30. Mente sobre la carne

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Sumerjo mi cuerpo en la tina y cierro los ojos mientras mis músculos se relajan al contacto con el agua caliente.

Mi sistema nervioso despierta y comienzo a ver las consecuencias de todo lo ocurrido: Me he acostado con mi ex-esposo - con quien me case por dinero- después de que me abandonase en un pis desconocido cuando se entero de que era infertil.

¿Que me pasa? ¿No me valoro? Por Dios, necesito un terapeuta urgentemente, algo debe estar mal conmigo.Suspiro frustrada y me paso una mano por la cara.

Ha pasado una hora desde que deje a Aidan y mi sentido común despertó de un largo coma, uno en el que entraba cuando Aidan ponía sus manos sobre mi.

Pero debía controlarlo, la mente sobre la carne.

He realizado muchos cambios con mi vida desde que nos separamos, cambios positivos que me han hecho crecer, no dependo económicamente de nadie ¿y el amor? bueno, salí con 2 o 3 hombres, nada serio, no recuerdo bien pero quizá era porque se parecían a el. ¿Quien sabría que hizo el en ese tiempo? solo se que debíamos ir lento, mas lento si no queríamos arruinar las cosas para siempre.

El teléfono suena, trayéndome devuelta al presente.

—¿Nicole?—la voz de Charlotte suena al otro lado de la linea.

Mierda, no me despedí de ella esta mañana, ¿Sabría lo de Aidan?.

—Charlotte, me alegra mucho escucharte, ¿Como amaneces?— pregunto y me recuesto en la bañera.

—Estoy bien, no era en realidad yo quien te llamaba, sabes, mmm, Aidan...—El teléfono enmudece de repente y escucho voces discutiendo en la parte de atrás— Perdón, sigo aquí, Aidan quería que te invitara a cenar con nosotros hoy, si puedes...ya sabes, salir por ahi.

Lo pienso por un momento, quiero decir que no, para darme mas tiempo para pensar, pero quiero verlo.

—Lo siento, estoy un poco cansada y tengo que terminar de desempacar, tendremos que dejarlo para luego...

—Oh, esta bien. Te veré luego, cuídate.

Dejo el teléfono en el borde de la bañera y termino mi baño.

*                                 *                               *

Desempaco la ultima caja restante: la abro con un cuchillo y encuentro adentro fotos familiares, se las había pedido a mi padre.

Saco una de las fotos y me muevo hasta el mueble cerca al ventanal: en esta foto estaba con mi hermano, en uno de los juegos de preparatoria, el usaba su traje de fútbol americano y yo el de porrista.

Lastimosamente, no tengo ninguna foto con Mads ademas de las de navidad, pero igual enmarque una que habíamos tomado la ultima vez, habían un par de fotos con mi padre y no sabia que hacer con las de mama.

Saco una foto donde estoy con ella, me sostiene en sus brazos y ambas sonreímos, ya no se que pensar, no estoy segura de recordar bien a mama, cada vez se hace mas difícil.

Una lagrima cae por mi mejilla y paso una mano por mi cabello.

El timbre suena, no estoy esperando a nadie, en realidad, nadie tiene esta direccion.

Dejo la foto y caminno hasta la puerta, la abro y me encuentro a Aidan vestido de jeans, una camisa blanca y con una gorra de beisball, parece despreocupado, en su mano hay una caja de pizza y esta sonriendo.

—Si estas muy cansada para salir, pense en venir aqui.

El Contrato PrenupsialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora