14.¿Donde íbamos?

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-Es hermoso-comente respecto a la vista, frente a nosotros se tendía uno de los panoramas mas exquisitos que haya visto: El horizonte de España y Francia.

-¿Conoces España?-pregunto Aidan levantando su mirada del menú del restaurante donde nos encontrábamos.

Negué con la cabeza.

-No salgo mucho de Los Angeles en el año, excepto cuando voy a los Hamptons.

-¿Quieres ir?-pregunto aun mas interesado y sonriendo-podríamos ir esta misma noche.

Sonreí y lo mire a los ojos acercándome.

-¿No trabajas?-pregunte.

-No hasta el viernes, todos creen que estoy en América- dijo y guiño un ojo, luego volvió a fijar la mirada en el menú, yo hice lo mismo.

-Quiero ir-le conteste unos minutos después.

Aidan sonrió abiertamente y tomo su celular, presiono un par de teclas y lo coloco en su oreja.

-Soy Aidan, ¿Todavía tienes el yate?...Si, esperare...¿Podrías hacerme un favor'...Lo necesito, esta noche....España....si....media hora, en el puerto-colgó el teléfono y tomo mi mano- Creo que tomaremos la comida para llevar- dijo y después ambos sonreímos- Toma tu bolsa y el abrigo, tenemos 29 minutos para llegar al puerto.

Hice lo que dijo y ambos nos levantamos de la mesa, Aidan tomo mi mano y me llevo rápidamente a través de todos los restaurantes, rápidamente llegamos a su auto, arranco rápidamente y yo no podía dejar de sonreír mientras sentía la adrenalina de huir tan espontáneamente, era como si fuera joven otra vez.

En cuestion de unos 25 minutos llegamos a lo que parecía el puerto, bajamos y Aidan miro su reloj.

-Quítate los tacones- dijo y lo mire extrañada- vamos tarde.

Hice lo que me dijo y los sostuve de mi mano derecha, Aidan me tendió la izquierda y corrimos por el muelle a toda velocidad.

Al llegar al yate marcado como "La vié" nos detuvimos, un viejo hombre nos esperaba sonriente mientras su mirada se posaba en nuestras manos, Aidan y el intercambiaron algunas palabras en las cuales no preste mucha atención, solo se que 5 minutos después el hombre se había ido y Aidan me ayudaba a subir a yate, subimos al yate y deje mis zapatos en una silla, me dirigí a la cabina del capitán donde se encontraba Aidan revisando algunos papeles.

-¿Sabes manejar un Yate?- le pregunte

-Si, aprendí mientras estaba en la universidad, siempre he querido comprar una yate pero no lo he hecho.- dijo orgulloso mientras camine hasta su lado y apoyaba mi mano en los mandos cuidadosamente, solté una risita.

-¿Que es tan gracioso?- pregunto con una ceja levantada.

-Que eres demasiado sexy para tener tiempo libre, me refiero a que si yo fuera una de las chicas con las que salia no te dejaría salir de la cama- dije cerca de su oído.

Sus latidos se aceleraron y los míos también. Movió su mano hasta mi trasero y me atrajo hacia el para besarme, este beso era cálido, asfixiante, quitaba todo el aire de mis pulmones y hacia arder mis labios.

Rompimos el beso para tomar aire.

-Sera mejor que se concentre capitán, morir ahogada no es mi mayor deseo- dije mientras subía a la cubierta meneando mi trasero.

-Pondré esta cosa en marcha y te enseñare- dijo divertido desde abajo.

La cubierta tenia una especie de sofá-cama cubierto de muebles así que me acosté allí un rato mientras sentía el motor rugir y veía el horizonte desaparecer.

Una hora después, cuando el horizonte se convirtió solo en luces y las estrellas se veían mas cerca Aidan llego, camino silenciosamente y se acostó a mi lado suavemente, me subí como pude sobre el y mientras lo miraba a los ojos lo bese, este beso fue lento, lleno de pasión y algo mas.

Aidan poso sus manos en cuello y bajo una delicadamente por toda mi espalda hasta mis caderas, bajando la cremallera de mi vestido negro.

Levanto su torso, lo que me obligo a sujetarme de sus hombros para no caerme, quedamos rente al otro y era la primera vez que hacíamos esto de esta manera, cerrando los ojos en cada beso y abriéndolos cada vez que podíamos para vernos, Aidan saco mi vestido por arriba y me acerco a el, entre cruzamos nuestras piernas, quedamos frente a la mirada del otro, bese la mejilla de Aidan y después sus labios, todo esa noche fue lento, cada caricia, cada beso incluso la manera en la que me llevo a la recamara de abajo para protegerme del sol y entonces lo note, me había enamorado de el.

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LAMENTO LA DEMORA, PERO YA HICE MI CENA DE QUINCES Y ESTOY LIBRE!! WOAH! AHORA VIENE EL DRAMA EN LA NOVELA :O, Ojala la sigan leyendo, gracias por todo.

PD: proximamete subire una novela de drama.

El Contrato PrenupsialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora