Narra Liam:
Mi cabeza está muy confundida, no sabe si ir a buscar a Judith para llevarla al colegio o no. Seguramente está molesta, bueno, seguramente no, ella está molesta. No quería que pase frío así que fui a su casa. Toqué el timbre y su madre atendió.
- Liam – dijo sonriente la madre de Judith- ¿Vienes a buscar a Judith? – pregunto confundida.
- Bueno… yo… si – dije con las manos en los bolsillos.
- Pues no está aquí, esta mañana me dejo una nota diciendo que salió a las 7 de casa, que tenía 39 de fiebre pero que estaba bien, que no me preocupara – dijo, definitivamente, estaba preocupada, al igual que yo.
- Voy por ella – dije – Hasta pronto señora – dije sonriéndole.
- Puedes llamarme Patie, Liam, ya lo sabes – dijo riendo.
- Está bien, Patie, iré por ella – dije, volví a mi auto y conduje hacia la escuela.
Con Judith estábamos acostumbrados a llegar a las 7:30, así tendríamos tiempo de empezar bien la mañana paseando por el parque de la escuela y estar juntos.
Llegué 7:35, la busqué por todos lados hasta que la encontré en su salón.
Narra Judith:
Me puse a leer ya que no tenía nada para hacer. Mi cabeza se me partía al medio, también ésta estaba caliente pero yo sentía frío.
La puerta del salón se abrió y Liam estaba allí, quería tirarme por la ventana pero eso implicaría suicidio y me gustaría conocer a mi príncipe de enserio, que no me cambie por nada ni nadie.
- Aquí estas niña – dijo con voz de padre.
- Ay, no – dije y apoyé mi cabeza contra el banco, seguido de mis brazos que rodearon la misma.
- Tendrías que haberte quedado en tu casa, Judith Clapton – me dijo como si me estuviera retando.
- Cierra la boca, James – dije enojada – déjame en paz.
- ¿Te estoy cuidando y me lo pagas así?
- Si – dije y me levanté de mi mesa para hacerle frente – porque tú no eres nada mío, porque no te importo, porque tienes a tu novia, a tu fama, a tu vida, a tu banda y a tus amigos, así que no me molestes a mí.
- Tu eres parte de mi vida – dijo.
- Olvídalo, tú tienes a tu estúpida novia bailarina, a tus fans, a tus amigos famosos y una banda de pop – dije contando con los dedos – yo quizá haya sido parte de tu vida, Payne, pero ya no más
- Danielle no es estúpida y tampoco es mi novia – dijo enojado.
- No, claro, disculpa, aun no se lo pides – dije haciéndole burla - ¿Y qué harás?
- ¿Con qué? – preguntó.
- ¿La llevarás a un campo y le pedirás que sean algo más? – al decir esto se hiso un silencio mortal, Liam me llevo al campo, un año atrás, a andar a caballo y ahí me pidió ser su novia, él lo sabe y se quedo mudo.
Una lágrima cayó sobre mi mejilla, él se dio cuenta e intentó quitármela con su dedo, pero fue en vano, cuando él iba a limpiar mi lágrima tome su mano y lo miré fijo a los ojos.
- Ya no somos nada, lo único que espero es que me ayudes a olvidarte como tú hiciste conmigo – dije enojada – así que no me hables, no me mires, no me toques, nada, solo ignórame.
- No quiero que estemos peleados – dijo algo triste, al parecer.
- Ya desapareceré de tu vida en cuerpo y alma, Liam, te lo aseguro – dije y me fui de allí, no aguantaba las lágrimas.
Las clases pasaron lento, no le dirigí la mirada a Liam ni por casualidad.
Al tocar el timbre de salida, corrí lo más rápido que pude para salir primera y que no me buscara. Llegue a casa y encontré a mi papá mirando la tele.
- Llegue papa – dije saludándolo.
- Hola cielo – dijo - ¿Por qué fuiste a la escuela si tenías fiebre?
- Tenía que ir – dije sonriendo.
- Qué raro que tu digas eso – dijo riendo.
- Si es raro – reí - ¿podríamos hablar, papa?
- Claro linda, siéntate – dijo y golpeó el sillón como gesto de que me sentara y así fue
- ¿Hay alguna posibilidad de que podamos salir del país? – pregunté seca, mi papá me miro con cara de sorprendido.
- Pues, me ofrecieron trabajo en California, pero tenía pensado rechazarlo – dijo – es una gran oportunidad pero no me parece tener que dejar todo lo que logramos aquí.
- Acéptalo – dije.
- Pero qué hay de tu, Liam, tus amigos – dijo algo entristecido.
- Liam y yo ya no estamos juntos, y mis amigos lo entenderán – dije mirando mis manos que jugueteaban.
- ¿Ya no están juntos? – se sorprendió.
- No – dije con una vez profunda y quebrada.
- Está bien – dijo al fin – veré que puedo hacer.
- Gracias – dije y lo abracé.
Quizá un cambio de vida es lo que necesito, no puedo torturarme todos los días viendo a Liam con “Danielle”.
La tarde me la pasé durmiendo, dado a que la noche anterior no había pegado un ojo.
Me levanté y eran las 8 de la noche, bajé y cené con mis padres.
La cena era silenciosa hasta que mi papa habló.
- Hoy, Liam pasó por casa pero estabas durmiendo – dijo.
- Ah, ¿y qué quería?
- Hablar contigo – dijo mi mamá.
- Pues a mí no me interesa hablar con él –dije y continué cenando.
- Quizá tengan que hablar, Judith- dijo mi padre.
- No, déjenme paz – dije, me levante y subí.
Encontré a mi celular con un mensaje de Liam:
“Deja de evitarme y hablemos como dos personas conscientes”.
“¿Qué parte de dejarme en paz, no entiendes?” – fue mi respuesta.
“Atiéndeme” – fue su devolución.
Mi celular comenzó a sonar y no sabía si atenderlo o dejar que suene.
- ¿Qué quieres? – atendí de mala manera.
- Hablar – contesto.
- Pues yo no quiero hablar, entiende – dije y corté.
Un minuto después, otro mensaje.
“Atiende niña” – dijo, por favor Payne, déjame tranquila.
“En unos días no me verás mas, ni por la calle, ni en la escuela ni en tu vida” – contesté.
“¿De qué hablas?” – dijo y yo no le contesté, apagué mi celular y dormí hasta el día siguiente.