36. Tiempo

255 15 1
                                    

Sólo fue un año y dos meses.

A eso se resumió la vida de mi padre una vez salió del hospital, sus ojos verdes se veían más viejos, como si todos los años que vivió el, mi madre, mis hermanos y yo juntos hubieran caído en su mirada.

Hubo días malos, en los que olvidaba donde quedaba el baño, en los que gritaba por que no sabía quien éramos, en los que esperaba que llegáramos del colegio, en los que preguntaba por mamá.

Habían días buenos, en los que podíamos hablar, el recordaba su enfermedad y se dedicaba a cargar al pequeño Tom (hijo de Jason), solía leerle cuentos y llorar porque sabía que no lo vería crecer.

Pero mis días favoritos era cuando algunas noches, mientras Aidan y yo lo visitamos, ambos conversaban. Algunas conversaciones mi padre recordaba a Aidan, otras no. Pero todas las veces que lo conoció y olvido, se terminaban llevando bien.

Ya había pasado una semana del funeral: fue triste, fue muy pronto. Pero fue un alivio: el no sufriría más.

Yo me encontraba lista para seguir adelante. No olvidaría el año en el que me permiti conocer a mi padre, pero era hora de hacer mi propia vida.

¿Donde? Bueno, parece que esa es la única pregunta que Aidan y yo teníamos.

"La mejor manera de elegir, es al azar " había dicho mientras dejaba su copa de vino. Se levantó y volvió con un globo terráqueo, se sentó a mi lado de nuevo, cerca de la chimenea y puso el globo.

"No creó que sea una buena idea. Podríamos terminar en algún país en el cual no hablemos el idioma" le había dicho yo.

El río y beso mi cabeza.

"¿Que tal un lugar con viejos recuerdos? Me gusta aquí."Preguntó.

"Imposible, pase toda mi vida huyendo de este lugar y no terminaré aquí" dije negando.

"¿Londres?" siguió.

"Me abandonaste allí, además, tienes la VISA americana, usala" el río y yo sólo sonreí al verlo.

"Y yo no quiero los Hamptons." dijo.

"Yo tampoco, quizá Seattle ó Nueva York" dije.

"Me gusta Seattle" acorde.

"Pero no podemos mudarnos..
." dijo y lo mire extraña.

"¿Eres alérgico a la lluvia o algo así? " le pregunte entre broma, pero con miedo por la duda de nuestro futuro.

"No, pero sabes... Hubo una tarde, con tu padre, en la que me advirtió sobre los pecados y vivir juntos sin estar casados...y me recordó más verdaderas intenciones contigo: hacerte mi mujer, en cuerpo y alma. Ya lo hicimos una vez, pero entonces no sentía ni la mitad de cosas que siento por ti ahora. Te has convertido en una persona muy importante para mi y se que lo arruine la primera vez, pero esta vez prometo amarte para siempre, con todas tus fuerzas y todas tus carencias. Nicole Dwyer ¿Te casarías conmigo?.

Llore, lo abracé y entre susurros conteste.

"Si".

Eso había sido hace algunos días. En la mansión de los hamptons, donde nos quedábamos antes de ponerla a la venta para irnos al nuevo piso en Seattle.

Todo comenzó ahí, cuando apareció en mi puerta después de que yo tuviera sexo con el jardinero. -¿que será de el?- y nuestra relación con esta casa había acabado, tuvimos buenos momentos, malos momentos y otros bizarros. Pero era la vida a la que no quería regresar.

Esa mansión había sido como una jaula, en la cual me reclui cuando logre escapar de casa.

Todo en mi vida había mejorado, solía pensar, la primera vez que vi la mansión en lo feliz que me haría tener un gran y hermoso lugar para mi sola, en el que no me encontrará con mis fantasmas por el corredor.
Pero incluso con si belleza y espacio, había estado atrapada ahí.

Habian pasado dos días desde la última noche en los hamptons. Desde que nos comprometimos y llegamos a Seattle. Si era una hermosa ciudad.

Habíamos pensado en comprar un apartamento, pero elegimos una casa a las afueras, con un gran espacio y de un sólo piso, grandes paredes de madera y vidrio (además de una piscina y jacuzzi) tenía cuatro habitaciones: lo habíamos pensado y discutido.

Una sería la nuestra, otra sería un despacho para que Aidan pudiera manejar las finanzas desde casa, la habitación de visitas (Ya que tanto Charlotte como Madison pensaban visitarnos) y la otra habitación era nuestro "En el camino"

Era nuestra idea de la posibilidad de hacer crecer nuestra familia: todavía no habíamos discutido como planeábamos hacerlo. Pero lo queríamos hacer.

El Contrato PrenupsialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora