Hogar.

Te lo llevaste.

Me dijiste que te ibas y me hice a un lado. Respete tu decisión incluso cuando no supe la razón, no se si fue prudencia y valor lo que tome, o al contrario fui muy débil para detenerte. No se que sucedió, pero te deje ir y no luche contra eso. Dijiste que te llevarías tus cosas y yo asentí, no me importaba.
Y lo hiciste, tomaste la taza que te regale en San Valentin, me gusto tu gesto, tomaste tu almohada y me entristeció pues era la que robaba a media noche, tomaste tu ropa, te llevaste tu aroma. Abriste el tercer cajón y tomaste un monto de cartas, "Ya se que te las regale, pero la verdad es que no quiero que tengas nada mío" te mire un segundo y te dije "Claro, no hay problema" no sabia que hacia. Me disculpe y fui al baño por un minuto, me mire al espejo y llore un segundo. Tome aire fresco y encendí un cigarrillo. Para cuando salí tus maletas estaban hechas y lo ultimo que recuerdo fue un adiós apresurado. Me hubiera gustado decirte mas, me hubiera gustado decirte que te amaba, que te amo y que probablemente no te saque de mi corazón, me hubiera gustado quitarte mis cartas y quizás darte una bofetada, pero no lo hice. Te vi partir.
Te llevaste la taza de San Valentin, la almohada que solía robar, tu ropa y tus perfumes, mis cartas; incluso te llevaste el lado caliente de la cama.
Mas no me sorprende lo que te llevaste pues era tuyo, me sorprende lo que no te llevaste pues me dejaste, y yo, yo era tuya.