Capitulo 44

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Mi mamá siguió saludando a los chicos, hasta que llegó a Liam, el último.

- Dios mío, Liam – dijo ella llorando a mares - ¿dónde está tu hermosa melena, leoncito? – preguntó mamá.

- La corté hace unas semanas, señora Clapton – contestó. Y mi madre lo miró extrañada, al igual que yo.

¿Señora Clapton? ¿Desde cuándo Liam llama así a mi madre? Lo conozco de toda la vida, y para él, mi madre siempre fue “la tía Pattie” o simplemente “Pattie”.

- ¿Por qué me llamas “señora Clapton”? – preguntó mi madre, seca.

- No lo sé – contestó con cierta vergüenza.

- Abrázame – dijo mi mamá y le regaló un gran abrazo - que lindo que estas, tan hombre y con una voz tan masculina – dijo sonriendo y llorando.

Liam sonrió.

Y yo estaba muy alejada de los chicos, ninguno vino a abrazarme o algo, ni yo hice eso con ellos. Ni siquiera Niall… el mas tierno de todos. O Zayn, mi mejor amigo. O Harry, el de los rulitos lindos y abrazos tan consoladores. O Lou… el que siempre te saca una sonrisa.

- Y dígame, ¿Por qué está aquí en Londres? – preguntó Harry, cuando mi madre ya se había separado de Liam.

En ese momento quise salir corriendo.

- Ma… no – intenté hablar para que no dijera algo que yo les había ocultado.

- ¿Cómo que por qué? – preguntó – ¡por la boda de Judith, chicos!

Los chicos abrieron los ojos como platos. Y yo quería que la tierra me tragara.

- ¿B… boda? – preguntó Liam con la boca semi-abierta.

- Ma, ya es tarde, será mejor que vayamos – dije tartamudeando, intentando zafar.

- Te quedas aquí – sentenció Lou.

Mi mamá lo miró raro y luego me miró a mi.

- ¿Te casarás? – preguntó Harry.

- ¿Y… no nos dijiste nada? – preguntó Niall, con voz quebrada.

- Niall – intenté hablar y él me miró con esos ojos tan profundos que hacen que me sienta tan culpable.

- ¿Tan poco somos para ti? – preguntó el rubio, con ojos cristalizados.

- No… - dije con un hilo de voz. Estaba a punto de llorar.

- No le creas Niall – dijo Zayn y lo tomó del brazo – vamos.

Los chicos comenzaron a alejarse y mi madre también, con una mano en el corazón.

- Chicos, no – sollocé.

Harry me miró, negó con la cabeza y siguió su camino, dándome la espalda.

Giré y ya llorando, vi a Liam parado en el medio de la habitación, con los brazos a sus costados. Me miraba, sin llorar, pero con ojos tristes, apagados, sin vida.

- Liam… yo… - balbuceé en sollozos.

Negó con la cabeza.

- Yo tuve el valor de cantarte lo que sentía – dijo con voz apagada – y tu no tuviste el valor de decirme “lo siento, pero yo no… me voy a casar con Austin” – dijo y sus ojos se cristalizaron – gracias por tener que esperar a enterarme así.

Pasó por mi lado para continuar su camino hacia la salida.

- Lo siento – dije con un hilo de voz, cuando pasó por al lado mío.

Me miró de costado y yo también lo hice. Estábamos a centímetros de un beso.

Él negó con la cabeza y siguió su camino. Rompí el llanto y me senté contra la pared.

Las cosas con mi madre empeoraron un poco. Pero al fin llegó el día de mi boda. Personalmente les entregué las tarjetas de invitación a los chicos… solo les dije que si querían ir, estaban invitados… y si no querían ir, lo entendería. Y me fui.

Estaba en el camerino, acomodando los últimos detalles de mi vestido. Sabía que este día cambiaría mi vida por completo. Sabía que nada sería igual.

Según mi padre, me veía como una princesa, y estaba muy orgulloso de mí, pero eso no era suficiente, me sentía mal conmigo misma.

Me acomodaba un poco el vestido cuando escuché una voz familiar.

- Te ves realmente hermosa – dijo esa voz y giré a verlo. Mi corazón dejó de latir al verlo.

- ¿Liam? – pregunté con voz quebrada.

Él estaba con traje y el pelo le había crecido un poco.

- Tengo un pequeño regalo para ti, antes de que te cases – dijo él y me extendió su mano que llevaba cerrada como puño.

- ¿Qué es? – pregunté.

- Ábrela para saber – dijo.

Me acerqué y abrí su mano. Me sorprendí al ver que no había nada. Estaba vacía. Lo miré sin entender.

En un acto rápido, él capturó mis labios.

La felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora