros y azules como el cielo dandome ánimos para seguir adelante, acompañado de una de las mas bellas sonrisas.

***

Desperté y lo primero que me vino a la mente fue esa persona. No entiendo como es que en tan poco tiempo no lo puedo sacar de mis pensamientos, y no quiero quedar en ridículo por pensar así de el.

A pesar de todo lo que me había dicho todavía pensaba que no merecía estar con nadie, que a nadie le importaba mi vida y nadie querrá estar conmigo.

Cuando llegue a la escuela me fui a mi salón y me senté en mi lugar. No mostre inseguridad en ningún momento, sabía que tomm estaría ahí y no le iba a mostrar temor como el de seguro esperaba.

Levante la vista y vi que me estaba viendo con una sonrisa, lo amenace con la vista y me le quede viendo fijamente hasta que se le borro su sonrisa de satisfacción de la cara.

Si tommi, observa bien que no te tengo miedo como tu esperabas.

Después alguien apareció delante mio y me quede congelada viendo su playera, no quería verlo a los ojos después de lo que paso.

—veo que no te vas a rendir fácilmente viendo lo que el es capaz de hacer.

Lentamente fui alzando la vista para verlo a los ojos y fui sintiendo como se calentaban mis mejillas.

—te dije que no iba a dejar que se acercara a ti y lo voy a cumplir.

—no hace falta—le respondi para que vea que no estaba de acuerdo y que no necesitaba que me cuidaran.—no necesito una niñera.

—yo solo me preocupo por ti, ¿de verdad no lo entiendes?

—no, no lo entiendo. Si nadie se a preocupado por mi ¿como tu vas a estarlo?

—simplemente porque siento que debo estar contigo, siento que debo protegerte.

—no lo creo y no lo quiero creer, yo no quiero a nadie que este a mi lado y después me abandone como todos lo han echo.

Y era la verdad, todos los que han estado a mi lado se han ido dejandome sola y destrozada, y siento que esta vez podria ser peor.

Se me quedo viendo fijamente y de una forma lenta se fue agachando y me susurro al oído dejandome sin respiración:

—yo nunca te abandonaré.

Después se levanto y se fue a su lugar, mientras yo me quedaba congelada en el sitio intentando recordar como se respira.

Mi corazón latía desbocado y no me podía concentrar en nada, solo podía pensar en sus palabras y la sensación de tenerlo cerca de mi.

Me costo mucho tratar de no pensar en el, y lo peor es que no podía dejar de hacerlo, y menos cuando sentía constantemente su vista fija en mi.

Cuando terminaron las clases trate de salir lo mas rápido posible sin ningún éxito.

Sentí como una mano me agarraba del brazo para detenerme dejando una sensación en el.

—dije que estaria contigo y yo cumplo mis promesas—me dijo will con una resplandeciente sonrisa.

Después me sujeto la mano y empezo a caminar, dejandome atónita con su contacto. Sentía como las miradas de los demás se posaban en nosotros.

Lo voltee a ver, pero el solo seguía mirando al frente y caminando con seguridad, con su mano sujetando firmemente la mia.

No quería sentir nada por nadie, definitivamente no quería sentir nada por nadie, pero estar cerca de el me provocaba algo que no podía evitar sentir.

Sentía como miles de mariposas revoloteaban en mi estomago, mi corazón latía como no lo había echo antes, me sentía bien con su mano sujetando la mía transmitiendome seguridad, me sentía diferente estando con el.

Pero también me preocupaba sentirme así, me preocupaba que si seguía por ese camino el día que se valla, no podría aguantarlo y terminara con la poca fortaleza que me sobraba.

No podía creer que me sintiera así en tan poco tiempo, pero el tenia algo que me trasmitía esos sentimientos.

Esas sonrisas que me dedica, sus cálidos abrazos de cuando me abrazo, la forma de mirarme y las palabras que no dejan de repetir mi cabeza desde que las pronuncio.

"Yo nunca te abandonaré"

Y a pesar de no querer creerlo, esas palabras las dijo con tanta seguridad que me perturba.

Nunca me había sentido de esta forma y eso me confunde. ¿por que me trataba así?, ¿por que no me ignoraba como los demás?, ¿por que esa necesidad de protegerme? Yo solita se cuidar de mi, pero realmente se sentía bien saber que alguien mas quiere cuidar de ti, saber que le importas a alguien y que ese alguien muestre interés por ti, una persona que nunca le ha importado a alguien.

Quisiera que esos sentimientos se quedaran dentro de mi para siempre, que el nunca desaparezca y se quede conmigo, quisiera que esto nunca acabe.

Pero siempre esta la triste realidad que me pide que no sueñe tan alto, que me dice que el esta aquí por que soy débil y no me se defender, que solo me ayudara y cuando termine su trabajo se ira.

Ya había tomado mi desicion, me dejaría llevar por el aunque en un futuro me destroce cuando se valla. En estos momentos me sentía bien y así quería seguir hasta que el decida que ya es todo.

Entonces me detuve haciendo que el se detuviera conmigo y me volteo a ver para ver por que paraba de caminar.

—¿que sucede?—me pregunto con cierta preocupación en los ojos.

Entonces yo avance un paso y sin que el se lo esperara lo abrace. Recarge mi mejilla en su pecho y sentí como inevitablemente las lágrimas empezaban a correr por mis mejillas.

El me devolvió el abrazo con fuerza mientras recargaba su mejilla en mi cabeza, haciendo que me sienta segura envuelta entre sus brazos.

Este era el mejor lugar del mundo, cálido y reconfortante.

—gracias—le dije en casi un susurro.

—¿por que?—me pregunto confundido.

—por estar conmigo.