SAWYER
Son las tres de la madrugada. Y estoy despierto. De hecho muy despierto. Megan no. Megan no deja de dar vueltas. Megan no deja de darme patadas y manotazos. Pero esa no es la razón de que esté despierto. La razón es que Megan-está-gimiendo. He leído, en este rato en el que me estoy llegando a frustrar demasiado, que las embarazadas suelen tener sueños eróticos. Bueno, Megan siempre suele tener sueños eróticos. Pero esta vez parecen ser mucho más intentos. Tiene la piel sudorosa y estoy seguro que si se despierta va a tener que cambiarse de bragas. Mientras tanto yo estoy aquí. La miro y espero a que pase la tortura. ¿Cómo puede haber gente que pase dos o tres veces por esta situación? Es decir, hacer un hijo es divertido, para qué negarlo, pero el proceso de gestación es ¡un puto infierno!
≪Dios mío, siento haber ignorado tu existencia durante tantos años, pero, si de verdad estás ahí, haz que esto pare o que al menos yo pueda descargar≫, pienso. Entre gritos, Megan se despierta algo desorientada. Sus ojos azules me miran muy, pero que muy abiertos mientras respira de forma jadeante.
—¿Qué... qué haces despierto? —consigue decir.
—No puedo dormir.
—Ah.
Megan se levanta de la cama: va a ducharse. Siempre me despierto cuando va a la ducha tras sus continuas sesiones de sueños eróticos. Antes hubiera dado lo que fuera para saber qué está pensando, pero ahora no me apetece volverme loco. La que se está duchando no es Megan, es otra persona. Echo de menos a mi Megan.
El agua deja de correr y la puerta se abre tras pasar un par de minutos. Megan-está-desnuda. Esto me está empezando a doler. Literalmente, que tengo una erección imposible de ignorar.
—Quiero follar —dice con cara de póker.
—¿Eh?
¡Dios, espero haber oído bien!
—Quiero que me folles. YA. ¿Qué haces ahí parado? ¿Tengo que masturbarme?
¡Y UNA MIERDA! Salto de la cama y me acerco a ella quitándome la camiseta del pijama. La beso con hambre, con hambre de ella, y recorro su cuerpo con las manos. Llevo demasiado tiempo sin mojar, demasiado tiempo descargando sólo, demasiado tiempo sin sentirla sin tocarla. Nunca me deja tocarla, tiene los pechos muy sensibles y cuando voy a meterle mano se enfada. Me gustaría cogerla, llevarla a la cama y poseerla todas las veces que no la he poseído en este tiempo. Pero no puedo. Cogerla sería complicado con su barriga de por medio y poseerla... No debería poseerla. He leído... ¡He leído demasiado! A lo que iba... He leído que las posturas recomendables son el misionero, de lado o a cuatro patas. Pero hay que tener cuidado. Hay. Que. Tener. Cuidado. Tras. Cuatro. Meses. Sin. Follar.
Sus manos viajan hasta la cinturilla de mis pantalones del pijama y me los baja, junto a los calzoncillos. Mi boca se separa de la suya para coger aire en cuanto me rodea con sus dedos. De su boca sólo salen guarradas, guarradas que dice para excitarme (aún más), guarradas que quiere que le haga...
—¿No decías que no tenías ganas de sexo? —consigo decir entre los gemidos que salen de mi boca mientras me masturba.
—Ahora sí tengo —susurra extremadamente sexy.
—Pues dejémonos de tonterías de una puta vez.
La obligo a soltarme y tiro de ella hasta la cama. Me quito el pijama y los calzoncillos, le digo que se suba en la cama y que se coloque en la posición en la que quiero que esté y me subo a la cama. Yo hoy no estoy para preliminares, ni mierdas. Y, por las vistas que tengo, ella tampoco. Deslizarme por ella es algo complicado, pero su excitación me permite penetrarla de forma directa, pero suave.
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Tres NO Son Multitud © [UME #3]
ChickLitNovela no terminada (cancelada) SINOPSIS 3ª Temporada de la #TrilogíaUnMaravillosoError Sawyer y Megan se han lanzado de cabeza al mundo de la maternidad. Un bebé siempre lo pone todo patas arriba y este caso no va a ser una excepción. A ambos les e...