Hogar.

Mi odio.

No me deja pensar, agobia mi mente con su cara.
Quiero demostrarle que soy inteligente, que soy digna de usted.
Pero creo que si estás raíces, que suben y bajan en mi pecho y han hecho su enredadera en mi cabeza, me dejaran aclarar las ideas lo más probable es que lo odiara.
Lo amo sin pensarlo y es que pensarlo me haría odiarlo.
Y sería usted aún más dichoso con mi odio; si hay algo más intenso que mi amor es mi odio. Lo siento en cada fibra de mi ser y exprime cada lagrima de mi alma.
Mi cabeza duele como cuando despiertas de una noche en vela porque tus demonios te asechan, pero no he despertado de ninguna noche en vela porque mis demonios me asechan de día y a todas horas, porque mis demonios se han materializado en una sola persona, y a esa persona la comparo con Dios, y lo amo más que a Él.