[Megan embarazada en multimedia, Miranda Kerr]
Un mes después...
SAWYER
Abro los ojos de golpe cuando la música comienza a sonar demasiado alto. Me restriego un ojo y busco a tientas las gafas en la mesita de noche. Aún no me acostumbro a llevarlas, pero veo mejor que sin ellas. Salgo de la habitación algo mareado mientras la música retumba por toda la casa. Bajo las escaleras rápidamente y cuando entro en el salón encuentro a Megan sentada junto al equipo de música rodeada de todos mis discos. Me acerco al equipo de música y le bajo el volumen haciendo que Megan se sobresalte.
Sus ojos azules me observan muy abiertos y sonríe.
—Buenos días, ¿eh? —digo y me agacho para darle un beso porque como tenga que esperar a que se levante...
—Buenos días —dice—. Estaba curioseando y me he encontrado todos estos discos. No los había visto antes.
—Es que antes no curioseabas —murmuro ojeando alguno de los discos—. Creo que debería limpiarlos un poco, están llenos de polvo.
Megan aparta todos los discos e intenta levantarse. Cuando me ofrezco a ayudarla, la muy cabezota me dice que puede levantarse sola. Me ha costado muchísimo convencerla para que tenga al bebé, sólo de pensar en abortar me entraban escalofríos. Era como repudiar una parte de mí, algo que Megan estaba dispuesta a hacer. Los primeros meses se ha quejado bastante: no quiere ser madre. Sólo espero que haya cambiado de idea. El pensar que puede que no quiera a su bebé me hace temblar...
Suspiro y la ayudo a levantarse. Tiene la tripa enorme y sólo lleva cinco meses de embarazo. Está preciosa, a pesar de que ella dice estar fea e hinchada. Joder, llevo meses deseándola, viendo cómo cambia su cuerpo (a mejor) y cómo le crecen las tetas. ¡Joder, si le crecen más no poder aguantar más sin hacerla mía! Pero su apetito sexual está por los suelos y el mío por las nubes.
—Sawyer, ¿me estás tocando el culo? —me pregunta con el ceño fruncido y una sonrisa en los labios.
—No, qué va —digo y le doy un pequeño apretón.
—Ya... Anda, suelta y ve a ponerte el bañador. ¡Nos vamos a la playa! —exclama y empieza a aplaudir.
¿No está cansada? Qué raro.
—¿Ahora?
—Sí, los demás también van a ir. Venga, vamos a cambiarnos.
Entrelaza nuestros dedos y tira de mí hasta las escaleras, donde yo la adelanta rápidamente. Entro en la habitación mirando a Megan por encima del hombro mientras termina de subir las escaleras. Me da pánico que se caiga. Hace un par de día casi se tropieza y aún estoy alerta por si acaso.
Antes de nada me meto en el baño para lavarme los dientes y salgo rápidamente. Abro el último cajón de la cómoda y saco un bañador de los míos y uno de sus bikinis nuevos. El hecho de que haya tenido que comprarse ropa nueva no le ha hecho nada de gracia. La ropa premamá le hizo mucha ilusión comprarla, pero comprar ropa interior nueva, bikinis nuevos, pantalones nuevos... Eso le cabreó y por un momento pensé que iba a decir lo arrepentida que estaba de haber aceptado tener al bebé.
Megan entra por la puerta y le paso el bikini.
—No, ése no. Dame el azul.
Suspiro y le doy el que me ha pedido.
Cuando me pongo el bañador ni siquiera me mira, antes al menos echaba alguna que otra mirada furtiva cuando me cambiaba. Ella se desviste y se pone el bikini.
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Tres NO Son Multitud © [UME #3]
ChickLitNovela no terminada (cancelada) SINOPSIS 3ª Temporada de la #TrilogíaUnMaravillosoError Sawyer y Megan se han lanzado de cabeza al mundo de la maternidad. Un bebé siempre lo pone todo patas arriba y este caso no va a ser una excepción. A ambos les e...