poco a poco

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- Te veo muy alegre - le dijo Karin a Sasuke mientras le entregaba un sobre, Sasuke la miro aun con esa media sonrisa que se había creado el día anterior cuando el rubio despertó y que ahora se había hecho prácticamente imborrable - correo de tu hermano - dijo la pelirroja al ver como Sasuke extrañado recibía la carta, normalmente eran Suigetsu y Karin los encargados de su correo, ellos lo leían y después le informaban lo que consideraban importante, estando en el siglo veintiuno aún seguían enviándole por medios muy arcaicos como el correo varios documentos, quizá porque a diferencia de él la mayoría de los jefes mafiosos ya tenían sus años, tal vez preferían métodos más antiguos, pero había otro tipo de cartas que le enviaban muy a menudo, sus ex amantes quienes pensaban que una relación por correo seria candente a la vieja escuela, sentimientos y un montón de idioteces escritas en papel con perfume y un beso de pintalabios caro, todas las cartas de sus ex putas eran iguales, tan repetitivas y aburridas, el Uchiha miro la carta curioso, abrió el sobre y lo que vio dentro le sorprendió un poco, Karin extrañada por el ligero aire de sorpresa de Sasuke lo miro como preguntándole de que trataba la carta pero sin pronunciar palabra alguna.

- Otra de las cartas de apoyo de mi familia - dijo Sasuke con fastidio mientras tiraba la carta en la mesa que se hallaba al frente suya sin leer por completo el contenido y volvía a apoyar la espalda en el espaldar del sillón cerrando los ojos, recién habían terminado su trabajo, ya obscurecía y necesitaba relajarse para visitarlo a él.

- ¿y qué fue lo que te sorprendió? - pregunto Karin curiosa mientras se sentaba en el sillón frente a Sasuke y se disponía a abrir su propia correspondencia.

- mi querido padre me ha encontrado una prometida y me pide que regrese - respondió con notable fastidio el de pelo azabache mientras sacaba su móvil y le echaba una ojeada, Suigetsu le había enviado un mensaje avisándole que se había acordado una cita mañana con uno de los muchos políticos corruptos que querían entrar de una forma u otra en el mundillo de la mafia y someterse a las reglas del Uchiha para sacar mucho dinero fácil...la mayoría terminaban mal, Karin estiro la mano y alcanzo el sobre para luego ver la foto que estaba anexada a la carta, se trataba de un doncel pelinegro de ojos verde oliva vestido con un kimono.

- ¿iras? - pregunto Karin enseñándole la foto a Sasuke quien solo la miro sonriente

- no seas idiota- dijo para ponerse de pie y despeinarse un poco el cabello - ya estoy casado - finalizo sonriente mientras mostraba el anillo de oro blanco en su dedo para después retirarse a la de la habitación, Karin sonrió y se dejó caer en el sofá

- el más idiota es el enamorado - respondió a la nada la pelirroja para después quitarse los lentes y frotarse los ojos, ella también estaba cansada

...

Sasuke recorrió media mansión solo para llegar a un jardín en particular, la entrada al jardín estaba siendo custodiada por dos guardias, uno a cada lado de la puerta quienes al ver a su jefe hicieron una reverencia en señal de respeto mientras veían pasar al Uchiha dentro del jardín.

- ¡QUEEE PUTA MIERDA! - el Uchiha escucho a lo lejos la dulce y tranquila voz de su esposo demostrando con sus bellas palabras como se sentía en ese momento de forma tan elegante y sofis...a quien engañaba, Naruto no era elegante y sofisticado por ningún lado y se veía a leguas, frente a Sasuke un doncel rubio con un yukata azul claro sentado en la mesa frente al jardín con una laptop en frente comiendo ramen con toda la comisura de la boca repleta del caldo de ramen, en ese momento Sasuke arrugó el entrecejo y se preocupó por primera vez por su salud mental pues ¿Cómo le parecía hermoso eso?...ah sí...se trataba de Naruto...con razón.

- dobe ¿Qué pasa? - pregunto Sasuke al estar lo suficientemente cerca para ver como en la pantalla de la laptop solo estaba el video puesto pausa en una escena, se trataba de una chica y un chico, ella con el cabello y los ojos negros y el con el cabello rubio y ojos azules, ambos estaban acostados sobre el suelo notablemente heridos y a cada uno le faltaba un brazo, a la chica el izquierdo y al chico el derecho, pudo ver como la sangre se juntaba entre ellos como si estuvieran agarrados de la mano, en la esquina inferior izquierda de la pantalla se podía leer en letras negras " fin"

aunque tenga que encerrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora