Hermoso como siempre

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Su jet privado aterrizó en el aeropuerto, suspiro con nostalgia y algo de emoción difícilmente palpable en su expresión, pues Sasuke Uchiha no era muy expresivo que digamos.

Abajo le esperaban sus dos mejores amigas de la preparatoria, y uno de ellos, su mejor amigo -el único con el cual no había tenido conexión durante esos cinco años que estuvo en el extranjero a causa de su trabajo en la compañía-, era su verdadera razón de volver a konoha.

Tomó su portafolio con varios papeles importantes de la empresa que le tendría que entregar a Itachi, su hermano mayor, y aplastó su cigarrillo contra el cenicero antes de caminar por el angosto y lujoso pasillo del jet.

Había empezado a fumar hacia tres años. Empezó como un típico capricho de una noche de tragos y sexo con bellas putas inescrupulosas que se metían en su cama como hormigas a un pastel, en busca de su dinero y propiedades. Varias de ellas intentaron atarle con bebés inexistentes o de los cuales él no era el padre. Sasuke sólo se acostaba una vez con cada una, y aquellas bellezas afrodiciacas suspiraban al recordar la noche, única y excitante, que pasaron con Sasuke Uchiha.

Aquello no era necesariamente porque las tratara cariñosamente, para nada, sólo sucedía que Sasuke era un Dios del sexo capaz de aguantar días seguidos de revolcones, pues eso eran aquellas noches para el azabache, solamente revolcones.

Empezó a bajar las escalerillas de su jet y, dándose cuenta que la luz del Sol le daba directamente al rostro, entrecerró los ojos. Caminó elegantemente con su mano izquierda en el bolsillo de su pantalón y su mano derecha sosteniendo su portafolios. Todo ésto más su esmoquin negro provocaban hemorragias nasales a toda chica o doncel que posaran sus ojos en Sasuke Uchiha

-¡¡SASUKE-KUN!! -Se escuchó la voz chillona de una chica.

Sasuke abrió los ojos encontrándose con Sakura Haruno, una hermosa chica de cabellos rosas, ojos verdes y tez clara, su amiga de la preparatoria cuyos sentimientos rechazó en un pasado no muy lejano, cosa que ella se tomó muy bien negándose a ser una más de las mujeres que pasaban por la cama del azabache.

-¡¡Sas... UKE!! -Se escuchó otra voz chillona. A Sasuke le salieron varias venitas de enojo, odiaba ese apodo-. Ya te creía muerto, como no dabas señales de vida -Se burló la chica.

Sasuke fijó su vista en la joven, una chica de 21 años al igual que él y Sakura, de tez blanca, cabellos azabaches y ojos negros, Valee Himeko, su otra amiga de la infancia o como él le llamaba "la pervertida a sueldo".

La conoció gracias al tío de su mejor amigo, Jiraiya Namikaze, mejor conocido como el "sabio pervertido". Al parecer Valee era la ayudante de Jiraiya cuando éste cazaba donceles. Al final ella terminó cambiándose de escuela. En ese momento recordó la gran cantidad de peleas que tuvieron porque ésta acosaba a su mejor amigo que es un doncel. Pero esto entre las confianzas, ya que aquellas eran peleas que sólo duraban un par de minutos antes de que el problema fuera olvidado por completo.

Terminó de bajar el último escalón de su jet privado y observó a las dos chicas quienes le recibían sonrientes e inmediatamente se lanzaron a abrazarlo de forma amena.

-¡Dios, no has cambiado nada! -dijo Sakura-. Sigues siendo el mismo parte-corazones-amargado -mencionó burlona.

-Y el mismo tsundere -dijo Valee sacándole más venitas a Sasuke.

-Yo no soy tsundere -contestó el azabache empezando a caminar acompañado de las dos chicas al interior del aeropuerto.

-Lo mismo que diría un tsundere -dijo Valee desviando la mirada, Sasuke le dedicó una mirada asesina a la chica.

aunque tenga que encerrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora